"El número de votos obtenidos por el candidato Omar Hasan Ahmed al Bashir, del Partido del Congreso Nacional, es de 5.252.478, es decir, 94,5%" de los sufragios, declaró el jefe de la comisión electoral, Mojar al Asam, diez días después de las elecciones.
Bashir, reclamado por la Corte Penal Internacional por genocidio en Darfur, competía con 13 candidatos poco conocidos, mientras la oposición había boicoteado las elecciones al estimar que no se daban las condiciones para que fueran justas y libres.
El candidato que obtuvo la segunda posición, Fadl el Sayed Shuiab, obtuvo 1,43% de los votos.
Según la comisión electoral, la participación alcanzó 46,4% durante los cuatro días que duraron las elecciones, entre el 13 y el 16 de abril.
La misión de observadores de la Unión Africana, por su parte, dijo que la tasa de participación fue débil. No hubo aglomeraciones en los centros de votación, pese a la decisión de la comisión electoral de dar un día adicional a los votantes para emitir su sufragio.
El partido de Bashir también se impuso en las elecciones legislativas con 323 sufragios del total de 426, informó Asam.
Los comicios, los segundos multipartitos desde la llegada al poder de Bashir en 1989 tras un golpe de Estado, fueron criticados por la Unión Europea, Gran Bretaña, Noruega y Estados Unidos.
Los tres últimos afirmaron en una declaración conjunta que lamentaban "el fracaso del gobierno de Sudán a la hora de organizar elecciones libres, justas y en un clima propicio".
Estas críticas fueron calificadas como "colonialistas" por Bashir, de 71 años, quien el viernes celebró los comicios como un éxito, "pese al bloqueo opresivo e injustificado desde hace más de 25 años".
Desde 1989 el país está aislado de la comunidad internacional, y desde 1997 sufre un embargo de Estados Unidos.
Bashir enfrenta una creciente presión para iniciar un diálogo con la oposición, con el objetivo de romper el aislamiento internacional, para aliviar su asfixiada economía y aliviar el peso creciente de su deuda externa.
El presidente "no puede ignorar los llamados a iniciar un diálogo, ya que se trata de una exigencia nacional e internacional, además de una necesidad de política interna", estimó el analista Adel al Baz.
En 2014, Bashir anunció la apertura de una diálogo nacional para revolver los conflictos que han arrasado Darfur y las provincias de las regiones de Kordofán del Sur y Nilo Azul desde 2011, donde rebeldes armados se enfrentan al gobierno.
Desde la partición de Sudán en 2011, Jartum, cuya economía había despegado en la década de 2000 gracias a las exportaciones de crudo, ha perdido la mayoría de sus ingresos, ya que la mayor parte de los campos petrolíferos quedaron en Sudán del Sur.
En las últimas semanas, Jartum lanzó una ofensiva diplomática para unirse a la coalición liderada por Arabia Saudita para luchar contra los rebeldes chiitas en Yemen.