Ante la creciente presión migratoria, varios países en los Balcanes habían anunciado el cierre de sus fronteras, dejando a miles de personas bloqueadas.
Zagreb defendió que el país quedó saturado tras la entrada de 14.000 nuevos migrantes en las últimas 48 horas por lo que fletó autobuses para trasladar a los desplazados al noreste, en la frontera con Hungría.
Desde que Hungría cerró el martes su frontera con Serbia con una doble alambrada de púas, los refugiados que huyen de Siria e Irak tratan de abrirse camino a través de otros países, principalmente Croacia y Eslovenia.
El viernes por la mañana, Hungría anunció la instalación de una alambrada de púas en su frontera con Croacia, que estaría terminada a medianoche por 500 soldados.
La alambrada abarca 41 km de tierra firme, indicó el primer ministro húngaro Viktor Orban, mientras que los otros 330 km de la frontera están ocupados por el río Drave, difícil de cruzar.
Al anochecer del viernes, 3.000 inmigrantes habían entrado en Hungría, cifra que aumentó en unas horas para llegar a 4.400 personas a las 22h00 locales (20h00 GMT), indicó el consejero del Gobierno húngaro, György Bakondi.
"La ruta de los Balcanes de oeste aún existe. El hecho de que la frontera serbohúngara esté cerrada no ha frenado las nuevas llegadas", lamentó Orban. El miércoles, anunció que cerraría también la frontera con Rumanía, a lo largo del río Mures.
Bakondi señaló también que un tren croata que llevaba a 800 inmigrantes a Hungría, iba acompañado por 40 policías croatas armados. Según el ministro croata de Interior, Ranko Ostojic, para asegurar el mantenimiento del orden, de acuerdo con Hungría.
Un periodista de la AFP reportó que una veintena de buses, cada uno de ellos con unos 60 personas a bordo lograron cruzar la frontera en la tarde del viernes.
Budapest acusa a Croacia de alentar a los migrantes a cruzar ilegalmente la frontera, pero Zagreb asegura que llegó a un acuerdo con las autoridades del país vecino para permitir el paso de personas consideradas como "vulnerables".
En Beremend, los buses dejaron a los pasajeros venidos de Croacia que subieron a vehículos húngaros.
Según informó un portavoz de la policía a la agencia de prensa húngara MTI, los migrantes fueron llevados a centros de registro en Szentgotthard y en Vamosszabadi, cerca de la frontera con Austria.
La pequeña Eslovenia, miembro de la UE y del espacio Schengen, de dos millones de habitantes, se preparaba para recibir el flujo de migrantes desviados por las barreras levantadas por sus vecinos.
El país suspendió el tráfico ferroviario con Croacia, al menos hasta el viernes por la noche, y preparó tiendas de campaña y refugios.
"Cuando los refugiados nos hagan una solicitud de asilo, los acogeremos y protegeremos (...) Podríamos acoger hasta 10.000", declaró el sábado la embajadora eslovena en Alemania, Marta Kos Marko, en una entrevista del diario regional Rheinische Post.
En caso de que las solicitudes rebasen esa cifra, el país se vería obligados a pedir ayuda a Europa.
El primer ministro Miro Cerar señaló la noche del jueves que solo se autorizará la entrada a los migrantes que obedezcan a las reglas europeas.
El cierre de fronteras en esta parte de Europa pone bajo presión a la UE, cuyos dirigentes se reúnen el 23 de septiembre en Bruselas para intentar superar sus diferencias ante la crisis, un día después del encuentro de ministros de Interior.
La cuestión de las cuotas obligatorias de refugiados por país, a la que Hungría y otros países se oponen firmemente, ocupará inevitablemente el centro del debate.
El viernes, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, amenazó con una "votación por mayoría" en la UE para imponer a los países reacios un reparto de refugiados.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk llamó a los estados miembros a entregar lo antes posible sus contribuciones al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que entrega víveres a cerca de 11 millones de personas en Siria y en la región.
La UE ha recibido en su conjunto 213.000 peticiones de asilo entre abril y junio de 2015, un alza de 85% con respecto al número de demandas hechas en el segundo trimestre de 2014, según la Agencia Oficial de Estadísticas Eurostat. La mayoría de los demandantes son sirios y afganos.
