"Dichos procedimientos deben estar en consonancia con las convenciones religiosas e históricas", explicó, y añadió que "además, la encarnación debe ser aprobada por el gobierno central chino". Los comentarios del buda viviente, de 59 años, se producen pocos días después de que el Dalai Lama animara a sus seguidores a "elegir democráticamente" un líder después de su muerte, porque cree que los tibetanos deben "avanzar con la comunidad mundial mayoritaria".
"Hoy en día está claro para todo el mundo que la democracia es el mejor sistema, a pesar de sus pequeños defectos", dijo el Dalai Lama en un video que fue presentado a cientos de monjes, monjas y laicos en la montañosa ciudad india de Dharamsala (norte), el pasado 21 de junio.
El Dalai Lama ya ha sugerido en el pasado que los tibetanos son quienes tienen que decidir si desean mantener la institución espiritual después de su muerte, y que podrían llevar a cabo una elección entre los tibetanos residentes en el extranjero.
Hablando a través de un intérprete de mandarín, y ataviado con un traje tradicional tibetano, Shingtsa Tenzinchodrak dijo que la más reciente estrategia del Dalai Lama "no está basada en las preocupaciones religiosas sino llena de intención política".
"La encarnación de un buda viviente nunca deberá ser seleccionada a dedo por nadie, ni siquiera por el propio Dalai Lama", afirmó Shingtsa Tenzinchodrak, en referencia a un español escogido por el Dalai Lama hace dos décadas como la encarnación del difunto Lama Yeshe.
El hombre, Osel Hita Torres, de 24 años, se lamentó el mes pasado de lo que llamó su "infeliz infancia" en un monasterio, y habló sobre su decisión de abandonar la doctrina.
Torres se hizo famoso a nivel mundial en 1986, cuando el Dalai Lama lo reconoció, a sus 14 meses de edad, como la encarnación del Lama Yeshe, quien había fallecido en California dos años antes.
El entonces bebé había sido llevado por sus padres a ver al Dalai Lama en India y terminó viviendo en un monasterio allí, donde hasta la edad de 18 años sólo se le permitió socializar con otros que también hubieran sido proclamados encarnaciones.
"Es un buen ejemplo para mostrar que si la encarnación no es escogida a través de procedimientos religiosos, surgirán problemas", dijo Shingtsa Tenzinchodrak.
"Entiendo perfectamente al joven", comentó el Buda Viviente, y agregó que hay que "respetar su elección".
Shingtsa Tenzinchodrak encabezó una delegación de cinco diputados tibetanos a la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, que visitó Estados Unidos y Canadá en marzo.
"Hoy en día está claro para todo el mundo que la democracia es el mejor sistema, a pesar de sus pequeños defectos", dijo el Dalai Lama en un video que fue presentado a cientos de monjes, monjas y laicos en la montañosa ciudad india de Dharamsala (norte), el pasado 21 de junio.
El Dalai Lama ya ha sugerido en el pasado que los tibetanos son quienes tienen que decidir si desean mantener la institución espiritual después de su muerte, y que podrían llevar a cabo una elección entre los tibetanos residentes en el extranjero.
Hablando a través de un intérprete de mandarín, y ataviado con un traje tradicional tibetano, Shingtsa Tenzinchodrak dijo que la más reciente estrategia del Dalai Lama "no está basada en las preocupaciones religiosas sino llena de intención política".
"La encarnación de un buda viviente nunca deberá ser seleccionada a dedo por nadie, ni siquiera por el propio Dalai Lama", afirmó Shingtsa Tenzinchodrak, en referencia a un español escogido por el Dalai Lama hace dos décadas como la encarnación del difunto Lama Yeshe.
El hombre, Osel Hita Torres, de 24 años, se lamentó el mes pasado de lo que llamó su "infeliz infancia" en un monasterio, y habló sobre su decisión de abandonar la doctrina.
Torres se hizo famoso a nivel mundial en 1986, cuando el Dalai Lama lo reconoció, a sus 14 meses de edad, como la encarnación del Lama Yeshe, quien había fallecido en California dos años antes.
El entonces bebé había sido llevado por sus padres a ver al Dalai Lama en India y terminó viviendo en un monasterio allí, donde hasta la edad de 18 años sólo se le permitió socializar con otros que también hubieran sido proclamados encarnaciones.
"Es un buen ejemplo para mostrar que si la encarnación no es escogida a través de procedimientos religiosos, surgirán problemas", dijo Shingtsa Tenzinchodrak.
"Entiendo perfectamente al joven", comentó el Buda Viviente, y agregó que hay que "respetar su elección".
Shingtsa Tenzinchodrak encabezó una delegación de cinco diputados tibetanos a la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, que visitó Estados Unidos y Canadá en marzo.