Imagen del film Michael
Opera prima del austriaco Markus Schleinzer, "Michael" es un retrato frío y casi clínico de un pederasta (Michael Fuith) que secuestra a un niño de diez años y lo mantiene encerrado en un sótano, donde abusa de él.
Michael, interpretado por Michael Fuith, vive de forma convencional: tiene un empleo, hace las compras, va a esquiar con sus amigos.
"Eso es lo que he querido contar. El criminal no intenta otra cosa que vivir de forma convencional", dijo el domingo en Cannes Schleinzer, que ha trabajado como asistente del laureado cineasta austriaco Michael Haneke ("La pianista").
Además, "por más monstruosa que sea una persona", cuando hay una interacción se acaban "creando lazos afectivos", afirmó el realizador tras la presentación de su película, que no fue recibida amablemente por la sala, pese a que los críticos reconocen su buena factura.
Planea sobre ese filme, que participa en la sección oficial del 64º Festival de Cannes, el fantasma del monstruoso padre de Natascha Kampusch.
En este paisaje bastante desolador, surgió el domingo una nota de alegría y frescor, con la película "The Artist", del realizador francés Michel Hazanavicius, que compite por la Palma de Oro y que fue recibida con alborozo en la sala.
El filme mudo y en blanco y negro, con la actriz argentina Bérénice Bejo y el apuesto actor francés Jean Dujardin, trata de dos estrellas de cine de los años '20 en Hollywood, cuando irrumpe el sonido.
Hazanavicius, que rodó su filme en Hollywood, juega con los códigos de ese formato para crear una melodrama donde la imagen, la música y la emoción, ocupan el lugar principal.
Esta cinta inteligente, llena de humor e impregnada de un sentimiento de solidaridad, ha sido la más aplaudida de las exhibidas hasta ahora en el certamen de cine, que arrancó el pasado jueves y concluye el 22 de mayo.
Interrogado acerca de qué lo llevo a hacer una película muda, y en blanco y negro, en la era de películas con millonarios efectos especiales y tercera dimensión, el realizador explicó que "tenía ganas de hacer un cine puramente visual". "Quería hacer una película que hiciera disfrutar al público", dijo el cineasta.
El lunes se estrena la francesa "L'Apollonide, souvenirs de la maison close", de Bertrand Bonello, que describe la vida cotidiana en un burdel, y la muy esperada "The tree of life" (El Arbol de la vida), del enigmático realizador estadounidense Terrence Malick.
Michael, interpretado por Michael Fuith, vive de forma convencional: tiene un empleo, hace las compras, va a esquiar con sus amigos.
"Eso es lo que he querido contar. El criminal no intenta otra cosa que vivir de forma convencional", dijo el domingo en Cannes Schleinzer, que ha trabajado como asistente del laureado cineasta austriaco Michael Haneke ("La pianista").
Además, "por más monstruosa que sea una persona", cuando hay una interacción se acaban "creando lazos afectivos", afirmó el realizador tras la presentación de su película, que no fue recibida amablemente por la sala, pese a que los críticos reconocen su buena factura.
Planea sobre ese filme, que participa en la sección oficial del 64º Festival de Cannes, el fantasma del monstruoso padre de Natascha Kampusch.
En este paisaje bastante desolador, surgió el domingo una nota de alegría y frescor, con la película "The Artist", del realizador francés Michel Hazanavicius, que compite por la Palma de Oro y que fue recibida con alborozo en la sala.
El filme mudo y en blanco y negro, con la actriz argentina Bérénice Bejo y el apuesto actor francés Jean Dujardin, trata de dos estrellas de cine de los años '20 en Hollywood, cuando irrumpe el sonido.
Hazanavicius, que rodó su filme en Hollywood, juega con los códigos de ese formato para crear una melodrama donde la imagen, la música y la emoción, ocupan el lugar principal.
Esta cinta inteligente, llena de humor e impregnada de un sentimiento de solidaridad, ha sido la más aplaudida de las exhibidas hasta ahora en el certamen de cine, que arrancó el pasado jueves y concluye el 22 de mayo.
Interrogado acerca de qué lo llevo a hacer una película muda, y en blanco y negro, en la era de películas con millonarios efectos especiales y tercera dimensión, el realizador explicó que "tenía ganas de hacer un cine puramente visual". "Quería hacer una película que hiciera disfrutar al público", dijo el cineasta.
El lunes se estrena la francesa "L'Apollonide, souvenirs de la maison close", de Bertrand Bonello, que describe la vida cotidiana en un burdel, y la muy esperada "The tree of life" (El Arbol de la vida), del enigmático realizador estadounidense Terrence Malick.