De izquierda a derecha, Hugo Chávez y Raúl Castro.
"Hemos acordado relanzar el Convenio Integral de Cooperación (entre Cuba y Venezuela) hasta el 2020", para lo que será una década "de grandes avances en la construcción del socialismo", dijo Chávez en la conmemoración por los 10 años del pacto binacional, celebrado en el Palacio de las Convenciones de La Habana.
Por su parte, Raúl Castro convocó durante el acto al VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único) para la segunda quincena de abril próximo, el primero en 13 años, a fin de actualizar el modelo económico de la isla.
El convenio, que tiene como pilar la complementariedad entre los dos países, fue firmado en octubre de 2000 en Caracas por Chávez y el líder comunista Fidel Castro, con quien el mandatario venezolano se reunió el sábado pasado, apenas arribó a la isla.
Chávez y Raúl Castro trazaron este lunes nuevas estrategias de cooperación, luego de hacer un balance del convenio que echó a andar lo que ambos denominan un "modelo único de integración" e hizo de Venezuela el principal socio comercial de Cuba, con un intercambio de 3.500 millones de dólares anuales.
"Hemos creado un sistema de integración sin precedentes, no sólo en la historia de América Latina, en la historia del mundo", había dicho el domingo Chávez en un programa especial en la radio y la televisión cubana.
Chávez llamó entonces a apoyar los cambios emprendidos por Raúl Castro para dinamizar la maltrecha economía de la isla, controlada en un 95% por el Estado y con serios problemas de ineficiencia.
"Creo que todos tenemos que ayudar a Cuba en lo que Raúl ha invocado, la actualización del socialismo", manifestó.
Durante la cumbre binacional celebrada en julio pasado, se firmaron más de un centenar de acuerdos para la ejecución de 139 proyectos en sectores como energía, minería, alimentación, salud e industria ligera, lo que llevó a Raúl Castro a afirmar que los dos países se encaminaban hacia "la unión económica".
Por el convenio, Venezuela suministra a La Habana 100.000 barriles diarios de petróleo y recibe cerca de 40.000 cooperantes cubanos, 30.000 de ellos en el área de la salud.
Venezuela explora petróleo en una zona cubana del Golfo de México. Ambos países modernizaron y operan la refinería de Cienfuegos, en el centro de Cuba, que procesa unos 65.000 barriles diarios y se está ampliando para llegar a 150.000.
El acuerdo tiene una proyección más allá del ámbito binacional. Caracas, con sus finanzas y su petróleo, y La Habana, con sus recursos humanos, constituyen el sostén de los principales programas de la Alianza Bolivariana para las América (ALBA), que agrupa además a Bolivia, Ecuador, Nicaragua y tres islas del Caribe.
Chávez abogó por fortalecer al ALBA como "única forma de romper las cadenas del imperialismo", y encarar las nuevas amenazas de "los halcones" tras el triunfo republicano en las elecciones legislativas de Estados Unidos.
La fuerte alianza entre La Habana y Caracas es blanco de críticas constantes de la oposición venezolana, que acusa a Chávez de "cubanizar" al país con su proximidad ideológica a los hermanos Castro y una "excesiva" presencia de militares cubanos en las Fuerzas Armadas venezolanas.
Al salir al paso a esas críticas en octubre pasado, el embajador de Cuba en Caracas, Rogelio Polanco, dijo que sólo buscan "empañar una colaboración clara, transparente, diáfana y solidaria entre nuestros países".
La estrecha alianza entre Cuba y Venezuela preocupa a Washington, que la ve como una especie de mala influencia para América Latina.
Por su parte, Raúl Castro convocó durante el acto al VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único) para la segunda quincena de abril próximo, el primero en 13 años, a fin de actualizar el modelo económico de la isla.
El convenio, que tiene como pilar la complementariedad entre los dos países, fue firmado en octubre de 2000 en Caracas por Chávez y el líder comunista Fidel Castro, con quien el mandatario venezolano se reunió el sábado pasado, apenas arribó a la isla.
Chávez y Raúl Castro trazaron este lunes nuevas estrategias de cooperación, luego de hacer un balance del convenio que echó a andar lo que ambos denominan un "modelo único de integración" e hizo de Venezuela el principal socio comercial de Cuba, con un intercambio de 3.500 millones de dólares anuales.
"Hemos creado un sistema de integración sin precedentes, no sólo en la historia de América Latina, en la historia del mundo", había dicho el domingo Chávez en un programa especial en la radio y la televisión cubana.
Chávez llamó entonces a apoyar los cambios emprendidos por Raúl Castro para dinamizar la maltrecha economía de la isla, controlada en un 95% por el Estado y con serios problemas de ineficiencia.
"Creo que todos tenemos que ayudar a Cuba en lo que Raúl ha invocado, la actualización del socialismo", manifestó.
Durante la cumbre binacional celebrada en julio pasado, se firmaron más de un centenar de acuerdos para la ejecución de 139 proyectos en sectores como energía, minería, alimentación, salud e industria ligera, lo que llevó a Raúl Castro a afirmar que los dos países se encaminaban hacia "la unión económica".
Por el convenio, Venezuela suministra a La Habana 100.000 barriles diarios de petróleo y recibe cerca de 40.000 cooperantes cubanos, 30.000 de ellos en el área de la salud.
Venezuela explora petróleo en una zona cubana del Golfo de México. Ambos países modernizaron y operan la refinería de Cienfuegos, en el centro de Cuba, que procesa unos 65.000 barriles diarios y se está ampliando para llegar a 150.000.
El acuerdo tiene una proyección más allá del ámbito binacional. Caracas, con sus finanzas y su petróleo, y La Habana, con sus recursos humanos, constituyen el sostén de los principales programas de la Alianza Bolivariana para las América (ALBA), que agrupa además a Bolivia, Ecuador, Nicaragua y tres islas del Caribe.
Chávez abogó por fortalecer al ALBA como "única forma de romper las cadenas del imperialismo", y encarar las nuevas amenazas de "los halcones" tras el triunfo republicano en las elecciones legislativas de Estados Unidos.
La fuerte alianza entre La Habana y Caracas es blanco de críticas constantes de la oposición venezolana, que acusa a Chávez de "cubanizar" al país con su proximidad ideológica a los hermanos Castro y una "excesiva" presencia de militares cubanos en las Fuerzas Armadas venezolanas.
Al salir al paso a esas críticas en octubre pasado, el embajador de Cuba en Caracas, Rogelio Polanco, dijo que sólo buscan "empañar una colaboración clara, transparente, diáfana y solidaria entre nuestros países".
La estrecha alianza entre Cuba y Venezuela preocupa a Washington, que la ve como una especie de mala influencia para América Latina.