Berlín se despide de los artistas bohemios al cerrar la casa okupa Tacheles


BERLÍN. - El cierre este martes de Tacheles, la emblemática casa okupa de Berlín, refleja el creciente aburguesamiento de la capital alemana, refugio tradicional de artistas sin dinero. Esta imponente nave en ruinas, vestigio de una amplia galería comercial de hormigón construida en 1909, estaba ocupada desde el 13 de febrero de 1990 por pintores, escultores y cineastas.



El edificio okupa Tacheles
El edificio okupa Tacheles
"Es el robo de una obra de arte protegido por la policía", lanzó este martes el portavoz de Tacheles, Martin Reiter, vestido de negro, mientras bedeles, acompañados por las fuerzas de seguridad, se apoderaban del lugar.
Con su desaparición, Berlín pasa página a unos años locos. Tras la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989, el este de la ciudad estaba en plena ebullición.
"Atraídos por los bajos precios y la atmósfera creadora que siguió a la caída de la RDA comunista, numerosos artistas extranjeros vinieron a instalarse a Berlín", explica Harriet Häussler, profesor en la Universidad Libre de Berlín.
Jóvenes bohemios ocupaban e instalaban sus talleres en edificios abandonados, en ocasiones totalmente incoherentes: cervecerías, iglesias, tiendas... Como en el caso de Tacheles, donde unos 40 artistas venidos de todos los países de Europa ocuparon permanentemente los 30 talleres repartidos por las cinco plantas del edifico de 1.250 m2.
Fue en esta época cuando los barrios del centro-este de la ciudad, Prenzlauer Berg, Friedrichshain y Mitte, donde se encuentra Tacheles, adquirieron popularidad entre los jóvenes.
Con el traslado del gobierno alemán de Bonn a Berlín en el verano de 1999, la metrópolis alemana, que recuperó su status de capital en 1991, acogió a nuevos habitantes más adinerados.
"Los edificios deteriorados fueron vendidos a inversores que los restauraron tras haber echado a sus antiguos ocupantes. Los realquilaron mucho más caro", dice Häussler.
A partir de 2005, la población de Berlín volvió a crecer, constata Thomas Helfen, colaborador del proyecto de gestión urbana berlinés ASUM. Actualmente, la ciudad cuenta con más de 3,5 millones de habitantes.
Con la Copa del Mundo de Fútbol de 2006, la capital se puso de moda y comenzó a ser visitada por turistas, atraídos por sus hoteles y restaurantes baratos, su vida nocturna y su oferta cultural.
"Cada vez más, nuevos jóvenes quieren vivir en el centro, lo que hizo aumentar los precios de los barrios tradicionalmente populares, como los de la ex RDA o, en el oeste, Neukölln y Kreuzberg", explica Helfen.
Desprovista de industrias, situadas en el oeste, en Múnich, Stuttgart o en el Ruhr, y de grandes bancos, instalados en Frankfurt, Berlín es una ciudad pobre. "No tiene más dinero para construir alojamientos sociales", indica Helfen.
"Berlín sigue siendo mucho más asequible que Nueva York, Londres, París, o incluso Hamburgo, Múnich, Frankfurt", señala Häussler, quien subraya la persistencia de una fuerte proporción de artistas entre los activos de Berlín, cifrada en torno a un 10%, es decir, más que la media nacional.
Martes, 4 de Septiembre 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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