Los aranceles de Estados Unidos se dirigen sobre todo a la industria china de alta tecnología, entre otros la construcción de maquinaria, el sector de la comunicación e información o el aeroespacial. Las de Pekín, en tanto, apuntan a materias primas y sectores industriales como el automotor.
El representante de Comercio estadounidense, Robert Lighthizer, publicó una lista con 1.300 productos, que se ajustará en los próximos dos meses y podría entrar en vigor en junio.
Asimismo, argumentó que las nuevas sanciones de Washington se deben a las infracciones chinas sobre los derechos de copyright y la obligatoriedad para las empresas estadounidenses en China de compartir su tecnología con compañías locales.
Por su parte, Pekín respondió con tasas de un 25 por ciento que afectan principalmente al Estados Unidos rural, que votó mayoritariamente al presidente Donald Trump. Se ven afectados sobre todo la soja, los automóviles, la carne vacuna y los productos de las industrias químicas y aeronáuticas estadounidenses.
La soja es el principal producto que exporta Estados Unidos y en torno al 60 por ciento se vende a China. El gigante asiático es el mayor productor y consumidor de carne de cerdo y utiliza la soja, entre otras cosas, como pienso para el ganado porcino. Las sanciones de Pekín afectan también a otros productos agrarios como el maíz, el trigo o el algodón.
En total se trata de 106 productos estadounidenses en cuatro categorías por un valor también de 50.000 millones de dólares anuales, según el Ministerio de Comercio en Pekín. Las tasas chinas también se implementarán más adelante, dependiendo de cuándo haga efectivas Estados Unidos las suyas, informó el Gobierno chino.
Los nuevos aranceles aumentan la preocupación internacional por que el conflicto derive en una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo. Algunos observadores temen que se genere una espiral de sanciones y represalias.
El nuevo asesor económico de Trump, Larry Kudlow, dijo no obstante que es posible que las sanciones no sean implementadas, al afirmar que el presidente estadounidense es partidario del libre comercio y quiere resolver los problemas con China de la manera menos dañina posible. Trump está "poniendo sus cartas sobre la mesa", dijo a la cadena Fox News.
Mientras tanto, las medidas ya golpearon al mercado de acciones en Wall Street: el índice Dow Jones Industrial cayó el 1,55 por ciento en la primera hora, hasta los 23.662 puntos, quedando aún así por encima del mínimo anual que marcó el lunes. El Nasdaq 100 perdió un 1,25 por ciento y el S&P 500 retrocedió un 0,95 por ciento.
"Estados Unidos perdió de nuevo la mejor oportunidad de resolver adecuadamente los problemas a través del diálogo y las consultas", advirtió el portavoz de Exteriores chino Geng Shuang. "Podemos responder a cualquier proteccionismo comercial de Estados Unidos", afirmó el Ministerio de Comercio chino.
El comportamiento estadounidense está violando los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y China recurrirá a los tribunales arbitrales de este organismo, añadió.
Pekín considera que los aranceles impuestos por Washington son infundados. "Es típico de una política unilateral y del proteccionismo comercial", apuntó el Ministerio. "No hay ganadores en una guerra comercial", dijo por su parte el portavoz de Exteriores Geng. "Presionar o intimidar a China (...) no funcionó en el pasado y tampoco lo hará ahora", agregó.
"No estamos en una guerra comercial con China", respondió hoy Trump. "Esa guerra la perdieron hace muchos años los estúpidos o incompetentes que representaron a Estados Unidos", tuiteó.
"Ahora tenemos un déficit de 500.000 millones de dólares al año, con robo de propiedad intelectual por otros 300.000 millones. ¡No podemos permitir que esto continúe!", añadió.
Frente a las críticas de Estados Unidos sobre la supuesta apropiación o robo de tecnología norteamericana, China defendió su política industrial de objetivos "claros y transparentes". "Es comprensible que China quiera fortalecer sus capacidades de producción", dijo Geng. Estados Unidos, que es líder en ciencia y tecnología, "debería tener más confianza en sí mismo", añadió.
Tras conocerse las nuevas medidas, la Unión Europea (UE) anunció que llevará a cabo un análisis independendiente sobre los aranceles anunciados por Estados Unidos. "La UE está convencida de que las medidas deben tomarse siempre en el marco regulatorio de la OMC", dijo hoy un portavoz de la Comisión Europea.
Los nuevos aranceles de Estados Unidos llegan después de los impuestos a las importaciones chinas de acero y aluminio en marzo. China había reaccionado el lunes a esa medida con impuestos sobre 128 importaciones estadounidenses por valor de 3.000 millones de dólares.
Representantes de la economía y de empresas norteamericanas que operan en China advirtieron de que la introducción de aranceles es un camino equivocado y daña a los consumidores estadounidenses.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aseguró que no es amigo de los aranceles y advirtió que Estados Unidos se mueve por una "pendiente resbaladiza". "Me pone nervioso entrar en una guerra comercial y espero que no se vaya demasiado lejos", dijo el político, del mismo partido que Trump.
