Turing fue un brillante matemático de Cambridge y pionero en informática que descifró códigos usados por los nazis, para el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial.
El científico se suicidó en 1954 a los 41 años, dos años después de haber sido condenado por su homosexualidad, entonces delito.
Después de una larga campaña, la reina Isabel II finalmente le concedió en diciembre pasado un perdón póstumo.
El actor Cumberbatch se perfila como candidato para un Óscar por su interpretación del pionero en ciencias de la computación en el centro de Bletchley Park en "The Imitation Game", bajo la batuta del director noruego Morten Tyldum.
El premio de la audiencia suele garantizar a la películas una condición de favorita para los premios de la Academia.
"Había algo muy sutil, inflexible e inusual que se desprendía (de Turing), pero también era muy tranquilo y estoico", dijo Cumberbatch a principios de esta semana en Toronto.
Turing "no tenía la percepción de sí como mártir. Fue sólo fiel a sí mismo. Él no se vio a sí mismo como una víctima o un héroe; sólo hizo su trabajo y fue fiel a su naturaleza", añadió.
"Creo que sería la última persona en considerarse un héroe, por eso fue fácil retratarlo", observó.
"The Imitation Game" también cuenta con la actuación de Keira Knightley, Matthew Goode y Allen Leech.
El biopic tenía como competidores "Learning to Drive" de Isabel Coixet, sobre una escritora (Patricia Clarkson) que encuentra consuelo en clases de conducir con un instructor Sij (Ben Kingsley), y la ópera prima de Theodore Melfi "St. Vicente", protagonizada por Bill Murray como jubilado falto de dinero y cascarrabias.