Desde enero, cerca de 399.000 demandas de asilo fueron ingresadas en la UE.
Zagreb defendió que el país quedó saturado tras la entrada de 14.000 nuevos migrantes en las últimas 48 horas por lo que fletó autobuses para trasladar a los desplazados al noreste, en la frontera con Hungría.
Desde que Hungría cerró el martes su frontera con Serbia con una doble alambrada de púas, los refugiados que huyen de Siria e Irak tratan de abrirse camino a través de otros países, principalmente Croacia y Eslovenia.
El viernes por la mañana, Hungría anunció la instalación de una alambrada de púas en su frontera con Croacia, que estaría terminada a medianoche por 500 soldados.
La alambrada abarca 41 km de tierra firme, indicó el primer ministro húngaro Viktor Orban, mientras que los otros 330 km de la frontera están ocupados por el río Drave, difícil de cruzar.
Al anochecer del viernes, 3.000 inmigrantes habían entrado en Hungría, cifra que aumentó en unas horas para llegar a 4.400 personas a las 22h00 locales (20h00 GMT), indicó el consejero del Gobierno húngaro, György Bakondi.
"La ruta de los Balcanes de oeste aún existe. El hecho de que la frontera serbohúngara esté cerrada no ha frenado las nuevas llegadas", lamentó Orban. El miércoles, anunció que cerraría también la frontera con Rumanía, a lo largo del río Mures.
Bakondi señaló también que un tren croata que llevaba a 800 inmigrantes a Hungría, iba acompañado por 40 policías croatas armados. Según el ministro croata de Interior, Ranko Ostojic, para asegurar el mantenimiento del orden, de acuerdo con Hungría.
Un periodista de la AFP reportó que una veintena de buses, cada uno de ellos con unos 60 personas a bordo lograron cruzar la frontera en la tarde del viernes.
Budapest acusa a Croacia de alentar a los migrantes a cruzar ilegalmente la frontera, pero Zagreb asegura que llegó a un acuerdo con las autoridades del país vecino para permitir el paso de personas consideradas como "vulnerables".
- Diferencias en la UE -
En Beremend, los buses dejaron a los pasajeros venidos de Croacia que subieron a vehículos húngaros.
Según informó un portavoz de la policía a la agencia de prensa húngara MTI, los migrantes fueron llevados a centros de registro en Szentgotthard y en Vamosszabadi, cerca de la frontera con Austria.
La pequeña Eslovenia, miembro de la UE y del espacio Schengen, de dos millones de habitantes, se preparaba para recibir el flujo de migrantes desviados por las barreras levantadas por sus vecinos.
El país suspendió el tráfico ferroviario con Croacia, al menos hasta el viernes por la noche, y preparó tiendas de campaña y refugios.
"Cuando los refugiados nos hagan una solicitud de asilo, los acogeremos y protegeremos (...) Podríamos acoger hasta 10.000", declaró el sábado la embajadora eslovena en Alemania, Marta Kos Marko, en una entrevista del diario regional Rheinische Post.
En caso de que las solicitudes rebasen esa cifra, el país se vería obligados a pedir ayuda a Europa.
El primer ministro Miro Cerar señaló la noche del jueves que solo se autorizará la entrada a los migrantes que obedezcan a las reglas europeas.
El cierre de fronteras en esta parte de Europa pone bajo presión a la UE, cuyos dirigentes se reúnen el 23 de septiembre en Bruselas para intentar superar sus diferencias ante la crisis, un día después del encuentro de ministros de Interior.
La cuestión de las cuotas obligatorias de refugiados por país, a la que Hungría y otros países se oponen firmemente, ocupará inevitablemente el centro del debate.
El viernes, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, amenazó con una "votación por mayoría" en la UE para imponer a los países reacios un reparto de refugiados.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk llamó a los estados miembros a entregar lo antes posible sus contribuciones al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que entrega víveres a cerca de 11 millones de personas en Siria y en la región.
La UE ha recibido en su conjunto 213.000 peticiones de asilo entre abril y junio de 2015, un alza de 85% con respecto al número de demandas hechas en el segundo trimestre de 2014, según la Agencia Oficial de Estadísticas Eurostat. La mayoría de los demandantes son sirios y afganos.
Desde enero, cerca de 399.000 demandas de asilo fueron ingresadas en la UE.