De mafias y amores: López Obrador busca convencer a los empresarios


Ciudad de México. - Faltando un mes para las elecciones presidenciales en México, varios empresarios enviaron mensajes a sus trabajadores para pedir un voto razonado y alertar sobre los riesgos del "populismo". Algunos están inquietos.



López Obrador
López Obrador
El político nacionalista de izquierda Andrés Manuel López Obrador, líder indiscutido en las encuestas, apareció el miércoles con un 52 por ciento de intención de voto, el doble que su inmediato seguidor, Ricardo Anaya (centro), en un sondeo del diario "Reforma".
"Trabajemos para que México no caiga presa del populismo", instó el presidente del Grupo Vasconia, José Ramón Elizondo, en un video dirigido a sus empleados, sin mencionar a López Obrador.
También hubo mensajes de directivos del Grupo México, Herdez, la embotelladora Femsa y la empresa de desarrollos industriales Finsa, con llamados a cuidar los avances logrados por México o referencias a los males causados por "gobiernos populistas" en el pasado.
López Obrador, ex alcalde de Ciudad de México, de 64 años, parece encaminado a ganar las elecciones del 1 de julio en México, la segunda mayor economía de América Latina, después de haber quedado en segundo sitio en las elecciones de 2006 y 2012.
Su relación con los empresarios tradicionalmente no ha sido fácil, sobre todo en tiempos electorales. Sin embargo, cuando fue alcalde de la capital (2000-2005) no tuvo grandes confrontaciones con el sector privado.
"Vamos a triunfar y se van a dar garantías a la inversión, no se va a afectar a ningún empresario. Lo único que queremos es que se acaban la corrupción y el influyentismo. Lo único que queremos es que el Gobierno ya no esté secuestrado por una minoría rapaz", dijo López Obrador esta semana.
A muchos empresarios los acusa de ser "traficantes de influencias" y miembros de la "mafia del poder" que, según afirma, empezó a enriquecerse a partir de la privatización de empresas estatales en el Gobierno de Carlos Salinas (1988-1994).
Sin embargo, López Obrador esta vez ha tratado de disipar miedos y de tender puentes recurriendo a los oficios de empresarios que se sumaron a su proyecto y que son su enlace con el sector privado.
El más destacado es Alfonso Romo, presidente del Grupo Plenus, que ocupa un lugar principal en su equipo de campaña y que se define a sí mismo como "parte de la mafia del poder converso".
López Obrador designó ya también a su virtual gabinete económico, que incluye como ministro de Hacienda a Carlos Manuel Urzúa, matemático con un doctorado en economía por la Universidad de Wisconsin.
"Tenemos que unirnos todos para crear un marco de confianza porque este arroz ya se coció", dijo Romo el miércoles después de reunirse con empresarios en Guadalajara.
López Obrador ha prometido que no habrá expropiaciones y que llevará adelante una política económica responsable que permita también un desarrollo más parejo de México, que tiene 120 millones de habitantes y un 46 por ciento de pobres.
"Aunque nos digan que queremos regresar al pasado, que somos populistas, si impulsar la actividad productiva, si crear empleos en México, si bajar los precios de las gasolinas es ser populista, que me apunten en la lista", afirmó.
Los rivales de López Obrador lo han comparado con Nicolás Maduro en Venezuela y dicen que su proyecto significará para México un retroceso hasta la década de 1970 o más.
López Obrador dice que desde los tiempos de Salinas los gobiernos en México decidieron abandonar el campo y acabar con la industria nacional y que el Estado dejó de promover el desarrollo, excluyendo a las mayorías de la modernidad.
Su plan incluye revisar contratos otorgados a capitales privados para exploración y explotación de petróleo y la posible cancelación de las obras de construcción de un nuevo aeropuerto internacional en Ciudad de México, una idea que fue cuestionada por el multimillonario Carlos Slim.
Propone también aumentar la inversión pública y los programas sociales, en particular para los jóvenes como parte de su estrategia para reducir la violencia ("becarios sí, sicarios no"), y dejar de comprar en el exterior alimentos y gasolinas.
Para Romo, que es su enlace con el sector privado, mientras se habla mucho de los empresarios que están en contra no se ve que hay "miles de empresarios que están a favor".
"¿Qué estoy haciendo ahorita? Sentándome con todos ellos, con todos, para crear un ambiente de confianza", declaró. "Si no están de acuerdo con nosotros, vamos a insistir. Esto es como el amor".
Jueves, 31 de Mayo 2018
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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