- Reducción nuclear -
Irán reducirá el número de centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio --que no sólo proveen combustible nuclear, sino también pueden servir para desarrollar armas atómicas-- de 19.000 a 5.060, y mantendrá este nivel durante una década.
El enriquecimiento de uranio se realizará exclusivamente en las instalaciones de Natanz, en el sitio de Fordo, que fue construido en una montaña para protegerlo de eventuales ataques, y mantendrá 1.044 centrifugadoras adicionales, pero no para enriquecimiento de uranio.
Las reservas iraníes de uranio poco enriquecido, actualmente de varias toneladas, se reducirán a 300 kilogramos durante 15 años. En este periodo solamente podrá procesar uranio de bajo enriquecimiento.
No existen limitaciones en lo que concierne a las tareas de investigación y desarrollo. Éstas no podrán dar lugar a la acumulación de uranio enriquecido.
El reactor de Arak será rediseñado para que no sea capaz de producir plutonio, alternativa al uranio muy enriquecido para desarrollar el arma nuclear.
Irán permitirá la aplicación del protocolo adicional, que permite inspecciones más estrictas, lo que potencialmente incluye a los sitios militares.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) empleará equipos de control de alta tecnología y tendrá acceso a las instalaciones, tanto de las minas de uranio como a los sitios donde se encuentran las centrifugadoras durante un periodo de hasta 25 años.
Irán también seguirá una "hoja de ruta" en acuerdo con la AIEA a partir de este martes para la investigación de las denuncias de sus eventuales esfuerzos anteriores para desarrollar el arma nuclear. El organismo de control espera completar estas tareas a mediados de diciembre.
- Sanciones -
Una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU respaldando este acuerdo pondrá fin a todas las sanciones incluidas en las resoluciones anteriores vinculadas al programa nuclear iraní, salvo algunas mantenidas con carácter excepcional.
Lo mismo se aplicará a las sanciones contra Teherán puestas en práctica por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) y vinculadas al programa nuclear, que afectan a las exportaciones de petróleo, al sistema financiero iraní y a otras áreas.
Las restricciones sobre la venta de armas se podrán levantar en un plazo de cinco años o una vez que la AIEA llegue a una "conclusión general" respecto a que todas las actividades nucleares de Irán son de carácter pacífico.
Para misiles balísticos el plazo es de ocho años.
No obstante, algunas entregas de armamento serían posibles con un acuerdo especial del Consejo de Seguridad de la ONU.
Se creará una comisión mixta integrada por Irán, las seis potencias del grupo 5+1 y la UE para estudiar los problemas que se planteen, y se necesitará una mayoría de votos para determinar si se produjo una eventual violación al acuerdo.