Beppe Grillo
"Es una victoria de la democracia sobre el capitalismo. Los ciudadanos han ganado sin gastar un centavo para la campaña. Es un hecho completamente nuevo", comentó Grillo, de 63 años, en declaraciones hechas, como es habitual, por la red internet.
Respetando su estilo, corrosivo e histriónico, en ocasiones vulgar, "el profeta Grillo", como lo llama el diario La Stampa, celebró en el web la arrasadora victoria obtenida por su movimiento en la segunda vuelta el domingo y lunes en las elecciones municipales.
Pese a la alta abstención registrada, los candidatos del movimiento de Grillo gobernarán por primera vez la alcaldía de Parma, ciudad de 188.000 habitantes, tradicionalmente de derecha, así como Mira (39.000 habitantes), Comacchio (23.000) y Sarego (6.500), todos en el nordeste de la península.
"Los ciudadanos se escogen y se eligen ellos mismos", explicó Grillo, ferviente sostenedor de la democracia directa, horizontal, que se controla y reglamenta por sí misma.
El humorista, que está revolucionando la política italiana, es ante todo un mago de los medios de comunicación, después de que en los años 70 y 90 era el rostro mordaz de la comicidad en televisión, hasta que lo silenció y censuró por años.
El líder carismático de un movimiento de ciudadanos cansados de las intrigas de la vieja política, que aspiran a autogobernarse, es un fustigador de los privilegios de la clase política, del capitalismo salvaje y corrupto, lo que le valió su enorme popularidad.
Considerado una persona sumamente informada, que documenta sus críticas, es también un defensor del medio ambiente y suele prometer transparencia e integridad.
Ante una derecha completamente huérfana y desorientada por la ausencia de sus líderes, aniquilados por los escándalos de corrupción y mal manejo de los fondos públicos, como es el caso de Silvio Berlusconi y Umberto Bossi, el cómico genovés se impuso con un método moderno, económico y rápido de trabajo.
A través de internet, un blog y una red territorial con más de doscientos grupos de encuentro, Grillo anima el debate, estudia propuestas, lanza anatemas.
Su blog, abierto en el 2000, se convirtió en un plazo récord en el más consultado e influyente de Italia y la revista estadounidense Forbes lo considera el séptimo más importante del mundo.
Grillo, un hombre regordete, de cabellos blancos y que habla a gritos, es capaz de insultar al respetado presidente de la República, Giorgio Napolitano al que tildó de "cadáver" por su edad, 87 años, y aprueba la salida de Italia del euro.
El humorista no deja títere con cabeza e inclusive al austero tecnócrata Mario Monti, designado jefe de gobierno para sacar a Italia de la crisis, le dio el sobrenombre de "Rigor Montis", un juego de palabras con "rigor mortis".
Antimilitarista, sostenedor de una reforma del sistema político y del recorte de los magníficos honorarios de los congresistas, que tacha a los partidos de "cáncer de la democracia", se enfrenta por primera vez al desafío de gobernar.
"Deje de insultar, guarde serenidad y diga lo que quiere hacer con este país", le pidió el martes el líder de centro-izquierda Pierluigi Bersani.
Al "payaso", al "demagogo", al "hombre incontrolable" como lo tildan los políticos de profesión le toca ahora medirse con programas y presupuestos.
Para ello cuenta con una serie de simpatizantes de entre 30-40 años, muchos de ellos informáticos, ingenieros, profesores y funcionarios públicos con deseos de cambiar el rostro de Italia.
Respetando su estilo, corrosivo e histriónico, en ocasiones vulgar, "el profeta Grillo", como lo llama el diario La Stampa, celebró en el web la arrasadora victoria obtenida por su movimiento en la segunda vuelta el domingo y lunes en las elecciones municipales.
Pese a la alta abstención registrada, los candidatos del movimiento de Grillo gobernarán por primera vez la alcaldía de Parma, ciudad de 188.000 habitantes, tradicionalmente de derecha, así como Mira (39.000 habitantes), Comacchio (23.000) y Sarego (6.500), todos en el nordeste de la península.
"Los ciudadanos se escogen y se eligen ellos mismos", explicó Grillo, ferviente sostenedor de la democracia directa, horizontal, que se controla y reglamenta por sí misma.
El humorista, que está revolucionando la política italiana, es ante todo un mago de los medios de comunicación, después de que en los años 70 y 90 era el rostro mordaz de la comicidad en televisión, hasta que lo silenció y censuró por años.
El líder carismático de un movimiento de ciudadanos cansados de las intrigas de la vieja política, que aspiran a autogobernarse, es un fustigador de los privilegios de la clase política, del capitalismo salvaje y corrupto, lo que le valió su enorme popularidad.
Considerado una persona sumamente informada, que documenta sus críticas, es también un defensor del medio ambiente y suele prometer transparencia e integridad.
Ante una derecha completamente huérfana y desorientada por la ausencia de sus líderes, aniquilados por los escándalos de corrupción y mal manejo de los fondos públicos, como es el caso de Silvio Berlusconi y Umberto Bossi, el cómico genovés se impuso con un método moderno, económico y rápido de trabajo.
A través de internet, un blog y una red territorial con más de doscientos grupos de encuentro, Grillo anima el debate, estudia propuestas, lanza anatemas.
Su blog, abierto en el 2000, se convirtió en un plazo récord en el más consultado e influyente de Italia y la revista estadounidense Forbes lo considera el séptimo más importante del mundo.
Grillo, un hombre regordete, de cabellos blancos y que habla a gritos, es capaz de insultar al respetado presidente de la República, Giorgio Napolitano al que tildó de "cadáver" por su edad, 87 años, y aprueba la salida de Italia del euro.
El humorista no deja títere con cabeza e inclusive al austero tecnócrata Mario Monti, designado jefe de gobierno para sacar a Italia de la crisis, le dio el sobrenombre de "Rigor Montis", un juego de palabras con "rigor mortis".
Antimilitarista, sostenedor de una reforma del sistema político y del recorte de los magníficos honorarios de los congresistas, que tacha a los partidos de "cáncer de la democracia", se enfrenta por primera vez al desafío de gobernar.
"Deje de insultar, guarde serenidad y diga lo que quiere hacer con este país", le pidió el martes el líder de centro-izquierda Pierluigi Bersani.
Al "payaso", al "demagogo", al "hombre incontrolable" como lo tildan los políticos de profesión le toca ahora medirse con programas y presupuestos.
Para ello cuenta con una serie de simpatizantes de entre 30-40 años, muchos de ellos informáticos, ingenieros, profesores y funcionarios públicos con deseos de cambiar el rostro de Italia.