Cine joven de América Latina trae a Biarritz temas nuevos y miradas distintas


BIARRITZ. - Los jóvenes realizadores de América Latina trajeron al festival de Biarritz un cine con temas novedosos y miradas diferentes a las de generaciones anteriores, aunque sin eludir las cuestiones políticas o sociales.



Una escena de Workers, de José Luis Valle
Una escena de Workers, de José Luis Valle
José Luis Valle es mexicano y vino al Festival de cine de América Latina en este balneario del suroeste de Francia con su primer largometraje "Workers", presentado con éxito en el Festival de Berlín y en el de Guadalajara, que muestra una Tijuana distinta a la habitual.
Valle, que nació en El Salvador y es hijo de guerrilleros, está preparando, como residente de la Berlinale, otro largometraje que transcurre durante la guerra civil salvadoreña.
"A mí lo que no me gusta, es lo obvio. Ni en la vida, ni en el cine", aclara el director de 35 años, autor además del documental "El Milagro del Papa" (2009).
En su próximo filme contará la historia del secuestro por la guerrilla de quien resulta ser uno de los hombres mas ricos del mundo. "En vez de hacer una película de guerra, tremendista y con discursos, es mas bien una comedia", adelantó.
"La guerra para mí, como yo la vi de chico, era muy absurda, y yo quiero preservar esa sensación y esa mirada", explica con convicción Valle, y su discurso hace eco al de otros jóvenes presentes en Biarritz.
Tras triunfar en San Sebastián, donde ganó la Concha de Oro con su filme "Pelo Malo", la venezolana Mariana Rondón presentó en Biarritz este filme que aborda el problema de la intolerancia, también desde una óptica novedosa.
"Yo estoy haciendo un trabajo sobre la intolerancia en un país que está polarizado y desde los dos extremos se agrede", dijo Rondón a la AFP. Deploró el debate generado por el filme desde el oficialismo venezolano, donde hubo críticas a sus declaraciones en San Sebastián tras ganar el premio. "Vamos a discutir, pero a discutir de verdad, no a atacar ni a cobrarle nada a nadie", dijo la cineasta, subrayando que la película aún no ha sido proyectada en Venezuela.
Para Marcela Said, directora chilena de "El verano de los peces voladores", --su primer largometraje, estrenado en Cannes--, "si hay algo por lo cual yo quiero seguir haciendo ficciones es que a veces el documental cae en lo ideológico, y a mí me preocupa la problemática humana, más universal".
Tras el éxito de su película, de pura ficción aunque esté presente la realidad mapuche, Said adelanta a la AFP que la próxima será un largometraje "que alguien podría describir como político, pero es sobre la cuestión humana, basada en un relato autobiográfico".
Cuenta la historia de una mujer de unos 40 años que tiene una amistad con un hombre mayor, su instructor de equitación, que en el pasado violó los derechos humanos en Chile.
"Es la historia de alguien que, 40 años más tarde, es capaz de hacer algo bueno por alguien", dice Said, e insiste: en su cine "no hay blancos y negros, estamos en los grises. A mí lo que me interesa, es la zona de los grises".
Santiago Loza, cordobés de 42 años, vive y trabaja en Buenos Aires. Presentó en Biarritz "La Paz", que aborda con mirada distinta las diferencias sociales.
Según Loza, el "cine latinoamericano" está desapareciendo como tal y no hay que lamentarlo. "Lo que hay son películas que hablan de la gente, y si la película funciona acá es porque habla de algo que es intrínsecamente humano y que puede pasar en otro lado". "Hay algo en las fronteras en lo cual yo ya dejo de creer".
De Uruguay llegó al festival Gonzalo Torrens, con su corto bizarro "Demasiada agua", ya presentado en Los Ángeles, filmado con un presupuesto de 800 dólares y codirigido por Nicolás Botana.
"Las miradas jóvenes están poniendo nuevas preguntas sobre la mesa, nuevas historias y nuevas inquietudes, no son las mismas que estábamos viendo antes", dice con entusiasmo Torrens, de 27 años.
Cita como ejemplo "Relocos y repasados", comedia de enredos no proyectada en Biarritz de Manuel Facal, otro egresado de la escuela de cine de Uruguay, sobre un grupo de amigos que encuentra un paquete con cinco drogas y deciden probarlas. "Es impensable que eso hubiera pasado hasta hace poco en el cine uruguayo", comenta.
"Demasiada agua" es una comedia del absurdo, pero también una historia de género, tiene suspenso, tensión y humor. "No es lo que estamos acostumbrados a ver los latinos cuando vemos nuestras películas, siempre con contexto social, con drama de por medio, contemplativas".
El nuevo cine de América Latina, asegura el realizador veinteañero, dejó de tener de manera obligada esos elementos. "O sea, a los latinoamericanos también nos pasan otras cosas", ironiza. "También nos enamoramos, también vivimos situaciones de misterio, de comedia, de peligro y de horror".
Además de los largometrajes de Rondona, Valle, Said y Loza, otros seis filmes compiten en Biarritz en la selección oficial por los premios "Abrazo" que se entregarán el sábado: "7 Cajas" de Juan Carlos Menaglia y Tana Schemori (Paraguay), "De Menor", de Caru Alves de Souza (Brasil), "El Tío" de Mateo Iribarren (Chile), "Las Horas Muertas" de Aarón Fernández y Los Insólitos Peces Gato" de Claude Sainte Luce, ambos de México y "Wakolda" de Lucía Puenzo (Argentina).
Miércoles, 2 de Octubre 2013
AFP (Agencia France-Presse)
           


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