Así se desprende de un documento interno del partido al que tuvo acceso dpa y un análisis independiente del cómputo preliminar del Comité Electoral Nacional (NEC).
Los comicios del domingo recibieron fuertes críticas internacionales. Estados Unidos señaló que no fueron libres ni justas y exigió la liberación de los presos políticos, amenazando incluso con sanciones.
La victoria del partido supone un nuevo mandato para Hun Sen, que gobierna desde hace 33 años. El principal partido opositor fue prohibido el año pasado, por lo que el CPP no tiene en realidad competencia seria.
El propio CPP, de corte marxista-leninista, proclamó una "gloriosa victoria" en la que se hizo con "casi todos" los escaños con más del 77 por ciento de los votos en todo el país, dijo hoy el portavoz del partido Sok Eysan citando cifras anteriores del NEC. Eysan había dicho antes que el partido había ganado más del 80 por ciento de los votos.
"Han votado por la senda democrática", dijo también en declaraciones a la prensa estatal el propio primer ministro Hun Sen.
Las cifras preliminares publicadas por el NEC le otorgan al partido al menos el 60 por ciento de los votos en las 24 provincias y en la capital Phnom Penh. El resultado oficial, sin embargo, no se dará a conocer hasta agosto.
La participación en estos comicios superó el 80 por ciento (unos 6,9 millones de los casi 8,4 millones de votantes registrados", según los datos de la comisión electoral.
Hun Sen, de 65 años, que tras 33 años ha prometido gobernar el país al menos otros diez, es uno de los jefes de Gobierno del mundo que lleva más tiempo al frente de un país. Fue el encargado de liderar Camboya durante su transición democrática, pero después de que el opositor Partido de Salvación Nacional (CNRP) estuviera a punto de derrotarlo en los comicios de 2013, fue prohibido en noviembre del año pasado por un tribunal a petición del Gobierno.
Hun Sen apostó desde entonces por la línea dura: el líder del CNRP, Kem Sokha, está encarcelado por alta traición, acusación que este rechaza. Otros muchos opositores han huido al exilio y se han denunciado asesinatos de políticos opositores. A más de 100 políticos del partido se les prohibió participar en política durante cinco años.
Desde el exilio, el CNRP boicoteó los comicios y señaló que certifican "la muerte de la democracia en Camboya" y llamó a protestar por los comicios. Asegura que más del ocho por ciento de los votos son inválidos, por lo que pidió a la comunidad internacional que no reconozca los resultados.
Y mientras la oposición y Estados Unidos criticaron los comicios, los observadores electorales de Rusia, Vietnam, Tailandia, Laos, Malasia o India respaldaron el proceso electoral, que consideraron libre, justo y transparente.
Sin embargo el sábado un grupo de 23 observadores locales e internacionales denunció a la comisión y al Gobierno por lo que consideró un intento de legitimar la elección acreditando a más de 80.000 observadores nacionales y extranjeros no independientes ni cualificados para ejercer esa labor. La alta cifra de participación también desata dudas sobre su credibilidad.
Estados Unidos, la Unión Europea y Japón no enviaron observadores a los comicios y la Casa Blanca llegó a advertir que estudiaría prolongar las restricciones de visado a los camboyanos anunciadas previamente.
Los comicios del domingo recibieron fuertes críticas internacionales. Estados Unidos señaló que no fueron libres ni justas y exigió la liberación de los presos políticos, amenazando incluso con sanciones.
La victoria del partido supone un nuevo mandato para Hun Sen, que gobierna desde hace 33 años. El principal partido opositor fue prohibido el año pasado, por lo que el CPP no tiene en realidad competencia seria.
El propio CPP, de corte marxista-leninista, proclamó una "gloriosa victoria" en la que se hizo con "casi todos" los escaños con más del 77 por ciento de los votos en todo el país, dijo hoy el portavoz del partido Sok Eysan citando cifras anteriores del NEC. Eysan había dicho antes que el partido había ganado más del 80 por ciento de los votos.
"Han votado por la senda democrática", dijo también en declaraciones a la prensa estatal el propio primer ministro Hun Sen.
Las cifras preliminares publicadas por el NEC le otorgan al partido al menos el 60 por ciento de los votos en las 24 provincias y en la capital Phnom Penh. El resultado oficial, sin embargo, no se dará a conocer hasta agosto.
La participación en estos comicios superó el 80 por ciento (unos 6,9 millones de los casi 8,4 millones de votantes registrados", según los datos de la comisión electoral.
Hun Sen, de 65 años, que tras 33 años ha prometido gobernar el país al menos otros diez, es uno de los jefes de Gobierno del mundo que lleva más tiempo al frente de un país. Fue el encargado de liderar Camboya durante su transición democrática, pero después de que el opositor Partido de Salvación Nacional (CNRP) estuviera a punto de derrotarlo en los comicios de 2013, fue prohibido en noviembre del año pasado por un tribunal a petición del Gobierno.
Hun Sen apostó desde entonces por la línea dura: el líder del CNRP, Kem Sokha, está encarcelado por alta traición, acusación que este rechaza. Otros muchos opositores han huido al exilio y se han denunciado asesinatos de políticos opositores. A más de 100 políticos del partido se les prohibió participar en política durante cinco años.
Desde el exilio, el CNRP boicoteó los comicios y señaló que certifican "la muerte de la democracia en Camboya" y llamó a protestar por los comicios. Asegura que más del ocho por ciento de los votos son inválidos, por lo que pidió a la comunidad internacional que no reconozca los resultados.
Y mientras la oposición y Estados Unidos criticaron los comicios, los observadores electorales de Rusia, Vietnam, Tailandia, Laos, Malasia o India respaldaron el proceso electoral, que consideraron libre, justo y transparente.
Sin embargo el sábado un grupo de 23 observadores locales e internacionales denunció a la comisión y al Gobierno por lo que consideró un intento de legitimar la elección acreditando a más de 80.000 observadores nacionales y extranjeros no independientes ni cualificados para ejercer esa labor. La alta cifra de participación también desata dudas sobre su credibilidad.
Estados Unidos, la Unión Europea y Japón no enviaron observadores a los comicios y la Casa Blanca llegó a advertir que estudiaría prolongar las restricciones de visado a los camboyanos anunciadas previamente.