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Esta semana, el gobierno de Pekín había informado que una casa en el lado chino de la frontera fue alcanzada por disparos de artillería procedentes de Birmania, donde el ejército está combatiendo a los separatistas.
La bomba cayó en un campo de caña de azúcar, cerca de la ciudad de Lincang. Murieron cuatro personas que estaban trabajando y otras nueve resultaron heridas, según indicó este sábado la agencia oficial china Xinhua.
China manifestó rápidamente su "enérgica protesta" por el incidente del viernes, y el viceministro de Exteriores, Liu Zhenmin, convocó por la noche el embajador de Birmania en Pekín, Thit Linn Ohn, según un comunicado de la cancillería.
Liu instó a las autoridades birmanas a "efectuar una investigación minuciosa (...), castigar severamente a los autores" del bombardeo y "tomar medidas eficaces para garantizar la estabilidad y la seguridad de las zonas fronterizas".
Además, varios aviones de combates del ejército del aire chino fueron desplegados en la frontera, para "buscar, vigilar, advertir y alejar" a los aviones militares birmanos, inició este sábado Xinhua, citando a un portavoz militar.
El portavoz advirtió que las fuerzas chinas tomarán medidas "para preservar la soberanía del espacio aéreo chino".
Desde el comienzo del año, se han reanudado los enfrentamientos entre el ejército y los separatistas en los estados birmanos de Kachin y Shan, en el norte del país. En la región de Kokang rige el estado de emergencia desde el 9 de febrero.
Los combates han obligado a más de 30.000 civiles a huir del país para refugiarse en la provincia china de Yunnan, lo cual inquieta al gobierno de Pekín, que ve una amenaza a la estabilidad de la región.
