"Creo que será sumamente difícil, incluso imposible" que una Escocia independiente integre la Unión Europea porque la adhesión al bloque de un Estado salido de un país miembro "debe ser aprobado por todos los otros miembros de la Unión Europea", dijo Barroso en los micrófonos de la BBC.
Poco después, la viceprimera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, calificó de "grotesca" la advertencia de Barroso y señaló que "la adhesión de una Escocia independiente a la UE depende de la voluntad del pueblo escocés y de la opinión de otros Estados miembros de la UE, no de la Comisión Europea".
"Ningún Estado miembro ha indicado que vetaría la adhesión renovada de Escocia" a la UE, indicó Sturgeon en un comunicado.
La viceprimera ministra escocesa juzgo "ridícula" la comparación hecha por Barroso entre Escocia y Kosovo. "Escocia está ya en la UE y forma parte desde hace 40 años", añadió.
"Hemos visto, por ejemplo, que España se ha opuesto al reconocimiento de Kosovo, que es en cierta medida un caso similar puesto que se trata de un nuevo país", indicó previamente el presidente de la Comisión Europea.
En España, el gobierno regional de Cataluña reclama también la celebración de un referéndum por la independencia pero, contrariamente al caso británico, el ejecutivo central no lo permite.
Barroso agregó sin embargo que "corresponde (...) al pueblo escocés decidir sobre su futuro" en la consulta prevista para el próximo 18 de septiembre.
Los escoceses deben pronunciarse a favor o en contra de que su provincia semiautónoma se independice del Reino Unido tras 300 años de Unión.
Si gana el "sí", el gobierno escocés presentaría la candidatura de Escocia a la UE entre el referéndum y la fecha de proclamación de la independencia, prevista en 2016 por las autoridades de Edimburgo, según Sturgeon.
"La adhesión de Escocia a la UE estaría amenazada únicamente si no logramos la independencia y si el Reino Unido organiza un referéndum para abandonar la UE", añadió.
Un sondeo publicado a finales de enero en la prensa escocesa revela que el 37% del electorado es favorable a la secesión y un 44% se opone, con un 19% de indecisos.
En sus argumentos de campaña, el jefe del gobierno autónomo escocés, el nacionalista Alex Salmond, dice que una Escocia independiente seguirá siendo miembro de la UE.
Poco después, la viceprimera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, calificó de "grotesca" la advertencia de Barroso y señaló que "la adhesión de una Escocia independiente a la UE depende de la voluntad del pueblo escocés y de la opinión de otros Estados miembros de la UE, no de la Comisión Europea".
"Ningún Estado miembro ha indicado que vetaría la adhesión renovada de Escocia" a la UE, indicó Sturgeon en un comunicado.
La viceprimera ministra escocesa juzgo "ridícula" la comparación hecha por Barroso entre Escocia y Kosovo. "Escocia está ya en la UE y forma parte desde hace 40 años", añadió.
"Hemos visto, por ejemplo, que España se ha opuesto al reconocimiento de Kosovo, que es en cierta medida un caso similar puesto que se trata de un nuevo país", indicó previamente el presidente de la Comisión Europea.
En España, el gobierno regional de Cataluña reclama también la celebración de un referéndum por la independencia pero, contrariamente al caso británico, el ejecutivo central no lo permite.
Barroso agregó sin embargo que "corresponde (...) al pueblo escocés decidir sobre su futuro" en la consulta prevista para el próximo 18 de septiembre.
Los escoceses deben pronunciarse a favor o en contra de que su provincia semiautónoma se independice del Reino Unido tras 300 años de Unión.
Si gana el "sí", el gobierno escocés presentaría la candidatura de Escocia a la UE entre el referéndum y la fecha de proclamación de la independencia, prevista en 2016 por las autoridades de Edimburgo, según Sturgeon.
"La adhesión de Escocia a la UE estaría amenazada únicamente si no logramos la independencia y si el Reino Unido organiza un referéndum para abandonar la UE", añadió.
Un sondeo publicado a finales de enero en la prensa escocesa revela que el 37% del electorado es favorable a la secesión y un 44% se opone, con un 19% de indecisos.
En sus argumentos de campaña, el jefe del gobierno autónomo escocés, el nacionalista Alex Salmond, dice que una Escocia independiente seguirá siendo miembro de la UE.