Estos ataques originaron enfrentamientos en los que murieron cuatro sauditas, según la coalición. "Una formación de la Guardia Republicana fiel al presidente derrocado Alí Abdalá Saleh coordinó, planificó y ejecutó el ataque con el apoyo de la milicia hutí", añadió.
El gobierno yemení en el exilio y los rebeldes chiitas hutíes, enzarzados en una guerra en Yemen, habían aceptado poco antes participar en negociaciones de paz en Ginebra bajo los auspicios de la ONU.
Las negociaciones, que han sido anunciadas provisionalmente para el 14 de junio, tienen como objetivo aplicar un alto el fuego, aumentar la ayuda humanitaria y presentar un plan para la retirada de los rebeldes de los territorios que conquistaron desde el comienzo de su ofensiva el año pasado.
Los rebeldes hutíes aceptaron participar en las conversaciones de paz después de que lo hiciera el gobierno yemení exiliado en Riad.
"Hemos aceptado la invitación de la ONU para ir a la mesa de diálogo en Ginebra sin condiciones previas", dijo Daifalá al Shami, miembro de la oficina política del movimiento Ansarualá, al que afirman pertenecer los hutíes.
Los rebeldes exigían hasta ahora el cese de los bombardeos que la coalición árabe liderada por Arabia Saudita inició el 26 de marzo para restablecer la autoridad del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, exiliado en Riad.
El gobierno ponía como condición previa la aplicación de la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU que prevé la retirada de los hutíes de las zonas conquistadas.
Esa exigencia había llevado al aplazamiento de las conversaciones, inicialmente previstas el pasado 28 de mayo.
Hadi debía reunir el viernes a sus ministros en Riad para "debatir la composición de su delegación en las negociaciones", declaró una fuente gubernamental a la AFP.
Según esa fuente, Abdel Karim al Ariani, un responsable del Congreso Popular General (CPG), el partido del expresidente Saleh, "participará en la delegación gubernamental como consejero político de Hadi".
Yemen es escenario de acciones violentas desde que los hutíes, apoyados por Irán, entraron en septiembre en la capital, Saná, y avanzaron hacia Adén (sur) en su lucha contra las fuerzas leales al presidente Abd Rabo Mansur Hadi, quien se vio obligado a huir en marzo a Arabia Saudita.
En el sur del país, al menos 21 personas, incluidos 10 combatientes pro-Hadi, nueve rebeldes y dos civiles, murieron en los violentos combates que tienen lugar desde el jueves en los barrios del norte, el este y el oeste de Adén, según fuentes médicas y militares.
Entretanto, la coalición árabe llevó a cabo intensos ataques en las provincias de Dhaleh y Chabwa.
La aviación bombardeó 10 veces Ataq, la capital de Chabwa, donde un general retirado, Naser al Tahiri, murió en un ataque de los hutíes contra su casa en Baihan, según una fuente militar.
Arabia Saudita, de mayoría sunita, justificó su intervención en Yemen por su voluntad de detener la influencia de Irán, su gran rival chiita, en la región, a pesar de que Teherán niega armar a los rebeldes hutíes.
El conflicto ha causado casi 2.000 muertos y obligado a más de 545.000 personas a abandonar sus hogares, según la ONU.
La oenegé Acción Contra el Hambre instó a la coalición árabe a "levantar inmediatamente el bloqueo naval, terrestre y aéreo" impuesto a Yemen, ya que "los civiles son las primeras víctimas".
El gobierno yemení en el exilio y los rebeldes chiitas hutíes, enzarzados en una guerra en Yemen, habían aceptado poco antes participar en negociaciones de paz en Ginebra bajo los auspicios de la ONU.
Las negociaciones, que han sido anunciadas provisionalmente para el 14 de junio, tienen como objetivo aplicar un alto el fuego, aumentar la ayuda humanitaria y presentar un plan para la retirada de los rebeldes de los territorios que conquistaron desde el comienzo de su ofensiva el año pasado.
Los rebeldes hutíes aceptaron participar en las conversaciones de paz después de que lo hiciera el gobierno yemení exiliado en Riad.
"Hemos aceptado la invitación de la ONU para ir a la mesa de diálogo en Ginebra sin condiciones previas", dijo Daifalá al Shami, miembro de la oficina política del movimiento Ansarualá, al que afirman pertenecer los hutíes.
Los rebeldes exigían hasta ahora el cese de los bombardeos que la coalición árabe liderada por Arabia Saudita inició el 26 de marzo para restablecer la autoridad del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, exiliado en Riad.
El gobierno ponía como condición previa la aplicación de la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU que prevé la retirada de los hutíes de las zonas conquistadas.
Esa exigencia había llevado al aplazamiento de las conversaciones, inicialmente previstas el pasado 28 de mayo.
Hadi debía reunir el viernes a sus ministros en Riad para "debatir la composición de su delegación en las negociaciones", declaró una fuente gubernamental a la AFP.
Según esa fuente, Abdel Karim al Ariani, un responsable del Congreso Popular General (CPG), el partido del expresidente Saleh, "participará en la delegación gubernamental como consejero político de Hadi".
- Nuevos combates en el sur -
Yemen es escenario de acciones violentas desde que los hutíes, apoyados por Irán, entraron en septiembre en la capital, Saná, y avanzaron hacia Adén (sur) en su lucha contra las fuerzas leales al presidente Abd Rabo Mansur Hadi, quien se vio obligado a huir en marzo a Arabia Saudita.
En el sur del país, al menos 21 personas, incluidos 10 combatientes pro-Hadi, nueve rebeldes y dos civiles, murieron en los violentos combates que tienen lugar desde el jueves en los barrios del norte, el este y el oeste de Adén, según fuentes médicas y militares.
Entretanto, la coalición árabe llevó a cabo intensos ataques en las provincias de Dhaleh y Chabwa.
La aviación bombardeó 10 veces Ataq, la capital de Chabwa, donde un general retirado, Naser al Tahiri, murió en un ataque de los hutíes contra su casa en Baihan, según una fuente militar.
Arabia Saudita, de mayoría sunita, justificó su intervención en Yemen por su voluntad de detener la influencia de Irán, su gran rival chiita, en la región, a pesar de que Teherán niega armar a los rebeldes hutíes.
El conflicto ha causado casi 2.000 muertos y obligado a más de 545.000 personas a abandonar sus hogares, según la ONU.
La oenegé Acción Contra el Hambre instó a la coalición árabe a "levantar inmediatamente el bloqueo naval, terrestre y aéreo" impuesto a Yemen, ya que "los civiles son las primeras víctimas".