El Presidente pidió perdón a los cubanos por la colaboración que Guatemala prestó al intento de Estados Unidos de sofocar la revolución isleña mediante la invasión de Playa Girón (en Bahía Cochinos), en 1961, por tropas de exiliados anticastristas.
“Quiero pedirle disculpas a Cuba por haber prestado nuestro país para haber preparado la invasión a Cuba”, declaró el gobernante en La Habana, y reiteró: “No fuimos nosotros, pero fue nuestro territorio”.
Las palabras de Colom llegan después de una semana de polémica por la concesión de la Orden del Quetzal a Fidel Castro, y son quizá las más comprometidas que se le han oído hasta el momento con respecto a los 50 años de socialismo cubano.
Como Nicaragua y Puerto Rico, Guatemala cobijó parte de los campamentos en que la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) entrenó a los invasores. Las tropas cubanas extinguieron el ataque, asestado el 17 de abril de 1961 por alrededor de 1,500 anticastristas, en menos de 72 horas. Y tomaron presos a más de 1,000 invasores, intercambiados un año más tarde por US$53 millones en medicinas y otros productos.
Colom ofreció las disculpas en la Universidad de la Habana de forma oficial, en su calidad de presidente, como jefe de Estado y como comandante en jefe del Ejército.
Pese a todo, al cierre de la edición, el gobernante no había logrado departir con el ex presidente cubano, quien, aunque retirado de la vida pública desde julio de 2006, recibe a ciertos mandatarios.
No obstante, la delegación guatemalteca se mostró optimista con respecto a los resultados del viaje y su portavoz, el secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Ronaldo Robles, aseguró que no se debe calificar como un fracaso el no haber coincidido con Fidel Castro. La visita tenía otras miras, indicó.
Según Colom, 68 casas de este tipo están por llegar al país, como un donativo del país presidido por Hugo Chávez. El regalo servirá para conocer la calidad de las viviendas, que en promedio miden 70 metros cuadrados, según publicaciones de prensa, y sopesar la posibilidad de incrementar el número. “Pudiera ser con la fábrica que se está instalando aquí en Cuba”, añadió.
Fernando Barillas, portavoz presidencial, recuerda que no serán las primeras: un grupo de petrocasas ya se instalaron en Palín, Escuintla, en 2008.
Robles dividió los resultados del viaje en dos grupos: “Los intangibles, que buscan ir robusteciendo las relaciones. Y los tangibles, que son de intercambio cultural, económico, político y comercial”.
Ninguno de los hermanos Castro, ni Fidel ni Raúl, los dos únicos dirigentes del Ejecutivo cubano en los últimos 50 años, han visitado Guatemala, según información de la Embajada isleña.
“Quiero pedirle disculpas a Cuba por haber prestado nuestro país para haber preparado la invasión a Cuba”, declaró el gobernante en La Habana, y reiteró: “No fuimos nosotros, pero fue nuestro territorio”.
Las palabras de Colom llegan después de una semana de polémica por la concesión de la Orden del Quetzal a Fidel Castro, y son quizá las más comprometidas que se le han oído hasta el momento con respecto a los 50 años de socialismo cubano.
Como Nicaragua y Puerto Rico, Guatemala cobijó parte de los campamentos en que la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) entrenó a los invasores. Las tropas cubanas extinguieron el ataque, asestado el 17 de abril de 1961 por alrededor de 1,500 anticastristas, en menos de 72 horas. Y tomaron presos a más de 1,000 invasores, intercambiados un año más tarde por US$53 millones en medicinas y otros productos.
Colom ofreció las disculpas en la Universidad de la Habana de forma oficial, en su calidad de presidente, como jefe de Estado y como comandante en jefe del Ejército.
Pese a todo, al cierre de la edición, el gobernante no había logrado departir con el ex presidente cubano, quien, aunque retirado de la vida pública desde julio de 2006, recibe a ciertos mandatarios.
No obstante, la delegación guatemalteca se mostró optimista con respecto a los resultados del viaje y su portavoz, el secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Ronaldo Robles, aseguró que no se debe calificar como un fracaso el no haber coincidido con Fidel Castro. La visita tenía otras miras, indicó.
La agenda
Entre ellas se encontraban ayer las visitas a una refinería de petróleo, a una empresa de cultivos, y al barrio de Petrocasa, un distrito cuyas casas de PVC, un derivado del petróleo, han sido erigidas gracias a la ayuda de Venezuela.Según Colom, 68 casas de este tipo están por llegar al país, como un donativo del país presidido por Hugo Chávez. El regalo servirá para conocer la calidad de las viviendas, que en promedio miden 70 metros cuadrados, según publicaciones de prensa, y sopesar la posibilidad de incrementar el número. “Pudiera ser con la fábrica que se está instalando aquí en Cuba”, añadió.
Fernando Barillas, portavoz presidencial, recuerda que no serán las primeras: un grupo de petrocasas ya se instalaron en Palín, Escuintla, en 2008.
Robles dividió los resultados del viaje en dos grupos: “Los intangibles, que buscan ir robusteciendo las relaciones. Y los tangibles, que son de intercambio cultural, económico, político y comercial”.
Visitantes y anfitriones
Álvaro Arzú y Álvaro Colom han sido los dos únicos guatemaltecos que han pisado Cuba como jefes de Estado, desde que se reanudaron las relaciones con la isla en 1998, después de 37 años de desconexión diplomática. Colom declaró ayer que se trata de un viaje “fuera de lo común. Que un presidente viaje a Cuba y se reúna con Castro, antes estaba prohibido en Guatemala”.Ninguno de los hermanos Castro, ni Fidel ni Raúl, los dos únicos dirigentes del Ejecutivo cubano en los últimos 50 años, han visitado Guatemala, según información de la Embajada isleña.