Una mujer realiza su ofrenda a Iemanjá
La fiesta religiosa, que se celebra todos los 2 de febrero, es popular en todo el gigantesco país, pero sobre todo en el estado de Bahia (noreste).
Vestidos de blanco y con vistosos collares de colores, los devotos se reúnen en la playa Vermelha de Salvador, como en los últimos 89 años, para abordar pequeñas embarcaciones de pescadores que los lleven mar adentro y lanzar al mar flores blancas como ofrenda.
"Todo lo que le pido, lo atiende, entonces me siento en la obligación de homenajearla, no sólo en su día, pero siempre que puedo. Estoy aquí casi todos los sábados para traer una rosa a mi diosa, que es una mujer maravillosa", comentó Jamile Jambeiro, un estudiante universitario, a la red Globo.
"Depués de años intentando, resolví pedirle a la reina para quedar embarazada y ella atendió mi pedido", contó por su parte Regina Nunes, una escritora que asiste a la fiesta hace 25 años.
Este año, los pescadores de Salvador entregaron además como ofrenda una estatua de una sirena dentro una concha marina acompañada de 40 bolas simulando perlas, precisó la prensa local.
La celebración en Salvador, que atrae cada año a miles de turistas, comenzó a celebrarse en la ensenada del 'Rio Vermelho' en 1923, cuando 25 pescadores adeptos al candomblé pidieron a la 'reina' que pusiera fin a una escasez de peces.
En Rio de Janeiro, donde la tradición también es fuerte, cientos de personas caminaron en procesión por las calles del centro de la ciudad cargando enormes cestas llenas de flores blancas, que arrojaron poco después desde un ferry en la bahía de Guanabara, constató un fotógrafo de la AFP.
También entre tambores y canciones de fuerte influencia africana, los seguidores de la 'orixá' compartieron frutas y se lavaron con perfume para la "purificación", según dicta el rito.
El candomblé llegó a Brasil en el siglo XVI traído por esclavos de África occidental.
La noche del 31 de diciembre millones de brasileños también rinden culto a Iemanjá, justo antes de la llegada del Año Nuevo.
Vestidos de blanco y con vistosos collares de colores, los devotos se reúnen en la playa Vermelha de Salvador, como en los últimos 89 años, para abordar pequeñas embarcaciones de pescadores que los lleven mar adentro y lanzar al mar flores blancas como ofrenda.
"Todo lo que le pido, lo atiende, entonces me siento en la obligación de homenajearla, no sólo en su día, pero siempre que puedo. Estoy aquí casi todos los sábados para traer una rosa a mi diosa, que es una mujer maravillosa", comentó Jamile Jambeiro, un estudiante universitario, a la red Globo.
"Depués de años intentando, resolví pedirle a la reina para quedar embarazada y ella atendió mi pedido", contó por su parte Regina Nunes, una escritora que asiste a la fiesta hace 25 años.
Este año, los pescadores de Salvador entregaron además como ofrenda una estatua de una sirena dentro una concha marina acompañada de 40 bolas simulando perlas, precisó la prensa local.
La celebración en Salvador, que atrae cada año a miles de turistas, comenzó a celebrarse en la ensenada del 'Rio Vermelho' en 1923, cuando 25 pescadores adeptos al candomblé pidieron a la 'reina' que pusiera fin a una escasez de peces.
En Rio de Janeiro, donde la tradición también es fuerte, cientos de personas caminaron en procesión por las calles del centro de la ciudad cargando enormes cestas llenas de flores blancas, que arrojaron poco después desde un ferry en la bahía de Guanabara, constató un fotógrafo de la AFP.
También entre tambores y canciones de fuerte influencia africana, los seguidores de la 'orixá' compartieron frutas y se lavaron con perfume para la "purificación", según dicta el rito.
El candomblé llegó a Brasil en el siglo XVI traído por esclavos de África occidental.
La noche del 31 de diciembre millones de brasileños también rinden culto a Iemanjá, justo antes de la llegada del Año Nuevo.