Aunque el actor Ernesto Larrese y su compañero sentimental Alejandro Vannelli se presentaron como los primeros en contraer matrimonio en Buenos Aires, los primeros fueron en realidad Miguel Ángel Calefato, de 65 años, y José Luis David Navarro, de 54, que adelantaron casi cuatro horas su turno en el registro civil de Santiago del Estero, en el norte del país. Se casaron en la localidad santiagueña de Frías, a las 7.30 de la mañana, en una ceremonia discreta y familiar, dos horas antes que Larrese y Vannelli.
Ajenos a la promesa de la secretaría de Turismo de la capital de México, que ofreció una luna de miel gratis en ese país a la primera pareja homosexual que se casara en Argentina tras la sanción de la norma nacional, Miguel Ángel Calefato y José Luis David Navarro no tienen grandes planes para celebrar su boda, más allá de una fiesta íntima, porque no son amigos de "tradiciones impuestas por la sociedad". La pareja se conoció hace 27 años en la turística ciudad costera de Mar del Plata, cuando José Luis estaba casado y Miguel Ángel mantenía una relación con otro hombre. "Ambos teníamos otras parejas, pero notamos que lo nuestro era muy fuerte, que éramos el uno para el otro, que queríamos compartir la vida y luchar juntos por lo que deseábamos", ha explicado Navarro, quien apenas unos meses después se divorció de su mujer y se fue a vivir con Calefato.
Dos horas después de su enlace, Larrese y Vannelli se han dado el "sí, quiero" con el tradicional intercambio de alianzas en una concurrida ceremonia celebrada en un registro civil de Buenos Aires. Junto a ellos han estado presentes una nutrida representación del colectivo homosexual, familiares, numerosos periodistas y afamados actores, que han ejercido de testigos junto a las hermanas de la pareja.
Los contrayentes, juntos desde hace 34 años, tenían inicialmente turno para casarse el próximo 13 de agosto, pero como reconocimiento a su lucha por los derechos de los homosexuales, el registro civil aprobó adelantar la fecha para que pudieran protagonizar la primera boda homosexual tras la sanción de la norma nacional, pionera en América Latina.
"Estoy muy emocionado. Es un momento tan maravilloso... No tengo más que palabras de agradecimiento", ha afirmado Vannelli, de 61 años y con una hija y dos nietos, sin poder contener las lágrimas. A "todos los homofóbicos les digo que estén tranquilos, que no va a pasar nada que a ellos les perjudique, no tienen nada de lo que temer. Cualquier fobia se cura con amor. Y lo que viene es más amor, más igualdad, y eso no puede ser más que positivo", ha señalado Larrese.
Larrese y Vannelli, activos militantes de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, ha elegido para formalizar su relación el mismo registro civil que tres años antes les había denegado su solicitud, lo que les llevó a iniciar una apelación que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. La presidenta de la Federación, María Rachid, ha celebrado, muy emocioada, que hayan sido ellos, los primeros que presentaron una apelación en el país para poder casarse, en junio de 2007, quienes hayan podido estrenar el reconocimiento legal por el que tanto habían luchado.
En los próximos días se celebrarán cuatro matrimonios más en diferentes provincias del país. Antes de la reforma legal, varias personas se habían casado mediante habilitaciones judiciales, aunque algunas uniones fueron anuladas y están pendientes de apelación. Argentina se convierte así en el segundo país tras Canadá en la avanzadilla de países que reconocen los derechos civiles de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en un continente más reacio que Europa a la hora de conceder libertades sociales a estos colectivos. Canadá lo aprobó en el año 2005 -aunque los derechos relativos a la adopción, pensiones o beneficios sociales varían según la provincia-, al igual que hicieron poco antes Bélgica, Holanda y España en Europa. Posteriormente, se han sumado a la lista -que ya integran 10 país con la incorporación de Argentina- Sudáfrica, Noruega, Suecia, Islandia y Portugal.
Ajenos a la promesa de la secretaría de Turismo de la capital de México, que ofreció una luna de miel gratis en ese país a la primera pareja homosexual que se casara en Argentina tras la sanción de la norma nacional, Miguel Ángel Calefato y José Luis David Navarro no tienen grandes planes para celebrar su boda, más allá de una fiesta íntima, porque no son amigos de "tradiciones impuestas por la sociedad". La pareja se conoció hace 27 años en la turística ciudad costera de Mar del Plata, cuando José Luis estaba casado y Miguel Ángel mantenía una relación con otro hombre. "Ambos teníamos otras parejas, pero notamos que lo nuestro era muy fuerte, que éramos el uno para el otro, que queríamos compartir la vida y luchar juntos por lo que deseábamos", ha explicado Navarro, quien apenas unos meses después se divorció de su mujer y se fue a vivir con Calefato.
Dos horas después de su enlace, Larrese y Vannelli se han dado el "sí, quiero" con el tradicional intercambio de alianzas en una concurrida ceremonia celebrada en un registro civil de Buenos Aires. Junto a ellos han estado presentes una nutrida representación del colectivo homosexual, familiares, numerosos periodistas y afamados actores, que han ejercido de testigos junto a las hermanas de la pareja.
Los contrayentes, juntos desde hace 34 años, tenían inicialmente turno para casarse el próximo 13 de agosto, pero como reconocimiento a su lucha por los derechos de los homosexuales, el registro civil aprobó adelantar la fecha para que pudieran protagonizar la primera boda homosexual tras la sanción de la norma nacional, pionera en América Latina.
"Estoy muy emocionado. Es un momento tan maravilloso... No tengo más que palabras de agradecimiento", ha afirmado Vannelli, de 61 años y con una hija y dos nietos, sin poder contener las lágrimas. A "todos los homofóbicos les digo que estén tranquilos, que no va a pasar nada que a ellos les perjudique, no tienen nada de lo que temer. Cualquier fobia se cura con amor. Y lo que viene es más amor, más igualdad, y eso no puede ser más que positivo", ha señalado Larrese.
Larrese y Vannelli, activos militantes de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, ha elegido para formalizar su relación el mismo registro civil que tres años antes les había denegado su solicitud, lo que les llevó a iniciar una apelación que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. La presidenta de la Federación, María Rachid, ha celebrado, muy emocioada, que hayan sido ellos, los primeros que presentaron una apelación en el país para poder casarse, en junio de 2007, quienes hayan podido estrenar el reconocimiento legal por el que tanto habían luchado.
En los próximos días se celebrarán cuatro matrimonios más en diferentes provincias del país. Antes de la reforma legal, varias personas se habían casado mediante habilitaciones judiciales, aunque algunas uniones fueron anuladas y están pendientes de apelación. Argentina se convierte así en el segundo país tras Canadá en la avanzadilla de países que reconocen los derechos civiles de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en un continente más reacio que Europa a la hora de conceder libertades sociales a estos colectivos. Canadá lo aprobó en el año 2005 -aunque los derechos relativos a la adopción, pensiones o beneficios sociales varían según la provincia-, al igual que hicieron poco antes Bélgica, Holanda y España en Europa. Posteriormente, se han sumado a la lista -que ya integran 10 país con la incorporación de Argentina- Sudáfrica, Noruega, Suecia, Islandia y Portugal.