El único adversario de As Sisi, Mussa Mustafa, consiguió sólo el 2,92 por ciento de los votos. Las elecciones se celebraron entre el 26 y el 28 de marzo.
Se esperaba que As Sisi lograse una victoria de esas dimensiones, ya que todos sus adversarios reales se habían retirado de la campaña, algunos en dudosas circunstancias. Además del presidente sólo concurrió Mustafa, que se presentó en el último momento y cuya candidatura fue considerada una farsa por la oposición.
As Sisi ganó las elecciones de 2014 con casi el 97 por ciento de los votos, tras haber liderado el derrocamiento del islamista Mohamed Mursi, después de masivas manifestaciones en su contra.
Según datos oficiales, la participación en los comicios fue del 41 por ciento. En total estaban llamados a las urnas 59 millones de egipcios, de los que votaron unos 24 millones, según informó el jefe de la Autoridad Electoral Nacional, Lasheen Ibrahim. La oposición había llamado a boicotear los comicios.
"Las elecciones se celebraron en un marco legal y ético dominado por la independencia, la objetividad, la integridad y la transparencia", señaló Ibrahim. Según la Constitución, As Sisi no podrá volver a presentarse a las elecciones después de este segundo mandato de cuatro años.
Los críticos del presidente le acusan de haber actuado contra la libertad de expresión y de prensa, pues durante los últimos meses decenas de webs críticas con él y su Gobierno fueron bloqueadas.
Además, desde la caída de Mursi fueron arrestados miles de islamistas y activistas seculares, acusados de incitación a la violencia o de llevar a cabo manifestaciones no autorizadas.
En los últimos meses la popularidad de As Sisi también se vio resentida como resultado de las fuertes reformas económicas que afectaron a la mayoría de los egipcios.
Sin embargo, los defensores de As Sisi alegan que devolvió la seguridad a Egipto tras la inestabilidad que siguió a las revueltas de la Primavera Árabe en 2011, que derrocaron a Hosni Mubarak.
Se esperaba que As Sisi lograse una victoria de esas dimensiones, ya que todos sus adversarios reales se habían retirado de la campaña, algunos en dudosas circunstancias. Además del presidente sólo concurrió Mustafa, que se presentó en el último momento y cuya candidatura fue considerada una farsa por la oposición.
As Sisi ganó las elecciones de 2014 con casi el 97 por ciento de los votos, tras haber liderado el derrocamiento del islamista Mohamed Mursi, después de masivas manifestaciones en su contra.
Según datos oficiales, la participación en los comicios fue del 41 por ciento. En total estaban llamados a las urnas 59 millones de egipcios, de los que votaron unos 24 millones, según informó el jefe de la Autoridad Electoral Nacional, Lasheen Ibrahim. La oposición había llamado a boicotear los comicios.
"Las elecciones se celebraron en un marco legal y ético dominado por la independencia, la objetividad, la integridad y la transparencia", señaló Ibrahim. Según la Constitución, As Sisi no podrá volver a presentarse a las elecciones después de este segundo mandato de cuatro años.
Los críticos del presidente le acusan de haber actuado contra la libertad de expresión y de prensa, pues durante los últimos meses decenas de webs críticas con él y su Gobierno fueron bloqueadas.
Además, desde la caída de Mursi fueron arrestados miles de islamistas y activistas seculares, acusados de incitación a la violencia o de llevar a cabo manifestaciones no autorizadas.
En los últimos meses la popularidad de As Sisi también se vio resentida como resultado de las fuertes reformas económicas que afectaron a la mayoría de los egipcios.
Sin embargo, los defensores de As Sisi alegan que devolvió la seguridad a Egipto tras la inestabilidad que siguió a las revueltas de la Primavera Árabe en 2011, que derrocaron a Hosni Mubarak.