Tres turistas surcoreanos y el conductor del autobús que los transportaba murieron en el atentado, que tuvo lugar cerca de la localidad de Taba, confirmó a la AFP el gobernador de la provincia del Sinaí del Sur, Jaled Fuda.
En Seúl, el ministerio de Relaciones Exteriores informó de dos muertos y nueve heridos entre los 32 turistas surcoreanos que se encontraban en el autobús, miembros de una iglesia cristiana y su guía.
El atentado, que por el momento no ha sido reivindicado, dejó 14 heridos, según el ministerio de Sanidad egipcio.
El conductor del autobús, de nacionalidad egipcia, figura entre las víctimas mortales, anunció por su parte el ministerio del Interior egipcio.
Este atentado se produce en plena ola de ataques dirigidos, hasta ahora, contra las fuerzas del orden en Egipto. Los ataques se multiplicaron desde que el ejército derrocó y arrestó al presidente islamista Mohamed Mursi a principios de julio.
Un grupo yihadista que dice inspirarse en Al Qaida y establecido en el Sinaí, Ansar Beit al Maqdis, reivindicó la mayoría de estas acciones. Sus miembros dicen actuar en represalia por la sangrienta represión que lleva a cabo el nuevo poder egipcio contra los partidarios de Mursi.
Imágenes emitidas por la televisión estatal mostraron la parte superior del autobús amarillo muy dañado por la explosión y el incendio que provocó. La bomba estalló en la parte delantera del vehículo, según el ministerio del Interior.
Un médico que se encontraba en una estación de autobuses cerca de donde tuvo lugar el atentado, fue testigo de la explosión.
"Había cadáveres y trozos de cuerpos. Vi el cuerpo de un hombre, al parecer coreano, al que le faltaba una pierna", relató el doctor Ahmed Alí, director de una clínica en la cercana ciudad balnearia.
El autobús fue atacado cuando el conductor esperaba en el paso fronterizo de Taba, agregó el ministerio en un comunicado sin precisar en qué dirección se disponía a cruzar la frontera egipcio-israelí.
El portavoz del ministerio de Sanidad, Ahmed Kamel, señaló por su parte a la AFP que era imposible reconocer los cadáveres.
Los atentados contra la policía y el ejército se multiplicaron desde el derrocamiento de Mursi el 3 de julio, pero hasta ahora no se había registrado ningún ataque contra extranjeros en este país cuya economía depende fuertemente del turismo.
El último ataque contra turistas se remonta a febrero de 2009, cuando una francesa murió por la explosión de una granada junto al mercado de Jan el Jalilia, en el corazón histórico de El Cairo.
En Seúl, el ministerio de Relaciones Exteriores informó de dos muertos y nueve heridos entre los 32 turistas surcoreanos que se encontraban en el autobús, miembros de una iglesia cristiana y su guía.
El atentado, que por el momento no ha sido reivindicado, dejó 14 heridos, según el ministerio de Sanidad egipcio.
El conductor del autobús, de nacionalidad egipcia, figura entre las víctimas mortales, anunció por su parte el ministerio del Interior egipcio.
Este atentado se produce en plena ola de ataques dirigidos, hasta ahora, contra las fuerzas del orden en Egipto. Los ataques se multiplicaron desde que el ejército derrocó y arrestó al presidente islamista Mohamed Mursi a principios de julio.
Un grupo yihadista que dice inspirarse en Al Qaida y establecido en el Sinaí, Ansar Beit al Maqdis, reivindicó la mayoría de estas acciones. Sus miembros dicen actuar en represalia por la sangrienta represión que lleva a cabo el nuevo poder egipcio contra los partidarios de Mursi.
Imágenes emitidas por la televisión estatal mostraron la parte superior del autobús amarillo muy dañado por la explosión y el incendio que provocó. La bomba estalló en la parte delantera del vehículo, según el ministerio del Interior.
Un médico que se encontraba en una estación de autobuses cerca de donde tuvo lugar el atentado, fue testigo de la explosión.
"Había cadáveres y trozos de cuerpos. Vi el cuerpo de un hombre, al parecer coreano, al que le faltaba una pierna", relató el doctor Ahmed Alí, director de una clínica en la cercana ciudad balnearia.
El autobús fue atacado cuando el conductor esperaba en el paso fronterizo de Taba, agregó el ministerio en un comunicado sin precisar en qué dirección se disponía a cruzar la frontera egipcio-israelí.
El portavoz del ministerio de Sanidad, Ahmed Kamel, señaló por su parte a la AFP que era imposible reconocer los cadáveres.
Los atentados contra la policía y el ejército se multiplicaron desde el derrocamiento de Mursi el 3 de julio, pero hasta ahora no se había registrado ningún ataque contra extranjeros en este país cuya economía depende fuertemente del turismo.
El último ataque contra turistas se remonta a febrero de 2009, cuando una francesa murió por la explosión de una granada junto al mercado de Jan el Jalilia, en el corazón histórico de El Cairo.