El representante de Comercio estadounidense, Robert Lighthizer, publicó una lista con 1.300 productos, que se ajustará en los próximos dos meses y podría entrar en vigor en junio.
Asimismo, argumentó que las nuevas sanciones de Washington se deben a las infracciones chinas sobre los derechos de copyright y la obligatoriedad para las empresas estadounidenses en China de compartir su tecnología con compañías locales.
Por su parte, Pekín respondió con tasas de un 25 por ciento que afectan principalmente al Estados Unidos rural, que votó mayoritariamente al presidente Donald Trump. Se ven afectados sobre todo la soja, los automóviles, la carne vacuna y los productos de las industrias químicas y aeronáuticas estadounidenses.
La soja es el principal producto que exporta Estados Unidos y en torno al 60 por ciento se vende a China. El gigante asiático es el mayor productor y consumidor de carne de cerdo y utiliza la soja, entre otras cosas, como pienso para el ganado porcino. Las sanciones de Pekín afectan también a otros productos agrarios como el maíz, el trigo o el algodón.
En total se trata de 106 productos estadounidenses en cuatro categorías por un valor también de 50.000 millones de dólares anuales, según el Ministerio de Comercio en Pekín. Las tasas chinas también se implementarán más adelante, dependiendo de cuándo haga efectivas Estados Unidos las suyas, informó el Gobierno chino.
Los nuevos aranceles aumentan la preocupación internacional por que el conflicto derive en una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo. Algunos observadores temen que se genere una espiral de sanciones y represalias.
El nuevo asesor económico de Trump, Larry Kudlow, dijo no obstante que es posible que las sanciones no sean implementadas, al afirmar que el presidente estadounidense es partidario del libre comercio y quiere resolver los problemas con China de la manera menos dañina posible. Trump está "poniendo sus cartas sobre la mesa", dijo a la cadena Fox News.
Mientras tanto, las medidas ya golpearon al mercado de acciones en Wall Street: el índice Dow Jones Industrial cayó el 1,55 por ciento en la primera hora, hasta los 23.662 puntos, quedando aún así por encima del mínimo anual que marcó el lunes. El Nasdaq 100 perdió un 1,25 por ciento y el S&P 500 retrocedió un 0,95 por ciento.
"Estados Unidos perdió de nuevo la mejor oportunidad de resolver adecuadamente los problemas a través del diálogo y las consultas", advirtió el portavoz de Exteriores chino Geng Shuang. "Podemos responder a cualquier proteccionismo comercial de Estados Unidos", afirmó el Ministerio de Comercio chino.
El comportamiento estadounidense está violando los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y China recurrirá a los tribunales arbitrales de este organismo, añadió.
Pekín considera que los aranceles impuestos por Washington son infundados. "Es típico de una política unilateral y del proteccionismo comercial", apuntó el Ministerio. "No hay ganadores en una guerra comercial", dijo por su parte el portavoz de Exteriores Geng. "Presionar o intimidar a China (...) no funcionó en el pasado y tampoco lo hará ahora", agregó.
"No estamos en una guerra comercial con China", respondió hoy Trump. "Esa guerra la perdieron hace muchos años los estúpidos o incompetentes que representaron a Estados Unidos", tuiteó.
"Ahora tenemos un déficit de 500.000 millones de dólares al año, con robo de propiedad intelectual por otros 300.000 millones. ¡No podemos permitir que esto continúe!", añadió.
Frente a las críticas de Estados Unidos sobre la supuesta apropiación o robo de tecnología norteamericana, China defendió su política industrial de objetivos "claros y transparentes". "Es comprensible que China quiera fortalecer sus capacidades de producción", dijo Geng. Estados Unidos, que es líder en ciencia y tecnología, "debería tener más confianza en sí mismo", añadió.
Tras conocerse las nuevas medidas, la Unión Europea (UE) anunció que llevará a cabo un análisis independendiente sobre los aranceles anunciados por Estados Unidos. "La UE está convencida de que las medidas deben tomarse siempre en el marco regulatorio de la OMC", dijo hoy un portavoz de la Comisión Europea.
Los nuevos aranceles de Estados Unidos llegan después de los impuestos a las importaciones chinas de acero y aluminio en marzo. China había reaccionado el lunes a esa medida con impuestos sobre 128 importaciones estadounidenses por valor de 3.000 millones de dólares.
Representantes de la economía y de empresas norteamericanas que operan en China advirtieron de que la introducción de aranceles es un camino equivocado y daña a los consumidores estadounidenses.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aseguró que no es amigo de los aranceles y advirtió que Estados Unidos se mueve por una "pendiente resbaladiza". "Me pone nervioso entrar en una guerra comercial y espero que no se vaya demasiado lejos", dijo el político, del mismo partido que Trump.