"No hay un país en el mundo desarrollado en el que la cultura no tenga un papel importante en su economía", afirmó la ministra Marta Suplicy en una entrevista con la televisión estatal.
El expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva "creó la bolsa familia, -el programa contra el hambre para erradicar la pobreza-, Dilma Rousseff lo amplió y ahora está creando el alimento para el alma, ¿por qué el pobre no puede" acceder a la cultura?, añadió.
La ley del "Vale Cultura", nombre dado a ese incentivo, fue sancionada a final de diciembre por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tras pasar por el Congreso, y la ministra anunció que debe entrar en funcionamiento este año.
"Son cincuenta reales (25 dólares) que van a las manos del trabajador" y "la persona decide cómo lo gasta, si en el cine, en el teatro, en una exposición, el museo, una revista", explicó. También podrá ser aplicado en la compra de libros, música o cine, dependiendo de las empresas y locales que lo acepten.
El beneficio se pagará con una tarjeta electrónica. Cada empresa, como también los trabajadores, deciden si lo aplican, en cuyo caso se destinará a los que ganan entre uno y cinco salarios mínimos (hasta 1.700 dólares por mes).
"Hay una multitud de brasileños, 17 millones, que hoy gana hasta cinco salarios mínimos", lo que representa "un potencial de 7.000 millones de reales (3.500 millones de dólares) inyectados en la cultura", dijo la ministra en un editorial publicado esta semana en el diario Folha de Sao Paulo.
De los cincuenta reales mensuales del Vale Cultura, la empresa paga 45 que puede descontar del impuesto de la renta, y el trabajador cinco.
En plena crisis, y en medio de grandes protestas del sector que dijo que se retraerá como nunca, España elevó al final del año pasado de 8% a 21% el impuesto del valor añadido (IVA) sobre el precio de las entradas a salas de cine, teatros, festivales musicales, conciertos y museos.
El expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva "creó la bolsa familia, -el programa contra el hambre para erradicar la pobreza-, Dilma Rousseff lo amplió y ahora está creando el alimento para el alma, ¿por qué el pobre no puede" acceder a la cultura?, añadió.
La ley del "Vale Cultura", nombre dado a ese incentivo, fue sancionada a final de diciembre por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tras pasar por el Congreso, y la ministra anunció que debe entrar en funcionamiento este año.
"Son cincuenta reales (25 dólares) que van a las manos del trabajador" y "la persona decide cómo lo gasta, si en el cine, en el teatro, en una exposición, el museo, una revista", explicó. También podrá ser aplicado en la compra de libros, música o cine, dependiendo de las empresas y locales que lo acepten.
El beneficio se pagará con una tarjeta electrónica. Cada empresa, como también los trabajadores, deciden si lo aplican, en cuyo caso se destinará a los que ganan entre uno y cinco salarios mínimos (hasta 1.700 dólares por mes).
"Hay una multitud de brasileños, 17 millones, que hoy gana hasta cinco salarios mínimos", lo que representa "un potencial de 7.000 millones de reales (3.500 millones de dólares) inyectados en la cultura", dijo la ministra en un editorial publicado esta semana en el diario Folha de Sao Paulo.
De los cincuenta reales mensuales del Vale Cultura, la empresa paga 45 que puede descontar del impuesto de la renta, y el trabajador cinco.
En plena crisis, y en medio de grandes protestas del sector que dijo que se retraerá como nunca, España elevó al final del año pasado de 8% a 21% el impuesto del valor añadido (IVA) sobre el precio de las entradas a salas de cine, teatros, festivales musicales, conciertos y museos.