"China decidió otorgar un total de 60.000 millones de dólares de ayuda financiera, que incluyen 5.000 millones de préstamos a interés cero y 35.000 millones de préstamos con tasas preferenciales", anunció el presidente Xi Jinping en el foro de cooperación chino-africana, que se celebra hasta el sábado en la capital económica sudafricana.
Con más de un millón de trabajadores y más de 2.000 empresas presentes en el continente, China es el primer socio comercial de África, en donde destronó a Estados Unidos en 2009.
"En una década, los intercambios comerciales entre China y África se multiplicaron por diez", alcanzando los 300.000 millones de dólares este año, según cifras del Foro industrial chino-africano.
Sin embargo, China está creciendo al ritmo más bajo en 25 años, lo que ha propiciado una caída de los precios globales de las materias primas exportadas por numerosos países africanos, como petróleo, hierro o cobre.
Pekín ha reducido por ello su inversión en África en más de un 40% en los seis primeros meses de 2015. En países como Zambia o Sudáfrica, potencias mineras, esto se ha traducido en numerosos despidos en el sector.
"Estamos contentos de explorar las posibilidades de cooperación con China, para garantizar la viabilidad a largo plazo de la minería africana", dijo en ese sentido durante la cumbre el presidente sudafricano, Jacob Zuma.
"Esto es muy importante, a la vista de la demanda declinante de materias primas", puntualizó.
Los 60.000 millones de dólares financiarán 10 programas de cooperación de tres años, en ámbitos como la agricultura, la industrialización, la reducción de la pobreza, la salud, la cultura, la seguridad, la protección del medioambiente o el desarrollo de energías renovables.
Igualmente, Xi Jinping anunció ayuda para hacer frente a la sequía en África.
"China está muy preocupada por la mala cosecha causada por El Niño en muchos países africanos, y dará ayuda alimentaria de emergencia por valor de 1.000 millones de yuanes (156 millones de dólares) a los países afectados", dijo el presidente ante más de 20 dirigentes africanos.
Como parte de una "alianza industrial", el presidente chino anunció además la formación en África de 200.000 técnicos, y de 40.000 africanos en China.
Y prometió que "la cooperación entre China y África no se hará nunca en detrimento de los ecosistemas y los intereses a largo plazo de África".
Por eso, Pekín se comprometió a "poner en marcha 100 proyectos de energía limpia, de protección de la fauna y flora y de desarrollo agrícola respetuoso con el medioambiente".
Con todos estos anuncios, el poder de Pekín quiso dejar claro que pese a todo sigue muy comprometido con el continente africano, al que también ofreció ayuda en el plano de la seguridad.
Como parte de un "programa de paz y seguridad", el mandatario chino anunció así "una ayuda sin contrapartida a la Unión Africana de 60 millones de dólares, para apoyar la formación y las operaciones de la Fuerza Permanente Africana y de la capacidad africana de reacción rápida a las crisis".
El objetivo de esa fuerza africana, pendiente de formarse, es organizar las fuerzas del continente en cinco grandes regiones, que garantizarían sucesivamente la seguridad de los países africanos gracias a un contingente de 25.000 soldados.
La cumbre es la segunda entre China y África y la primera que tiene lugar en el continente africano. Pekín fue el anfitrión de la primera FOCAC en 2006.
Tres países africanos (Burkina Faso, Santo Tomé y Suazilandia) no están invitados a Johannesburgo, debido a sus relaciones diplomáticas con Taiwán, isla separada de China continental desde 1949.
Con más de un millón de trabajadores y más de 2.000 empresas presentes en el continente, China es el primer socio comercial de África, en donde destronó a Estados Unidos en 2009.
"En una década, los intercambios comerciales entre China y África se multiplicaron por diez", alcanzando los 300.000 millones de dólares este año, según cifras del Foro industrial chino-africano.
Sin embargo, China está creciendo al ritmo más bajo en 25 años, lo que ha propiciado una caída de los precios globales de las materias primas exportadas por numerosos países africanos, como petróleo, hierro o cobre.
Pekín ha reducido por ello su inversión en África en más de un 40% en los seis primeros meses de 2015. En países como Zambia o Sudáfrica, potencias mineras, esto se ha traducido en numerosos despidos en el sector.
"Estamos contentos de explorar las posibilidades de cooperación con China, para garantizar la viabilidad a largo plazo de la minería africana", dijo en ese sentido durante la cumbre el presidente sudafricano, Jacob Zuma.
"Esto es muy importante, a la vista de la demanda declinante de materias primas", puntualizó.
Los 60.000 millones de dólares financiarán 10 programas de cooperación de tres años, en ámbitos como la agricultura, la industrialización, la reducción de la pobreza, la salud, la cultura, la seguridad, la protección del medioambiente o el desarrollo de energías renovables.
Igualmente, Xi Jinping anunció ayuda para hacer frente a la sequía en África.
"China está muy preocupada por la mala cosecha causada por El Niño en muchos países africanos, y dará ayuda alimentaria de emergencia por valor de 1.000 millones de yuanes (156 millones de dólares) a los países afectados", dijo el presidente ante más de 20 dirigentes africanos.
Como parte de una "alianza industrial", el presidente chino anunció además la formación en África de 200.000 técnicos, y de 40.000 africanos en China.
Y prometió que "la cooperación entre China y África no se hará nunca en detrimento de los ecosistemas y los intereses a largo plazo de África".
Por eso, Pekín se comprometió a "poner en marcha 100 proyectos de energía limpia, de protección de la fauna y flora y de desarrollo agrícola respetuoso con el medioambiente".
- Cooperación en seguridad -
Con todos estos anuncios, el poder de Pekín quiso dejar claro que pese a todo sigue muy comprometido con el continente africano, al que también ofreció ayuda en el plano de la seguridad.
Como parte de un "programa de paz y seguridad", el mandatario chino anunció así "una ayuda sin contrapartida a la Unión Africana de 60 millones de dólares, para apoyar la formación y las operaciones de la Fuerza Permanente Africana y de la capacidad africana de reacción rápida a las crisis".
El objetivo de esa fuerza africana, pendiente de formarse, es organizar las fuerzas del continente en cinco grandes regiones, que garantizarían sucesivamente la seguridad de los países africanos gracias a un contingente de 25.000 soldados.
La cumbre es la segunda entre China y África y la primera que tiene lugar en el continente africano. Pekín fue el anfitrión de la primera FOCAC en 2006.
Tres países africanos (Burkina Faso, Santo Tomé y Suazilandia) no están invitados a Johannesburgo, debido a sus relaciones diplomáticas con Taiwán, isla separada de China continental desde 1949.