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La explosión que mató a combatientes extranjeros en Idlib, Siria.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, dijo que los bombardeos en la provincia de Idlib estuvieron acompañados por ataques de artillería de las fuerzas gubernamentales sirias.
"Los ataques aéreos intensificados permitieron a las fuerzas del régimen avanzar a 14 pequeñas aldeas en el interior de Idlib", dijo el jefe del Observatorio, Rami Abdel Rahman.
Al menos 21 civiles, entre ellos ocho niños, han muerto en los bombardeos en la provincia en las últimas 24 horas, añadió el monitor.
Idlib es la única provincia en Siria que aún es controlada por los rebeldes. Es dominada por yihadistas de línea dura, vinculados con Jabhet Fatah al Sham, con lazos con Al Qaeda y conocidos previamente como Frente al Nusra.
La ONU manifestó su inquietud por las miles de personas atrapadas por los ataques en Idlib y zonas vecinas.
"Debido a los reportes en curso de ataques aéreos y combates, decenas de miles de civiles, que ya están en circunstancias extremadamente alarmantes, se vieron desplazados a la provincia de Idlib en el norte, y las provincias vecinas Hama y Alepo desde el 1 de diciembre", apuntó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Siria a través de una declaración.
La ONU advierte que la violencia forzó a muchas familias a huir a otras áreas que ya están colmadas o a algunas con recursos mermados.
"La mayoría de las familias probablemente fueron desplazadas múltiples veces y tienen necesidad de asistencia inmediata. Los socios de ayuda humanitaria están haciendo lo mejor para responder, pero enfrentan necesidades cada vez mayores", apuntó OCHA.
Las Naciones Unidas estiman que unos dos millones de personas viven en la provincia de Idlib.
La ciudad homónima, capital de la provincia, fue escenario en la noche del domingo de una explosión en el cuartel de un grupo con vínculos con Al Qaeda que dejó 34 muertos. Entre los fallecidos se encuentran 19 civiles, de los que 11 eran niños, añadió el Observatorio.
La explosión se produjo cerca de oficinas de Ajnad al Caucas, un grupo de línea dura compuesto por extranjeros con lazos con Jabhat Fatah al Sham. Hasta ahora nadie se adjudicó el ataque.
La ONU calcula que más de 60.000 personas han huido de la convulsa provincia en los últimos meses por los frecuentes bombardeos por parte del Gobierno y de Rusia.
Moscú afirmó recientemente que cambió su foco en Siria a erradicar al grupo vinculado con Al Qaeda, tras la derrota del grupo extremista Estado Islámico.
Fatah al Sham ha sido una de las mayores fuerzas que combaten contra el presidente sirio Bashar al Assad, aliado de Rusia, durante la guerra civil que lleva siete años en el país.
Mientras tanto, en Moscú el Ministerio de Defensa aseguró que más de una docena de drones atacaron la base aérea rusa Hmeimim y la instalación naval Tartus en el occidente de Siria, durante un reciente ataque nocturno.
Las fuerzas rusas pudieron dominar señales de radio de algunos de los drones y ponerlos bajo su control durante el incidente el viernes por la noche, dijo la cartera en un comunicado.
Otros drones fueron destruidos con misiles, apuntó la declaración, que agregó que transportaban explosivos de fabricación profesional extranjera.
"Una evaluación técnica de los drones capturados reveló que esos ataques podrían haber sido realizados por terroristas desde una distancia de unos 100 kilómetros", señaló.
"Las soluciones de ingeniería utilizadas por los terroristas en el ataque... solamente pueden haber sido obtenidas de un país que posee capacidades de alta tecnología para proveer navegación satelital y control remoto", adujo la declaración, pero sin identificar a esa nación.
Rusia, principal respaldo militar del Gobierno de Siria, ha estado largamente en desacuerdo con el apoyo estadounidense a determinados grupos rebeldes en la guerra civil siria.
"Los ataques aéreos intensificados permitieron a las fuerzas del régimen avanzar a 14 pequeñas aldeas en el interior de Idlib", dijo el jefe del Observatorio, Rami Abdel Rahman.
Al menos 21 civiles, entre ellos ocho niños, han muerto en los bombardeos en la provincia en las últimas 24 horas, añadió el monitor.
Idlib es la única provincia en Siria que aún es controlada por los rebeldes. Es dominada por yihadistas de línea dura, vinculados con Jabhet Fatah al Sham, con lazos con Al Qaeda y conocidos previamente como Frente al Nusra.
La ONU manifestó su inquietud por las miles de personas atrapadas por los ataques en Idlib y zonas vecinas.
"Debido a los reportes en curso de ataques aéreos y combates, decenas de miles de civiles, que ya están en circunstancias extremadamente alarmantes, se vieron desplazados a la provincia de Idlib en el norte, y las provincias vecinas Hama y Alepo desde el 1 de diciembre", apuntó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Siria a través de una declaración.
La ONU advierte que la violencia forzó a muchas familias a huir a otras áreas que ya están colmadas o a algunas con recursos mermados.
"La mayoría de las familias probablemente fueron desplazadas múltiples veces y tienen necesidad de asistencia inmediata. Los socios de ayuda humanitaria están haciendo lo mejor para responder, pero enfrentan necesidades cada vez mayores", apuntó OCHA.
Las Naciones Unidas estiman que unos dos millones de personas viven en la provincia de Idlib.
La ciudad homónima, capital de la provincia, fue escenario en la noche del domingo de una explosión en el cuartel de un grupo con vínculos con Al Qaeda que dejó 34 muertos. Entre los fallecidos se encuentran 19 civiles, de los que 11 eran niños, añadió el Observatorio.
La explosión se produjo cerca de oficinas de Ajnad al Caucas, un grupo de línea dura compuesto por extranjeros con lazos con Jabhat Fatah al Sham. Hasta ahora nadie se adjudicó el ataque.
La ONU calcula que más de 60.000 personas han huido de la convulsa provincia en los últimos meses por los frecuentes bombardeos por parte del Gobierno y de Rusia.
Moscú afirmó recientemente que cambió su foco en Siria a erradicar al grupo vinculado con Al Qaeda, tras la derrota del grupo extremista Estado Islámico.
Fatah al Sham ha sido una de las mayores fuerzas que combaten contra el presidente sirio Bashar al Assad, aliado de Rusia, durante la guerra civil que lleva siete años en el país.
Mientras tanto, en Moscú el Ministerio de Defensa aseguró que más de una docena de drones atacaron la base aérea rusa Hmeimim y la instalación naval Tartus en el occidente de Siria, durante un reciente ataque nocturno.
Las fuerzas rusas pudieron dominar señales de radio de algunos de los drones y ponerlos bajo su control durante el incidente el viernes por la noche, dijo la cartera en un comunicado.
Otros drones fueron destruidos con misiles, apuntó la declaración, que agregó que transportaban explosivos de fabricación profesional extranjera.
"Una evaluación técnica de los drones capturados reveló que esos ataques podrían haber sido realizados por terroristas desde una distancia de unos 100 kilómetros", señaló.
"Las soluciones de ingeniería utilizadas por los terroristas en el ataque... solamente pueden haber sido obtenidas de un país que posee capacidades de alta tecnología para proveer navegación satelital y control remoto", adujo la declaración, pero sin identificar a esa nación.
Rusia, principal respaldo militar del Gobierno de Siria, ha estado largamente en desacuerdo con el apoyo estadounidense a determinados grupos rebeldes en la guerra civil siria.
