Este ensayo, el más potente jamás realizado por el Norte, según Seúl, agravará las tensiones en la península en donde las ambiciones nucleares y militares del régimen aislacionista ya fueron condenadas en sucesivas ocasiones por la comunidad internacional que decidió imponerle duras sanciones.
Según la prensa oficial norcoreana, este último ensayo permitió a Pyongyang alcanzar su objetivo: miniaturizar una ojiva nuclear para poder armar un misil.
"Nuestros científicos llevaron a cabo una detonación de una ojiva nuclear de nuevo tipo en el sitio de pruebas del norte del país. El partido les envió un mensaje de felicitación por la realización de la exitosa prueba", dijo la televisión gubernamental.
Este ensayo "confirmó la estructura y las características específicas de una cabeza nuclear que fue estandardizada de manera a poder montarla en misiles balísticos estratégicos", según la agencia KCNA.
El presidente estadounidense, Barack Obama, reaccionó rápidamente advirtiendo que habría "serias consecuencias".
Por su parte la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, tuvo duras palabras hacia su vecino del Norte.
"El régimen de Kim Jong-Un sólo ganará más sanciones y aislamiento (...). Esta provocación acelerará su autodestrucción", dijo estimando que con el ensayo queda demostrada la "maníaca imprudencia" del gobernante norcoreano.
En un comunicado, la embajada de Corea del Norte en Moscú precisó que el ensayo no provocó "ninguna fuga de sustancias radiactivas".
Moscú y Washington anunciaron que remitirán el tema a la ONU.
Las primeras sospechas sobre un nuevo ensayo las emitieron los sismólogos que detectaron un temblor de 5,3 de magnitud cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreano, en el noreste del país.
El temblor, registrado a las 00H30 GMT, fue señalado cerca de Punggye-ri, el día aniversario de la creación de Corea del Norte, instaurada en 1948.
"Esta explosión de 10 kilotones era casi dos veces más potente que el cuarto ensayo nuclear y levemente menos que el bombardeo de Hiroshima, que tenía unos 15 kilotones", explicó Kim Nam-Wook de la agencia meteorológica surcoreana.
El ensayo será analizado de cerca por los expertos que intentan determinar si permitió al Norte hacer nuevos progresos y si se trata de una bomba atómica o de una bomba de hidrógeno, mucho más potente.
Los analistas se inclinan, según los datos disponibles, por la hipótesis de que se trata de un artefacto clásico.
Si Pyongyang llegase a fabricar una bomba nuclear lo suficientemente pequeña para equipar un misil y reforzar la precisión, el alcance y la capacidad de sus vectores, se acercaría a su finalidad última: alcanzar objetivos estadounidenses.
El análisis será difícil, subrayó Melissa Hanham, experta del Instituto Middlebury de estudios internacionales. "No es realmente posible verificar que se trate de una ojiva compacta a partir de los datos sísmicos", dijo a la AFP.
"Habría que verla en un ensayo con un misil como lo hizo China en los años 1960. Nadie quiere presenciar esto. No tienen ninguna forma de hacer eso de manera segura, podría ser el desencadenante de una guerra", añadió.
Japón condenó un acto "absolutamente inaceptable" y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) habló de una operación "muy preocupante y lamentable".
Desde el primer ensayo nuclear en 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU infligió cinco tandas de sanciones contra Pyongyang.
China, de quien las otras potencias esperan que lleve a Pyongyang a la razón, "estará en la posición más delicada", estimó Shunji Hiraiwa, profesor de la Universidad Kwansei Gakuin y especialista de Corea.
Pekín hizo saber que se oponía "firmemente" a este quinto ensayo.
Pero el margen de maniobra de Pekín es limitado. China intenta evitar que se derrumbe el régimen norcoreano, lo que crearía una crisis en su frontera con el riesgo de que el país se incline hacia Estados Unidos.
El Instituto coreano-estadounidense de la universidad John Hopkins, que el jueves había dado cuenta de "nuevas actividades" en el sitio de Punggye-ri, estimó que este quinto test firma "el flagrante fracaso" de la estrategia de Washington y de Seúl para frenar la carrera armamentista de Corea del Norte.
"Nadie debería sorprenderse de que Corea del Norte continúe llevando a cabo ensayos nucleares para mejorar las capacidades de su creciente arsenal. Nadie debería esperar de China que resuelva el problema para Estados Unidos", declaró el experto Joel Wit.
Pyongyang había afirmado que su cuarto ensayo nuclear, el 6 de enero, era sobre una bomba de hidrógeno. Esta reivindicación fue puesta en duda por los especialistas, dado que la energía que desprendió la prueba era insuficiente para ser considerada como una bomba de hidrógeno.
