Hartos de la ocupación israelí en sus territorios, los jóvenes palestinos -que al parecer actúan de forma aislada- multiplican desde el 1 de octubre los ataques, generalmente con arma blanca, contra soldados y colonos judíos.
Varios de ellos han sido inmediatamente abatidos por las fuerzas de seguridad hebreas.
En algunos casos, las versiones palestinas e israelíes difirieron sobre la realidad de las amenazas y la proporcionalidad de la respuesta armada.
"Cuando una niña de 13 años, con un par de tijeras o un cuchillo en la mano, se mantiene a distancia de los soldados, no quiero que uno de éstos vacíe su cargador sobre ella, aunque (la joven) cometa un acto muy grave en sí", declaró el general Eisenkot el 17 de febrero ante colegiales.
"Se debería usar la fuerza necesaria", añadió, dando a entender que a veces era más de lo que se necesitaba.
Estas palabras, que reflejan uno de los principios de base del Estado de derecho en numerosos países --el uso proporcionado de la fuerza por policías o soldados-- suscita no obstante un apasionado debate en Israel, país que ha conocido ocho guerras desde su creación en 1948.
Uno de los 'duros' del gobierno muy conservador del primer ministro Benjamin Netanyahu, el ministro de Transportes Israel Katz, advirtió contra las incertidumbres que éstas palabras pueden generar entre los soldados.
La ministra adjunta de Exteriores, Tzipi Hotovely, expresó por su lado su preocupación por el hecho de que el jefe de Estado mayor parece dar razón a quienes acusan a los israelíes de uso desproporcionado de la fuerza.
"Jamás un soldado israelí ha vaciado su cargador sobre una niña de 13 años", dijo.
Los partidarios del alto militar han elogiado en cambio su sentido común.
Hanan Ashraui, miembro de la dirección palestina, dijo sorprenderse de que posiciones que son de simple "sentido común y de responsabilidad moral" generen tanta admiración.
"No veo por qué debe convertirse de golpe en alguien tan formidable. Quizá por oposición al clima imperante", comentó la dirigente palestina.
El general Eisenkot, de 55 años, cráneo rapado y corpulencia algo redonda, se ha forjado una reputación de moderador.
Fue originalmente simple soldado en una brigada en primera línea, pero luego se convirtió en jefe de esta brigada y empezó a escalar posiciones en el ejército, con el que participó en las guerras en Líbano.
Se convirtió en jefe de Estado mayor adjunto en 2014, antes de acceder a su jefatura en 2015.
Es considerado como un militar que aboga -pese a las violencias de los palestinos y las presiones de la derecha israelí- no por un incremento de la represión sino por medidas que al contrario faciliten la vida a los palestinos: más permisos de trabajo en Israel, y más libertad de movimiento para ellos.
El general Eisenkot también ha causado polémica al declarar que el acuerdo nuclear de las grandes potencias con Irán, denunciado abiertamente por Netanyahu, tiene sus riesgos pero también abre la vía a oportunidades.
Era jefe de Estado Mayor adjunto en 2014 en el momento de la guerra de Gaza, cuando tanto israelíes como palestinos pudieron cometer crímenes de guerra, según la ONU.
Este general "es un poco como un malabarista confrontado a tantos intereses contradictorios", dice de él Yossi Melman, analista de temas de seguridad en el diario Jerusalem Post.
"Pero consigue mantener en el aire todas las bolas al mismo tiempo", concluye
Varios de ellos han sido inmediatamente abatidos por las fuerzas de seguridad hebreas.
En algunos casos, las versiones palestinas e israelíes difirieron sobre la realidad de las amenazas y la proporcionalidad de la respuesta armada.
"Cuando una niña de 13 años, con un par de tijeras o un cuchillo en la mano, se mantiene a distancia de los soldados, no quiero que uno de éstos vacíe su cargador sobre ella, aunque (la joven) cometa un acto muy grave en sí", declaró el general Eisenkot el 17 de febrero ante colegiales.
"Se debería usar la fuerza necesaria", añadió, dando a entender que a veces era más de lo que se necesitaba.
Estas palabras, que reflejan uno de los principios de base del Estado de derecho en numerosos países --el uso proporcionado de la fuerza por policías o soldados-- suscita no obstante un apasionado debate en Israel, país que ha conocido ocho guerras desde su creación en 1948.
- 'Sentido común' -
Uno de los 'duros' del gobierno muy conservador del primer ministro Benjamin Netanyahu, el ministro de Transportes Israel Katz, advirtió contra las incertidumbres que éstas palabras pueden generar entre los soldados.
La ministra adjunta de Exteriores, Tzipi Hotovely, expresó por su lado su preocupación por el hecho de que el jefe de Estado mayor parece dar razón a quienes acusan a los israelíes de uso desproporcionado de la fuerza.
"Jamás un soldado israelí ha vaciado su cargador sobre una niña de 13 años", dijo.
Los partidarios del alto militar han elogiado en cambio su sentido común.
Hanan Ashraui, miembro de la dirección palestina, dijo sorprenderse de que posiciones que son de simple "sentido común y de responsabilidad moral" generen tanta admiración.
"No veo por qué debe convertirse de golpe en alguien tan formidable. Quizá por oposición al clima imperante", comentó la dirigente palestina.
El general Eisenkot, de 55 años, cráneo rapado y corpulencia algo redonda, se ha forjado una reputación de moderador.
Fue originalmente simple soldado en una brigada en primera línea, pero luego se convirtió en jefe de esta brigada y empezó a escalar posiciones en el ejército, con el que participó en las guerras en Líbano.
Se convirtió en jefe de Estado mayor adjunto en 2014, antes de acceder a su jefatura en 2015.
Es considerado como un militar que aboga -pese a las violencias de los palestinos y las presiones de la derecha israelí- no por un incremento de la represión sino por medidas que al contrario faciliten la vida a los palestinos: más permisos de trabajo en Israel, y más libertad de movimiento para ellos.
El general Eisenkot también ha causado polémica al declarar que el acuerdo nuclear de las grandes potencias con Irán, denunciado abiertamente por Netanyahu, tiene sus riesgos pero también abre la vía a oportunidades.
Era jefe de Estado Mayor adjunto en 2014 en el momento de la guerra de Gaza, cuando tanto israelíes como palestinos pudieron cometer crímenes de guerra, según la ONU.
Este general "es un poco como un malabarista confrontado a tantos intereses contradictorios", dice de él Yossi Melman, analista de temas de seguridad en el diario Jerusalem Post.
"Pero consigue mantener en el aire todas las bolas al mismo tiempo", concluye