Ramaphosa fue elegido previamente por el Parlamento. Al no haber otro candidato, se le considera elegido sin votación, explicó el presidente del Tribunal Constitucional, Mogoeng Mogoeng.
Tras la elección de Ramaphosa, de 65 años, se oyeron aplausos y cánticos en el Parlamento.
"Sudáfrica debe ser lo primero en todo lo que hagamos", dijo Ramaphosa después. "Todos nosotros debemos seguir mejorando las vidas de nuestro pueblo".
"Trabajaré duro para no decepcionar al pueblo de Sudáfrica", añadió.
El nuevo mandatario, hasta ahora vicepresidente del país, es también el líder del partido gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA). Ramaphosa prometió luchar contra la corrupción y el nepotismo que lastró los dos mandatos de Zuma.
Ahora tiene grandes desafíos por delante como presidente: cómo volver a fijar un rumbo para el país de 55 millones de habitantes. Sudáfrica es una de las naciones más desarrolladas del continente, pero convive con una gran brecha entre ricos y pobres. Además, la tasa de desempleo es de casi el 28 por ciento y los casos de corrupción que han ido saliendo a la luz están causando un gran descontento.
Los dos principales partidos de la oposición, Luchadores por la Libertad Económica (EFF) y Alianza Democrática (DA), se negaron a votar por Ramaphosa y el EFF abandonó el Parlamento en señal de protesta.
El líder del EFF, Julius Malema, dijo que Zuma estaba destinado "al contenedor de basura de la historia", pero destacó que Ramaphosa era su vicepresidente. Su partido criticó en numerosas ocasiones al empresario millonario por su papel en la operación mortal contra unos mineros en huelga hace unos años.
El líder del DA, Mmusi Maimane, también se mostró escéptico ante el Parlamento. "No tenemos un problema con Jacob Zuma, tenemos un problema con el CNA", dijo.
Muchos en Sudáfrica esperan que Ramaphosa, un sindicalista que se convirtió en empresario, pueda cambiar el país tras una larga serie de escándalos que han acabado con la popularidad del CNA de Nelson Mandela.
Entre otras cosas, Zuma está acusado de permitir a una familia rica de India, los Gupta, beneficiarse de lucrativos acuerdos comerciales e incluso influir en las designaciones de ministros.
Un juzgado regional sudafricano decretó hoy libertad bajo fianza para siete sospechosos detenidos en relación con el caso. Todos están acusados de blanqueo de dinero. Entre ellos se encuentran un sobrino de los hermanos Gupta, Varun, funcionarios o ex funcionarios y directores ejecutivos de empresas de la familia india.
Las autoridades están buscando a otros dos sospechosos en Sudáfrica, mientras que se cree que otros tres están fuera del país. Entre los huidos se encuentra Ajay Gupta, uno de los hermanos especialmente cercano a Zuma. Según los medios indios, los hermanos Ajay y Atul Gupta fueron vistos en el norte de la India.
Zuma, que podría ser procesado, se mostró desafiante al final de su anuncio de renuncia del miércoles diciendo que no entendía lo que había hecho mal.
Los periódicos sudafricanos celebraron esta mañana el comienzo de una nueva era tras semanas de crisis política provocada por la resistencia de Zuma a dimitir pese a la oposición de su propio partido.
"¡Por fin! Zuma cae", titulaba "The Sowetan" y una viñeta en el "Daily Maverick" decía: "El final de un error".
Tras la elección de Ramaphosa, de 65 años, se oyeron aplausos y cánticos en el Parlamento.
"Sudáfrica debe ser lo primero en todo lo que hagamos", dijo Ramaphosa después. "Todos nosotros debemos seguir mejorando las vidas de nuestro pueblo".
"Trabajaré duro para no decepcionar al pueblo de Sudáfrica", añadió.
El nuevo mandatario, hasta ahora vicepresidente del país, es también el líder del partido gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA). Ramaphosa prometió luchar contra la corrupción y el nepotismo que lastró los dos mandatos de Zuma.
Ahora tiene grandes desafíos por delante como presidente: cómo volver a fijar un rumbo para el país de 55 millones de habitantes. Sudáfrica es una de las naciones más desarrolladas del continente, pero convive con una gran brecha entre ricos y pobres. Además, la tasa de desempleo es de casi el 28 por ciento y los casos de corrupción que han ido saliendo a la luz están causando un gran descontento.
Los dos principales partidos de la oposición, Luchadores por la Libertad Económica (EFF) y Alianza Democrática (DA), se negaron a votar por Ramaphosa y el EFF abandonó el Parlamento en señal de protesta.
El líder del EFF, Julius Malema, dijo que Zuma estaba destinado "al contenedor de basura de la historia", pero destacó que Ramaphosa era su vicepresidente. Su partido criticó en numerosas ocasiones al empresario millonario por su papel en la operación mortal contra unos mineros en huelga hace unos años.
El líder del DA, Mmusi Maimane, también se mostró escéptico ante el Parlamento. "No tenemos un problema con Jacob Zuma, tenemos un problema con el CNA", dijo.
Muchos en Sudáfrica esperan que Ramaphosa, un sindicalista que se convirtió en empresario, pueda cambiar el país tras una larga serie de escándalos que han acabado con la popularidad del CNA de Nelson Mandela.
Entre otras cosas, Zuma está acusado de permitir a una familia rica de India, los Gupta, beneficiarse de lucrativos acuerdos comerciales e incluso influir en las designaciones de ministros.
Un juzgado regional sudafricano decretó hoy libertad bajo fianza para siete sospechosos detenidos en relación con el caso. Todos están acusados de blanqueo de dinero. Entre ellos se encuentran un sobrino de los hermanos Gupta, Varun, funcionarios o ex funcionarios y directores ejecutivos de empresas de la familia india.
Las autoridades están buscando a otros dos sospechosos en Sudáfrica, mientras que se cree que otros tres están fuera del país. Entre los huidos se encuentra Ajay Gupta, uno de los hermanos especialmente cercano a Zuma. Según los medios indios, los hermanos Ajay y Atul Gupta fueron vistos en el norte de la India.
Zuma, que podría ser procesado, se mostró desafiante al final de su anuncio de renuncia del miércoles diciendo que no entendía lo que había hecho mal.
Los periódicos sudafricanos celebraron esta mañana el comienzo de una nueva era tras semanas de crisis política provocada por la resistencia de Zuma a dimitir pese a la oposición de su propio partido.
"¡Por fin! Zuma cae", titulaba "The Sowetan" y una viñeta en el "Daily Maverick" decía: "El final de un error".