En las elecciones del viernes pasado, el Fine Gael del primer ministro saliente, Enda Kenny, obtuvo 50 de los 158 escaños en el Parlamento, frente a 76 en los últimos comicios de 2011.
Los laboristas se hundieron, pasando de 37 a 7 diputados.
Incluso la suma de ambos partidos está muy lejos de los 80 diputados necesarios para obtener mayoría absoluta y constituir un gobierno estable.
Los resultados evidencian un rechazo categórico a la política de austeridad de la coalición de Kenny. Muchos irlandeses critican no sentir los efectos de la recuperación económica, con un crecimiento del 7% del PIB en 2015 y un retroceso del desempleo al 9%.
Se repite de este modo una historia que se ha vivido en Portugal y España: la de un partido conservador en el gobierno que aplica recetas de austeridad, devuelve al país a los buenos datos macroeconómicos pero sin lograr que los niveles de riqueza de antes de la crisis vuelvan a sus ciudadanos, que se vengan castigándolos en las urnas.
El Fianna Fail (centroderecha), el otro gran partido de este país de 4,6 millones de habitantes, fue la segunda fuerza más votada con 44 escaños, frente a 20 en 2011.
El Sinn Fein (izquierda nacionalista), antigua vitrina política del IRA, se convirtió en el tercer partido con 23 escaños, nueve más que en 2011.
El resultado del Sinn Fein es menor a lo que esperaba, debido sobre todo a la competencia de otros partidos antiausteridad y candidatos independientes, que obtuvieron en total 17 escaños.
La falta de un vencedor claro sume al país en la incertidumbre y abre un periodo de negociaciones para tratar de formar gobierno.
Fine Gael y Fianna Fail se reunirán cada uno por su lado el jueves. Tienen hasta el 10 de marzo para proponer una solución.
Enda Kenny dijo que hablará con todos los partidos, incluido el Fianna Fail, para intentar formar gobierno.
Una salida sería una alianza inédita entre dos rivales, el Fine Gael y Fianna Fail, que se suceden en el poder desde 1932.
Pero con esta solución traicionarían sus promesas de campaña, lo que podría molestar a su base activista que, pese a la proximidad de los programas de ambos partidos, mantienen resentimientos vinculados a su historia.
En efecto, ambos movimientos emanan de dos campos opuestos en la guerra civil irlandesa (1922-23).
Asimismo, es poco probable que Fianna Fail quiera participar en un gobierno como socio minoritario, ya que varios comicios en Europa han demostrado que esta posición es la que cuesta más votos en caso de fracaso, como fue el caso del Partido liberal-demócrata en Alemania, de los liberales demócratas en Reino Unido y de los laboristas en Irlanda.
La solución podría ser un gobierno en minoría del Fine Gael, con el apoyo puntual del Fianna Fail.
Tampoco es descartable un escenario como en España, donde más de dos meses después de las legislativas sigue sin haber gobierno y la falta de entendimiento entre los partidos podría llevar a la convocatoria de nuevos comicios.
Los laboristas se hundieron, pasando de 37 a 7 diputados.
Incluso la suma de ambos partidos está muy lejos de los 80 diputados necesarios para obtener mayoría absoluta y constituir un gobierno estable.
Los resultados evidencian un rechazo categórico a la política de austeridad de la coalición de Kenny. Muchos irlandeses critican no sentir los efectos de la recuperación económica, con un crecimiento del 7% del PIB en 2015 y un retroceso del desempleo al 9%.
Se repite de este modo una historia que se ha vivido en Portugal y España: la de un partido conservador en el gobierno que aplica recetas de austeridad, devuelve al país a los buenos datos macroeconómicos pero sin lograr que los niveles de riqueza de antes de la crisis vuelvan a sus ciudadanos, que se vengan castigándolos en las urnas.
El Fianna Fail (centroderecha), el otro gran partido de este país de 4,6 millones de habitantes, fue la segunda fuerza más votada con 44 escaños, frente a 20 en 2011.
El Sinn Fein (izquierda nacionalista), antigua vitrina política del IRA, se convirtió en el tercer partido con 23 escaños, nueve más que en 2011.
- Semanas de negociaciones -
El resultado del Sinn Fein es menor a lo que esperaba, debido sobre todo a la competencia de otros partidos antiausteridad y candidatos independientes, que obtuvieron en total 17 escaños.
La falta de un vencedor claro sume al país en la incertidumbre y abre un periodo de negociaciones para tratar de formar gobierno.
Fine Gael y Fianna Fail se reunirán cada uno por su lado el jueves. Tienen hasta el 10 de marzo para proponer una solución.
Enda Kenny dijo que hablará con todos los partidos, incluido el Fianna Fail, para intentar formar gobierno.
Una salida sería una alianza inédita entre dos rivales, el Fine Gael y Fianna Fail, que se suceden en el poder desde 1932.
Pero con esta solución traicionarían sus promesas de campaña, lo que podría molestar a su base activista que, pese a la proximidad de los programas de ambos partidos, mantienen resentimientos vinculados a su historia.
En efecto, ambos movimientos emanan de dos campos opuestos en la guerra civil irlandesa (1922-23).
Asimismo, es poco probable que Fianna Fail quiera participar en un gobierno como socio minoritario, ya que varios comicios en Europa han demostrado que esta posición es la que cuesta más votos en caso de fracaso, como fue el caso del Partido liberal-demócrata en Alemania, de los liberales demócratas en Reino Unido y de los laboristas en Irlanda.
La solución podría ser un gobierno en minoría del Fine Gael, con el apoyo puntual del Fianna Fail.
Tampoco es descartable un escenario como en España, donde más de dos meses después de las legislativas sigue sin haber gobierno y la falta de entendimiento entre los partidos podría llevar a la convocatoria de nuevos comicios.