Encanto natural
Ríos, praderas y montañas están ubicados en este rango territorial de unos 120 kilómetros.
En el área, además, se levantan los hoteles de playa más frecuentados del litoral Pacífico coclesano, lo que hace que durante el año con frecuencia se vea el paso de foráneos por el lugar.
Así las cosas, residentes de un lugar llamado El Chirú decidieron abrirse paso desarrollando actividades propias del agroturismo.
Cuentan con la tierra para hacerlo y también con datos históricos que resultan de interés para los viajeros. Por ejemplo, en los llanos de El Chirú se forjó la historia del asentamiento humano de Antón, según los registros históricos de ese distrito.
Adicionalmente, este sector es conocido por ser tierra de manos laboriosas, ya que allí viven artesanos y agrícolas.
¡A trabajar el campo!
Para Soledad Rubio, el agroturismo es una actividad que se puede desarrollar con cierta facilidad en los campos de El Chirú.
La idea, dice Rubio, es encontrar en la naturaleza los elementos para fomentar actividades de esparcimiento para los turistas.
Con este propósito fue que Rubio decidió destinar unas 20 hectáreas de terreno, en su mayoría vegetación, al desarrollo de atractivos que sean de interés para los visitantes.
El grupo de Rubio denominado “Rancho Hato Viejo” se convirtió así en una finca agroturística, en donde se ofrece montas de caballo de paso fino, recorridos por senderos, y también demostraciones de moliendas.
En esas moliendas se explica al visitante cómo funcionan los trapiches tradicionales de madera que se utilizan para sacar el azúcar de la caña.
En la finca también hay viveros, corrales para ordeño, senderos botánicos y un lago.
Uno de los principales atractivos –según Rubio– es el sendero El Palmarium, que tiene sembradas unas 50 especies de palmas.
Las palmas vienen de las islas Mauricio, Mauritania y del Caribe, incluyendo las nativas.
En el lugar, además, hay un minizoológico, en el que viven patos, loros, pericos, iguanas, gallinas extranjeras y cabras.
Cómo llegar
La finca está ubicada entre los poblados de Antón y Río Hato, en el kilómetro 125. Se puede preguntar a los vecinos en caso de no dar con el sitio.
Con este tipo de fincas se busca “formalizar” el agroturismo en la provincia de Coclé, indica Rubio.
Al final, dice, lo que se busca además de generar ingresos es propiciar una recreación sana. En este tipo de lugares se cuida la riqueza natural, al tiempo que se aprecia la belleza de la campiña, puntualiza.
Ríos, praderas y montañas están ubicados en este rango territorial de unos 120 kilómetros.
En el área, además, se levantan los hoteles de playa más frecuentados del litoral Pacífico coclesano, lo que hace que durante el año con frecuencia se vea el paso de foráneos por el lugar.
Así las cosas, residentes de un lugar llamado El Chirú decidieron abrirse paso desarrollando actividades propias del agroturismo.
Cuentan con la tierra para hacerlo y también con datos históricos que resultan de interés para los viajeros. Por ejemplo, en los llanos de El Chirú se forjó la historia del asentamiento humano de Antón, según los registros históricos de ese distrito.
Adicionalmente, este sector es conocido por ser tierra de manos laboriosas, ya que allí viven artesanos y agrícolas.
¡A trabajar el campo!
Para Soledad Rubio, el agroturismo es una actividad que se puede desarrollar con cierta facilidad en los campos de El Chirú.
La idea, dice Rubio, es encontrar en la naturaleza los elementos para fomentar actividades de esparcimiento para los turistas.
Con este propósito fue que Rubio decidió destinar unas 20 hectáreas de terreno, en su mayoría vegetación, al desarrollo de atractivos que sean de interés para los visitantes.
El grupo de Rubio denominado “Rancho Hato Viejo” se convirtió así en una finca agroturística, en donde se ofrece montas de caballo de paso fino, recorridos por senderos, y también demostraciones de moliendas.
En esas moliendas se explica al visitante cómo funcionan los trapiches tradicionales de madera que se utilizan para sacar el azúcar de la caña.
En la finca también hay viveros, corrales para ordeño, senderos botánicos y un lago.
Uno de los principales atractivos –según Rubio– es el sendero El Palmarium, que tiene sembradas unas 50 especies de palmas.
Las palmas vienen de las islas Mauricio, Mauritania y del Caribe, incluyendo las nativas.
En el lugar, además, hay un minizoológico, en el que viven patos, loros, pericos, iguanas, gallinas extranjeras y cabras.
Cómo llegar
La finca está ubicada entre los poblados de Antón y Río Hato, en el kilómetro 125. Se puede preguntar a los vecinos en caso de no dar con el sitio.
Con este tipo de fincas se busca “formalizar” el agroturismo en la provincia de Coclé, indica Rubio.
Al final, dice, lo que se busca además de generar ingresos es propiciar una recreación sana. En este tipo de lugares se cuida la riqueza natural, al tiempo que se aprecia la belleza de la campiña, puntualiza.