Al norte de Bagdad, fueron hallados los cadáveres de 18 personas que fueron secuestradas horas antes por hombres vestidos con uniforme militar, indicaron estas fuentes.
Los 18 cuerpos presentaban impactos de bala en la cabeza y el tórax y fueron encontrados en una zona agrícola abandonada cerca de Tarmiya, añadieron las fuentes.
Entre los muertos figuran dos jefes tribales, cuatro policías y un oficial del ejército.
Los secuestradores vestían uniforme militar y dijeron a las familias de las víctimas que se los llevaban para interrogarlos porque eran sospechosos en una serie de investigaciones, según las mismas fuentes.
Los cuerpos de otras siete personas, que trabajaban en un campo de fútbol local, como empleados de la limpieza o jardineros, fueron localizados en la provincia de Saladino, al norte de la capital.
Otros tres cuerpos, todos de mujeres, fueron descubiertos en el este de Bagdad con signos de tortura e impactos de bala en la cabeza, indicaron responsables que informaron que habrían muerto este mismo viernes.
Por otro lado, 23 personas murieron en ataques en Bagdad, Mosul, Baquba y Kirkuk, según responsables.
La capital y las regiones de mayoría suní del norte y del oeste de Irak pagan el precio más alto de la violencia que se registra casi a diario en el país.
En noviembre, al menos 600 personas murieron, según un balance establecido por la AFP en base a fuentes médicas y oficiales.
Los ataques y atentados que sacuden el país desde principios de año dejaron 6.000 muertos lo que hace temer una vuelta a la violencia de 2006 y 2007.
Las autoridades y los expertos están preocupados por este recrudecimiento, especialmente ante la cercanía de las elecciones legislativas previstas para finales de abril en un país donde la violencia no ha dado un respiro desde la invasión llevada a cabo por Estados Unidos en 2003.
Los 18 cuerpos presentaban impactos de bala en la cabeza y el tórax y fueron encontrados en una zona agrícola abandonada cerca de Tarmiya, añadieron las fuentes.
Entre los muertos figuran dos jefes tribales, cuatro policías y un oficial del ejército.
Los secuestradores vestían uniforme militar y dijeron a las familias de las víctimas que se los llevaban para interrogarlos porque eran sospechosos en una serie de investigaciones, según las mismas fuentes.
Los cuerpos de otras siete personas, que trabajaban en un campo de fútbol local, como empleados de la limpieza o jardineros, fueron localizados en la provincia de Saladino, al norte de la capital.
Otros tres cuerpos, todos de mujeres, fueron descubiertos en el este de Bagdad con signos de tortura e impactos de bala en la cabeza, indicaron responsables que informaron que habrían muerto este mismo viernes.
Por otro lado, 23 personas murieron en ataques en Bagdad, Mosul, Baquba y Kirkuk, según responsables.
La capital y las regiones de mayoría suní del norte y del oeste de Irak pagan el precio más alto de la violencia que se registra casi a diario en el país.
En noviembre, al menos 600 personas murieron, según un balance establecido por la AFP en base a fuentes médicas y oficiales.
Los ataques y atentados que sacuden el país desde principios de año dejaron 6.000 muertos lo que hace temer una vuelta a la violencia de 2006 y 2007.
Las autoridades y los expertos están preocupados por este recrudecimiento, especialmente ante la cercanía de las elecciones legislativas previstas para finales de abril en un país donde la violencia no ha dado un respiro desde la invasión llevada a cabo por Estados Unidos en 2003.