Este gobierno de derecha es el resultado de una coalición sin precedentes entre tres partidos flamencos, incluyendo a los nacionalistas del N-VA, y una sola organización política de lengua francesa, el partido liberal. Los socialistas fueron apartados del poder por primera vez en un cuarto de siglo.
El gabinete es el resultado de un acuerdo logrado el martes, más de cuatro meses después de las elecciones legislativas del 25 de mayo.
Poco antes, durante la mañana, el monarca había aceptado la renuncia del primer ministro saliente, el socialista Elio di Rupo.
Los nacionalistas flamencos de la N-VA, grandes ganadores de los comicios en Flandes con 33% de los votos, obtuvieron los cargos más prestigiosos, aunque el presidente del partido, Bart De Wever, prefirió quedar fuera del gobierno.
El N-VA obtuvo la cartera de Interior para el brazo derecho de De Wever, Jan Jambon, así como la Defensa y la Función Pública, Finanzas, y el secretariado de Estado para el Asilo y la Inmigración.
Los francófonos del Movimiento Reformador (MR), además del puesto de primer ministro y el de Relaciones Exteriores para Didier Reynders, heredaron algunos de los puestos más delicados como las Jubilaciones, la Energía y el Medio Ambiente, y la Movilidad, en plena controversia sobre el tema de sobrevolar Bruselas.
Los cristianodemócratas flamencos del CD&V obtuvieron Justicia, Empleo y Economía, que fue otorgada a la popular Maggie De Block, así como la cartera de Empresas Públicas.