Desde el inicio de la revuelta pacífica contra su régimen en marzo de 2011, que degeneró en una guerra civil, Asad califica de "terroristas" tanto a los yihadistas como a los rebeldes moderados, que intentan derrocarlo.
"No vamos a Rusia para iniciar un diálogo sino para reunirnos con estas personalidades [de la oposición] y hablar con ellas del marco de este diálogo: la unidad de Siria, el combate contra las organizaciones terroristas, el apoyo del ejército y la lucha antiterrorista", afirmó Asad.
La oposición en el exilio y la interna buscan por su parte negociar un gobierno de transición con el objetivo de alcanzar una solución a la guerra, que devasta Siria desde hace casi cuatro años.
El jefe de Estado sirio, quien apoya la iniciativa rusa de organizar esta reunión, indica que "las expectativas deben ser realistas" y que es "demasiado pronto para juzgar un eventual fracaso o éxito".
Asimismo, Asad criticó a una parte de la oposición, al afirmar que algunos eran "patriotas", pero otros eran "marionetas en manos de Arabia Saudita, Catar, Francia o Estados Unidos", en referencia a la oposición dentro de Siria tolerada por su régimen y a la oposición en el exilio, respectivamente.
En los extractos publicados el miércoles por la agencia oficial siria Sana, Asad acusó a Occidente "por su apoyo al terrorismo" y su "miopía" en la crisis siria, en una primera reacción a los atentados yihadistas en Francia.
Moscú anunció la celebración de estas negociaciones entre Damasco y representantes de la oposición siria en Moscú entre el 26 y el 29 de enero.