Según la prensa oficial norcoreana, este último ensayo permitió a Pyongyang alcanzar su objetivo: miniaturizar una ojiva nuclear para poder armar un misil.
"Nuestros científicos llevaron a cabo una detonación de una ojiva nuclear de nuevo tipo en el sitio de pruebas del norte del país. El partido les envió un mensaje de felicitación por la realización de la exitosa prueba", dijo la televisión gubernamental.
Este ensayo "confirmó la estructura y las características específicas de una cabeza nuclear que fue estandardizada de manera a poder montarla en misiles balísticos estratégicos", según la agencia KCNA.
El presidente estadounidense, Barack Obama, reaccionó rápidamente advirtiendo que habría "serias consecuencias".
Por su parte la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, tuvo duras palabras hacia su vecino del Norte.
"El régimen de Kim Jong-Un sólo ganará más sanciones y aislamiento (...). Esta provocación acelerará su autodestrucción", dijo estimando que con el ensayo queda demostrada la "maníaca imprudencia" del gobernante norcoreano.
En un comunicado, la embajada de Corea del Norte en Moscú precisó que el ensayo no provocó "ninguna fuga de sustancias radiactivas".
Moscú y Washington anunciaron que remitirán el tema a la ONU.
- Búsqueda de indicios -
Las primeras sospechas sobre un nuevo ensayo las emitieron los sismólogos que detectaron un temblor de 5,3 de magnitud cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreano, en el noreste del país.
El temblor, registrado a las 00H30 GMT, fue señalado cerca de Punggye-ri, el día aniversario de la creación de Corea del Norte, instaurada en 1948.
"Esta explosión de 10 kilotones era casi dos veces más potente que el cuarto ensayo nuclear y levemente menos que el bombardeo de Hiroshima, que tenía unos 15 kilotones", explicó Kim Nam-Wook de la agencia meteorológica surcoreana.
El ensayo será analizado de cerca por los expertos que intentan determinar si permitió al Norte hacer nuevos progresos y si se trata de una bomba atómica o de una bomba de hidrógeno, mucho más potente.
Los analistas se inclinan, según los datos disponibles, por la hipótesis de que se trata de un artefacto clásico.
Si Pyongyang llegase a fabricar una bomba nuclear lo suficientemente pequeña para equipar un misil y reforzar la precisión, el alcance y la capacidad de sus vectores, se acercaría a su finalidad última: alcanzar objetivos estadounidenses.
El análisis será difícil, subrayó Melissa Hanham, experta del Instituto Middlebury de estudios internacionales. "No es realmente posible verificar que se trate de una ojiva compacta a partir de los datos sísmicos", dijo a la AFP.
"Habría que verla en un ensayo con un misil como lo hizo China en los años 1960. Nadie quiere presenciar esto. No tienen ninguna forma de hacer eso de manera segura, podría ser el desencadenante de una guerra", añadió.
Japón condenó un acto "absolutamente inaceptable" y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) habló de una operación "muy preocupante y lamentable".
- Pyongyang 'continuará' -
Desde el primer ensayo nuclear en 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU infligió cinco tandas de sanciones contra Pyongyang.
China, de quien las otras potencias esperan que lleve a Pyongyang a la razón, "estará en la posición más delicada", estimó Shunji Hiraiwa, profesor de la Universidad Kwansei Gakuin y especialista de Corea.
Pekín hizo saber que se oponía "firmemente" a este quinto ensayo.
Pero el margen de maniobra de Pekín es limitado. China intenta evitar que se derrumbe el régimen norcoreano, lo que crearía una crisis en su frontera con el riesgo de que el país se incline hacia Estados Unidos.
El Instituto coreano-estadounidense de la universidad John Hopkins, que el jueves había dado cuenta de "nuevas actividades" en el sitio de Punggye-ri, estimó que este quinto test firma "el flagrante fracaso" de la estrategia de Washington y de Seúl para frenar la carrera armamentista de Corea del Norte.
"Nadie debería sorprenderse de que Corea del Norte continúe llevando a cabo ensayos nucleares para mejorar las capacidades de su creciente arsenal. Nadie debería esperar de China que resuelva el problema para Estados Unidos", declaró el experto Joel Wit.
Pyongyang había afirmado que su cuarto ensayo nuclear, el 6 de enero, era sobre una bomba de hidrógeno. Esta reivindicación fue puesta en duda por los especialistas, dado que la energía que desprendió la prueba era insuficiente para ser considerada como una bomba de hidrógeno.