Wang Qishan-izquierda-y Dilma Rousseff
"Tratamos de algunos casos que preocupan a la industria brasileña, como la cuestión de las exportaciones brasileñas de productos manufacturados a China (y) solicitamos que también fuese objeto de las preocupaciones chinas un eventual dimensionamiento voluntario de las exportaciones chinas a Brasil", informó al término de las reuniones el vicepresidente brasileño, Michel Temer.
Brasil quiere que China se abra más a sus productos industrializados, ya que básicamente exporta commodities, y que contenga las masivas exportaciones de calzados, textiles y otros productos como autos que inundaron recientemente el mercado brasileño, informó una alta fuente de la Cancillería brasileña.
El viceprimer ministro chino aseguró la intención china de "optimizar la pauta comercial" y dijo que "la parte china continuará aumentando la implementación de los productos de alto valor agregado de Brasil".
Lo que "quedó claro", según la alta fuente brasileña, es que el dramático aumento de importaciones de productos chinos de bajo precio y la apertura de China a los industrializados brasileños "es un problema urgente, que es preciso atender" y "el gobierno chino indicó que va a actuar".
Algunos temas concretos que Brasil puso sobre la mesa fueron una mayor apertura del mercado chino a las carnes brasileñas, facilitar la exportación de aviones de la brasileña Embraer que fabricará aeronaves ejecutivas en China, y la instalación de empresas brasileñas en el país asiático, como la fabricante de autobuses Marcopolo, dijo Temer.
China también tuvo oportunidad de ventilar algunos temas, como su preocupación ante la reciente imposición brasileña de un impuesto de 30% a los autos importados, informó la fuente de la cancillería.
Brasil adoptó ese impuesto, entre otros, después de que la importación de autos de China aumentara casi 600% entre 2010 y 2011, según un reciente informe de la Cámara Brasil-China. Grandes empresas chinas fabricantes de autos anunciaron en los últimos meses su intención de producir en Brasil.
Wang Qishan aludió al interés de aumentar las inversiones bilaterales y de "promover la participación de monedas nacionales en el comercio bilateral", un tema que se habla desde hace años pero que no ha avanzado.
China y Brasil integran el grupo de potencias emergentes BRICS, con Rusia, India y Sudáfrica, cuya próxima cumbre se celebrará a final de marzo en India. El vicepresidente brasileño y el viceprimer ministro chino expresaron interés en coordinar posiciones en el G20 que reúne a grandes países industrializados y emergentes.
China es desde 2009 el mayor socio comercial de Brasil y principal fuente de nuevas inversiones en el país. En 2011, el comercio bilateral alcanzó 77.000 millones de dólares, con un superávit favorable a Brasil por 11.500 millones de dólares, es decir, casi 40% del superávit comercial total del país.
Pero Brasil exporta principalmente a China productos primarios: mineral de hierro, soja y petróleo (estos suman 80% de las exportaciones), e importa productos manufacturados, lo que ha levantado las susceptibilidades de la industria brasileña, que se queja de estar perdiendo competitividad en sus ventas dentro y fuera del país.
"Brasil tiene que buscar una mejor penetración en China de sus productos manufacturados", dijo el lunes a la AFP el economista jefe de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Flavio Castelo Branco.
Rousseff viajó a China en marzo del año pasado.
Brasil quiere que China se abra más a sus productos industrializados, ya que básicamente exporta commodities, y que contenga las masivas exportaciones de calzados, textiles y otros productos como autos que inundaron recientemente el mercado brasileño, informó una alta fuente de la Cancillería brasileña.
El viceprimer ministro chino aseguró la intención china de "optimizar la pauta comercial" y dijo que "la parte china continuará aumentando la implementación de los productos de alto valor agregado de Brasil".
Lo que "quedó claro", según la alta fuente brasileña, es que el dramático aumento de importaciones de productos chinos de bajo precio y la apertura de China a los industrializados brasileños "es un problema urgente, que es preciso atender" y "el gobierno chino indicó que va a actuar".
Algunos temas concretos que Brasil puso sobre la mesa fueron una mayor apertura del mercado chino a las carnes brasileñas, facilitar la exportación de aviones de la brasileña Embraer que fabricará aeronaves ejecutivas en China, y la instalación de empresas brasileñas en el país asiático, como la fabricante de autobuses Marcopolo, dijo Temer.
China también tuvo oportunidad de ventilar algunos temas, como su preocupación ante la reciente imposición brasileña de un impuesto de 30% a los autos importados, informó la fuente de la cancillería.
Brasil adoptó ese impuesto, entre otros, después de que la importación de autos de China aumentara casi 600% entre 2010 y 2011, según un reciente informe de la Cámara Brasil-China. Grandes empresas chinas fabricantes de autos anunciaron en los últimos meses su intención de producir en Brasil.
Wang Qishan aludió al interés de aumentar las inversiones bilaterales y de "promover la participación de monedas nacionales en el comercio bilateral", un tema que se habla desde hace años pero que no ha avanzado.
China y Brasil integran el grupo de potencias emergentes BRICS, con Rusia, India y Sudáfrica, cuya próxima cumbre se celebrará a final de marzo en India. El vicepresidente brasileño y el viceprimer ministro chino expresaron interés en coordinar posiciones en el G20 que reúne a grandes países industrializados y emergentes.
China es desde 2009 el mayor socio comercial de Brasil y principal fuente de nuevas inversiones en el país. En 2011, el comercio bilateral alcanzó 77.000 millones de dólares, con un superávit favorable a Brasil por 11.500 millones de dólares, es decir, casi 40% del superávit comercial total del país.
Pero Brasil exporta principalmente a China productos primarios: mineral de hierro, soja y petróleo (estos suman 80% de las exportaciones), e importa productos manufacturados, lo que ha levantado las susceptibilidades de la industria brasileña, que se queja de estar perdiendo competitividad en sus ventas dentro y fuera del país.
"Brasil tiene que buscar una mejor penetración en China de sus productos manufacturados", dijo el lunes a la AFP el economista jefe de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Flavio Castelo Branco.
Rousseff viajó a China en marzo del año pasado.