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Lula
Según informa "Folha de Sao Paulo", en el documento presentado los abogados señalaron 38 omisiones en la decisión del tribunal respecto a elementos que constan en el proceso, 16 contradicciones y cinco "obscuridades", es decir decisiones de difícil comprensión.
A partir del recurso, llamado "embargo de declaración", lo que la defensa solicita es que el reconocimiento de estas fallas lleve a la nulidad del proceso o a la absolución de Lula. La figura utilizada, de todas formas, no suele tener eficacia a la hora de revertir la decisión de un tribunal.
Una vez analizado el recurso, y según la jurisprudencia del tribunal de apelación que juzgó al ex presidente brasileño, el condenado debe comenzar a cumplir su pena en prisión. De acuerdo a un análisis de casos similares anteriores, los jueces suelen tomarse, en promedio, 37 días para decidir sobre estos embargos.
Si el recurso no fuese aceptado o no prosperase, de todas formas, Lula todavía podría apelar al Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), la máxima instancia judicial del país, para intentar revertir la decisión.
Incluso, antes del embargo, la defensa del líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) ya ingresó con un recurso de hábeas corpus en el STF, que todavía no fue analizado.
Lula fue condenado hace casi un mes en segunda instancia por haber aceptado la reforma de un apartamento que tenía previsto comprar en la costa de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras.
Así, el ex mandatario quedó al borde de la inhabilitación política y muy cerca de tener que cumplir una largo periodo de cárcel.
La pena de prisión no será previsiblemente efectiva hasta que se resuelvan los últimos recursos, lo que podría demorar varios meses. Un tribunal electoral podría determinar próximamente el fin de las aspiraciones presidenciales de Lula, claro favorito para ganar un tercer mandato en las elecciones de octubre.
Quien ya fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010 lidera, a sus 72 años, todas las encuestas para convertirse por tercera vez en jefe de Estado, con un 37 por ciento en los últimos sondeos. Este miércoles, de hecho, comenzará su campaña con un acto en la ciudad de Belo Horizonte, en el sudeste del país.
A partir del recurso, llamado "embargo de declaración", lo que la defensa solicita es que el reconocimiento de estas fallas lleve a la nulidad del proceso o a la absolución de Lula. La figura utilizada, de todas formas, no suele tener eficacia a la hora de revertir la decisión de un tribunal.
Una vez analizado el recurso, y según la jurisprudencia del tribunal de apelación que juzgó al ex presidente brasileño, el condenado debe comenzar a cumplir su pena en prisión. De acuerdo a un análisis de casos similares anteriores, los jueces suelen tomarse, en promedio, 37 días para decidir sobre estos embargos.
Si el recurso no fuese aceptado o no prosperase, de todas formas, Lula todavía podría apelar al Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), la máxima instancia judicial del país, para intentar revertir la decisión.
Incluso, antes del embargo, la defensa del líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) ya ingresó con un recurso de hábeas corpus en el STF, que todavía no fue analizado.
Lula fue condenado hace casi un mes en segunda instancia por haber aceptado la reforma de un apartamento que tenía previsto comprar en la costa de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras.
Así, el ex mandatario quedó al borde de la inhabilitación política y muy cerca de tener que cumplir una largo periodo de cárcel.
La pena de prisión no será previsiblemente efectiva hasta que se resuelvan los últimos recursos, lo que podría demorar varios meses. Un tribunal electoral podría determinar próximamente el fin de las aspiraciones presidenciales de Lula, claro favorito para ganar un tercer mandato en las elecciones de octubre.
Quien ya fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010 lidera, a sus 72 años, todas las encuestas para convertirse por tercera vez en jefe de Estado, con un 37 por ciento en los últimos sondeos. Este miércoles, de hecho, comenzará su campaña con un acto en la ciudad de Belo Horizonte, en el sudeste del país.
