George W. Bush
Poco después, Bush telefoneó al entonces primer ministro israelí, Ehud Olmert, para discutir qué decisión tomar en relación a las alegaciones de que la instalación podría buscar la fabricación de armas nucleares, una acusación rechazada entonces por responsables sirios.
Las memorias de Bush arrojan luz sobre la decepción de los israelíes cuando Bush rechazó su petición para lanzar un ataque militar contra la instalación. “George, te pido que bombardees el complejo,” dijo Olmert a Bush, según extractos del libro.
Durante la conversación telefónica, Bush señaló que consideraría la petición y discutiría el tema con sus asesores de seguridad nacional, pero no pudo encontrar evidencias concretas que pudieran apoyar las declaraciones israelíes.
El hecho de bombardear un estado soberano sin previo aviso ni una justificación se volvería contra sus autores, dijo Bush.
“No puedo justificar un ataque contra una nación soberana a menos que mis agencias de inteligencia lo apoyen y digan que existe un programa de armamento,” dijo Bush respondiendo a Olmert.
Olmert lamentó amargamente la “opción de la diplomacia” respaldada por la amenaza de la fuerza, que fue la estrategia defendida por la Administración Bush en lo que se refiere a sus tratos con Siria.
“Tu estrategia es muy molesta para nosotros,” dijo Olmert.
La instalación nuclear siria fue atacada por la aviación israelí en septiembre de 2007.
Bush, cuyas tasas de aprobación cayeron hasta un nivel récord durante su presidencia, afirma que la historia le juzgará de manera más favorable después de que la opinión pública lea su autobiografia.
Las memorias de Bush arrojan luz sobre la decepción de los israelíes cuando Bush rechazó su petición para lanzar un ataque militar contra la instalación. “George, te pido que bombardees el complejo,” dijo Olmert a Bush, según extractos del libro.
Durante la conversación telefónica, Bush señaló que consideraría la petición y discutiría el tema con sus asesores de seguridad nacional, pero no pudo encontrar evidencias concretas que pudieran apoyar las declaraciones israelíes.
El hecho de bombardear un estado soberano sin previo aviso ni una justificación se volvería contra sus autores, dijo Bush.
“No puedo justificar un ataque contra una nación soberana a menos que mis agencias de inteligencia lo apoyen y digan que existe un programa de armamento,” dijo Bush respondiendo a Olmert.
Olmert lamentó amargamente la “opción de la diplomacia” respaldada por la amenaza de la fuerza, que fue la estrategia defendida por la Administración Bush en lo que se refiere a sus tratos con Siria.
“Tu estrategia es muy molesta para nosotros,” dijo Olmert.
La instalación nuclear siria fue atacada por la aviación israelí en septiembre de 2007.
Bush, cuyas tasas de aprobación cayeron hasta un nivel récord durante su presidencia, afirma que la historia le juzgará de manera más favorable después de que la opinión pública lea su autobiografia.