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Benedicto XVI anunció el 6 de enero la celebración de un consistorio el 18 de febrero durante el cual se "crearán", según la terminología religiosa, 22 nuevos cardenales, 18 de los cuales con derecho a votar en el caso de una elección de papa.
Se trata del cuarto consistorio que preside el papa alemán en siete años de pontificado, después de los de 2006, 2007 y 2010.
La designación de siete italianos, la mayoría encargados de "ministerios" en la Curia Romama, representa una verdadera victoria para el número dos del Vaticano, el cardenal italiano Tarcisio Bertone, secretario de Estado, salesiano, considerado un conservador y entre las figuras más influyentes y cercanas al actual pontífice.
Con los nuevos nombramientos, Italia será el país más representado en el órgano rector de la Iglesia católica con 30 cardenales "electores" en el Sagrado Colegio Cardenalicio sobre un total de 125.
"No hay duda de que los italianos son numerosos y pesarán mucho", comentó en su blog el experto vaticanista Sandro Magister.
El actual Papa está preparando así su sucesión y muchos observadores consideran que la presencia de tantos purpurados italianos aumenta la posibilidad de que el futuro pontífice sea de nuevo un italiano, como solía ocurrir antes del polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI.
Según el diario Il Corriere della Sera, Bertone, criticado por otros sectores conservadores, fue la persona que indicó al Papa la decena de personalidades amigas para recibir el título cardenalicio.
Entre ellos figura el influyente prefecto de Propaganda Fide, Fernando Filoni, y otros importantes dirigentes de prefecturas o ministerios claves de la Santa Sede.
El rotativo sostiene que algunos religiosos han pedido discretamente la cabeza de Bertone, a lo que el Papa se ha negado siempre, inclusive desde el inicio del pontificado, tras una serie de errores y meteduras de pata del purpurado, que no tiene experiencia diplomática.
Europa, donde vive menos de un tercio de los católicos del mundo, termina por reforzar su hegemonía con 67 de los 125 cardenales electores.
En el libro "Joseph Ratzinger, crisis de un pontificado", del veterano vaticanista Marco Politi, se traza un retrato del Papa alemán, describiéndolo como un brillante teólogo al que no le interesa gobernar la Iglesia.
Se trata del cuarto consistorio que preside el papa alemán en siete años de pontificado, después de los de 2006, 2007 y 2010.
La designación de siete italianos, la mayoría encargados de "ministerios" en la Curia Romama, representa una verdadera victoria para el número dos del Vaticano, el cardenal italiano Tarcisio Bertone, secretario de Estado, salesiano, considerado un conservador y entre las figuras más influyentes y cercanas al actual pontífice.
Con los nuevos nombramientos, Italia será el país más representado en el órgano rector de la Iglesia católica con 30 cardenales "electores" en el Sagrado Colegio Cardenalicio sobre un total de 125.
"No hay duda de que los italianos son numerosos y pesarán mucho", comentó en su blog el experto vaticanista Sandro Magister.
El actual Papa está preparando así su sucesión y muchos observadores consideran que la presencia de tantos purpurados italianos aumenta la posibilidad de que el futuro pontífice sea de nuevo un italiano, como solía ocurrir antes del polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI.
Según el diario Il Corriere della Sera, Bertone, criticado por otros sectores conservadores, fue la persona que indicó al Papa la decena de personalidades amigas para recibir el título cardenalicio.
Entre ellos figura el influyente prefecto de Propaganda Fide, Fernando Filoni, y otros importantes dirigentes de prefecturas o ministerios claves de la Santa Sede.
El rotativo sostiene que algunos religiosos han pedido discretamente la cabeza de Bertone, a lo que el Papa se ha negado siempre, inclusive desde el inicio del pontificado, tras una serie de errores y meteduras de pata del purpurado, que no tiene experiencia diplomática.
Europa, donde vive menos de un tercio de los católicos del mundo, termina por reforzar su hegemonía con 67 de los 125 cardenales electores.
En el libro "Joseph Ratzinger, crisis de un pontificado", del veterano vaticanista Marco Politi, se traza un retrato del Papa alemán, describiéndolo como un brillante teólogo al que no le interesa gobernar la Iglesia.
