"Si tiene usted un lugar seguro debería ir ahí porque esto no acabará pacíficamente", le dijo Blair a Gadafi el 25 de febrero de 2011, poco después del inicio de una revuelta en su contra, en plena primavera árabe, y meses antes de que muriera a manos de los rebeldes, en octubre.
Las transcripciones fueron cedidas por el propio Blair al comité parlamentario de Relaciones Exteriores que investiga el colapso de Libia y el papel británico en la crisis, y publicadas por este grupo.
Los dos dirigentes conversaron telefónicamente en dos ocasiones con pocas horas de intervalo. En ambas Gadafi minimizó la crisis y reiteró una y otra vez que se estaba enfrentando a Al Qaida. Por su parte, el entonces ya ex primer ministro le pidió garantizar la paz para que la comunidad internacional pudiera ayudar a buscar una solución negociada.
"Tiene que haber un proceso de cambio, este proceso de cambio puede ser gestionado y tenemos que encontrar una manera de gestionarlo", lanzó Blair, quien se puso en contacto con Gadafi a título privado.
El líder libio respondió airado a la insistencia de Blair diciendo que era un acto de "colonización", y avisó de los peligros de una intervención extranjera en Libia: "morirán libios, habrá daños en el Mediterráneo, Europa y en todo el mundo".
"Aquí no hay ningún baño de sangre, está todo muy tranquilo, pero si queréis tomar Libia, estamos dispuestos a luchar, será como Irak", explicó el líder libio, invitando en varias ocasiones a Blair a visitar el país para comprobar que su régimen no estaba aplastando a la gente.
Las transcripciones fueron cedidas por el propio Blair al comité parlamentario de Relaciones Exteriores que investiga el colapso de Libia y el papel británico en la crisis, y publicadas por este grupo.
Los dos dirigentes conversaron telefónicamente en dos ocasiones con pocas horas de intervalo. En ambas Gadafi minimizó la crisis y reiteró una y otra vez que se estaba enfrentando a Al Qaida. Por su parte, el entonces ya ex primer ministro le pidió garantizar la paz para que la comunidad internacional pudiera ayudar a buscar una solución negociada.
"Tiene que haber un proceso de cambio, este proceso de cambio puede ser gestionado y tenemos que encontrar una manera de gestionarlo", lanzó Blair, quien se puso en contacto con Gadafi a título privado.
El líder libio respondió airado a la insistencia de Blair diciendo que era un acto de "colonización", y avisó de los peligros de una intervención extranjera en Libia: "morirán libios, habrá daños en el Mediterráneo, Europa y en todo el mundo".
"Aquí no hay ningún baño de sangre, está todo muy tranquilo, pero si queréis tomar Libia, estamos dispuestos a luchar, será como Irak", explicó el líder libio, invitando en varias ocasiones a Blair a visitar el país para comprobar que su régimen no estaba aplastando a la gente.