Según la policía y los hospitales, hubo cinco muertos en la ciudad de Mosul (norte), dos en Hawija, en la provincia petrolera de Kirkuk, cinco en Tikrit y uno en Samarra, en el centro del país, así como un joven de 15 años en Calar, una localidad kurda de la provincia de Diyala.
Estas muertes elevan a 18 el número de manifestantes que han perdido la vida en las protestas que agitan a Irak desde hace varias semanas. Un policía también murió.
Además 124 personas, entre ellas 17 policías y soldados, resultaron heridas en una decena de ciudades en donde se llevaron a cabo marchas de protesta.
En cinco ciudades, incluida la capital, se mantiene hasta el sábado la prohibición de circular.
En Bagdad las fuerzas de seguridad utilizaron cañones de agua y granadas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que les lanzaban piedras.
Los iraquíes tuvieron que ir andando hasta la plaza Tahrir, en el centro de Bagdad, dado que el mando militar de Bagdad prohibió la circulación rodada.
En medio de un importante despliegue militar y policial, unos 5.000 manifestantes se encontraban en la plaza y otros llegaban al lugar. También se impusieron restricciones a las manifestaciones en el resto del país.
Inspirados en las revueltas de Túnez y de Egipto, un movimiento bautizado "la revolución de la ira iraquí" convocó a través de Facebook a manifestarse para exigir "el cambio, la libertad y una democracia verdadera" y pidió a las fuerzas de seguridad "proteger" a los manifestantes.
Dicho llamamiento convocaba a "los millones de desempleados, intelectuales, trabajadores, diplomados universitarios, viudas y huérfanos" a reunirse en la plaza Tahrir.
Sin embargo, la mayoría de los organizadores de las manifestaciones insisten en que solo reivindican "reformas" y mejoras del día a día de los ciudadanos. "No se trata de hacer caer al gobierno o el régimen, ni de tomar a los políticos como objetivo", subrayan en un comunicado.
"No queremos cambiar el gobierno, porque lo hemos elegido, pero queremos que se ponga a trabajar", declaró Darghan Adnane, un estudiante de 24 años en la plaza Tahrir.
"La gente viene andando hasta la plaza", afirmó a la AFP una de las organizadoras, Shuruq al Abayachi. "El anuncio tardío de la prohibición de circular en coche por supuesto tiene como objetivo tratar de impedir a la gente que venga".
El jueves, el primer ministro Nuri al Maliki acusó a los organizadores de la manifestación de ser partidarios del antiguo dictador Sadam Husein, de los "terroristas", y exhortó al pueblo a que no saliera a manifestar.
"Ninguno de nosotros pertenece a Al Qaida ni a los partidarios de Sadam, somos ciudadanos iraquíes ordinarios que protestan contra la ausencia de servicios públicos, la corrupción y queremos la reforma del sistema", respondió Abayachi.
En el sur, unas 3.000 personas se manifestaron en Basora tras el anuncio de la dimisión del gobierno de la provincia. En las ciudades de Nasiriya (sur), Kut y Kerbala (centro) cientos de personas gritaron "Mentiroso, Mentiroso Maliki".
Para tratar de calmar los ánimos, el gobierno ha multiplicado los gestos. Aumentó en 1.000 millones de dólares la cuantía destinada a las raciones alimentarias distribuidas a seis millones de familias, obligando a los oficiales a apretarse el cinturón.
Casi siete millones de iraquíes (23% de la población) viven por debajo del umbral de pobreza con 2,2 dólares por persona al día y el 30% de los jóvenes están desempleados.
Estas muertes elevan a 18 el número de manifestantes que han perdido la vida en las protestas que agitan a Irak desde hace varias semanas. Un policía también murió.
Además 124 personas, entre ellas 17 policías y soldados, resultaron heridas en una decena de ciudades en donde se llevaron a cabo marchas de protesta.
En cinco ciudades, incluida la capital, se mantiene hasta el sábado la prohibición de circular.
En Bagdad las fuerzas de seguridad utilizaron cañones de agua y granadas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que les lanzaban piedras.
Los iraquíes tuvieron que ir andando hasta la plaza Tahrir, en el centro de Bagdad, dado que el mando militar de Bagdad prohibió la circulación rodada.
En medio de un importante despliegue militar y policial, unos 5.000 manifestantes se encontraban en la plaza y otros llegaban al lugar. También se impusieron restricciones a las manifestaciones en el resto del país.
Inspirados en las revueltas de Túnez y de Egipto, un movimiento bautizado "la revolución de la ira iraquí" convocó a través de Facebook a manifestarse para exigir "el cambio, la libertad y una democracia verdadera" y pidió a las fuerzas de seguridad "proteger" a los manifestantes.
Dicho llamamiento convocaba a "los millones de desempleados, intelectuales, trabajadores, diplomados universitarios, viudas y huérfanos" a reunirse en la plaza Tahrir.
Sin embargo, la mayoría de los organizadores de las manifestaciones insisten en que solo reivindican "reformas" y mejoras del día a día de los ciudadanos. "No se trata de hacer caer al gobierno o el régimen, ni de tomar a los políticos como objetivo", subrayan en un comunicado.
"No queremos cambiar el gobierno, porque lo hemos elegido, pero queremos que se ponga a trabajar", declaró Darghan Adnane, un estudiante de 24 años en la plaza Tahrir.
"La gente viene andando hasta la plaza", afirmó a la AFP una de las organizadoras, Shuruq al Abayachi. "El anuncio tardío de la prohibición de circular en coche por supuesto tiene como objetivo tratar de impedir a la gente que venga".
El jueves, el primer ministro Nuri al Maliki acusó a los organizadores de la manifestación de ser partidarios del antiguo dictador Sadam Husein, de los "terroristas", y exhortó al pueblo a que no saliera a manifestar.
"Ninguno de nosotros pertenece a Al Qaida ni a los partidarios de Sadam, somos ciudadanos iraquíes ordinarios que protestan contra la ausencia de servicios públicos, la corrupción y queremos la reforma del sistema", respondió Abayachi.
En el sur, unas 3.000 personas se manifestaron en Basora tras el anuncio de la dimisión del gobierno de la provincia. En las ciudades de Nasiriya (sur), Kut y Kerbala (centro) cientos de personas gritaron "Mentiroso, Mentiroso Maliki".
Para tratar de calmar los ánimos, el gobierno ha multiplicado los gestos. Aumentó en 1.000 millones de dólares la cuantía destinada a las raciones alimentarias distribuidas a seis millones de familias, obligando a los oficiales a apretarse el cinturón.
Casi siete millones de iraquíes (23% de la población) viven por debajo del umbral de pobreza con 2,2 dólares por persona al día y el 30% de los jóvenes están desempleados.