El humorista, historietista y escritor argentino pronunció un discurso poco académico pero que provocó risas en quienes participaron del encuentro. Allí, en su ciudad natal, pidió una amnistía para las malas palabras, algunas de las cuales repasó letra por letra.
Los siguientes son algunos de los fragmentos de su discurso en el Congreso de la Lengua:
- "La pregunta es por qué son malas las malas palabras. ¿Quién las define? ¿Les pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad porque se deterioran y se dejan de usar? ¿Tienen actitudes reñidas con la moral? No sé quién las define como malas palabras. Tal vez al marginarlas las hemos derivado en palabras malas, ¿no es cierto?"
- "Muchas de estas palabras tienen una intensidad, una fuerza, que difícilmente las haga intrascendentes. De todas maneras, algunas de las malas palabras... no es que haga una defensa quijotesca de las malas palabras, algunas me gustan".
- "Hay palabras de las denominadas malas palabras, que son irremplazables: por sonoridad, por fuerza y por contextura física. No es lo mismo decir que una persona es tonta, que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluir un problema de disminución neurológica, realmente agresivo. El secreto de la palabra 'pelotudo' ya universalizada, que no sé si está en el Diccionario de Dudas, está en la letra 't'. Analicémoslo. Anoten las maestras".
-"Hay una palabra maravillosa, que en otros países está exenta de culpa, que es la palabra 'carajo'. Tengo entendido que el carajo es el lugar donde se ponía el vigía en lo alto de los mástiles de los barcos. Mandar a una persona al carajo era estrictamente eso. Acá apareció como mala palabra. Al punto de que se ha llegado al eufemismo de decir 'caracho', que es de una debilidad y de una hipocresía…"
- "Hay otra palabra que quiero apuntar, que es la palabra 'mierda', que también es irremplazable, cuyo secreto está en la 'r'. Es mucho más débil como la dicen los cubanos, 'mielda', que suena a chino. Yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la revolución cubana. La falta de posibilidad expresiva".
- "Lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Lo que pido es una amnistía para las malas palabras, vivamos una Navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje porque las vamos a necesitar".
Los siguientes son algunos de los fragmentos de su discurso en el Congreso de la Lengua:
- "La pregunta es por qué son malas las malas palabras. ¿Quién las define? ¿Les pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad porque se deterioran y se dejan de usar? ¿Tienen actitudes reñidas con la moral? No sé quién las define como malas palabras. Tal vez al marginarlas las hemos derivado en palabras malas, ¿no es cierto?"
- "Muchas de estas palabras tienen una intensidad, una fuerza, que difícilmente las haga intrascendentes. De todas maneras, algunas de las malas palabras... no es que haga una defensa quijotesca de las malas palabras, algunas me gustan".
- "Hay palabras de las denominadas malas palabras, que son irremplazables: por sonoridad, por fuerza y por contextura física. No es lo mismo decir que una persona es tonta, que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluir un problema de disminución neurológica, realmente agresivo. El secreto de la palabra 'pelotudo' ya universalizada, que no sé si está en el Diccionario de Dudas, está en la letra 't'. Analicémoslo. Anoten las maestras".
-"Hay una palabra maravillosa, que en otros países está exenta de culpa, que es la palabra 'carajo'. Tengo entendido que el carajo es el lugar donde se ponía el vigía en lo alto de los mástiles de los barcos. Mandar a una persona al carajo era estrictamente eso. Acá apareció como mala palabra. Al punto de que se ha llegado al eufemismo de decir 'caracho', que es de una debilidad y de una hipocresía…"
- "Hay otra palabra que quiero apuntar, que es la palabra 'mierda', que también es irremplazable, cuyo secreto está en la 'r'. Es mucho más débil como la dicen los cubanos, 'mielda', que suena a chino. Yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la revolución cubana. La falta de posibilidad expresiva".
- "Lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Lo que pido es una amnistía para las malas palabras, vivamos una Navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje porque las vamos a necesitar".