Manifestantes en Beirut, Líbano.
Retomando el lema de las rebeliones que sacudieron Túnez, Egipto, Libia o Yemen, "el pueblo quiere hacer caer el régimen", recorrieron bajo una intensa lluvia las calles de Beirut hasta el palacio de justicia, vigilados por la policía y el ejército.
Más de 2.600 personas habían anunciado su participación en esta marcha pero la lluvia parece haber disuadido a muchos activistas.
"Venga libaneses, sublévense contra la confesionalidad. Queremos un Estado civil", gritaban los manifestantes. "La confesionalidad es mala para la salud, os rogamos que os abstengáis", "Tiranos de Líbano, llegará vuestro turno seguro", proclamaban sus pancartas.
El sistema libanés es una mezcla compleja de reparto de poder basado en cuotas comunitarias y en una tradición de "democracia consensual". Desde la independencia en 1943, garantiza una paridad entre musulmanes y cristianos minoritarios en la región.
Más de 2.600 personas habían anunciado su participación en esta marcha pero la lluvia parece haber disuadido a muchos activistas.
"Venga libaneses, sublévense contra la confesionalidad. Queremos un Estado civil", gritaban los manifestantes. "La confesionalidad es mala para la salud, os rogamos que os abstengáis", "Tiranos de Líbano, llegará vuestro turno seguro", proclamaban sus pancartas.
El sistema libanés es una mezcla compleja de reparto de poder basado en cuotas comunitarias y en una tradición de "democracia consensual". Desde la independencia en 1943, garantiza una paridad entre musulmanes y cristianos minoritarios en la región.