Deneuve entre las bombas


A veces la mezcla entre ficción y documental es tan difusa que incluso resulta complicado definir una determinada propuesta. Es el caso de la producción franco-libanesa Je veux voir, aparente documental sobre las consecuencias de la guerra del Líbano de 2006, ambientado en los lugares de la tragedia, que en realidad esconde, además de numerosas improvisaciones, no sólo un guión más o menos previo, sino también un par de intérpretes protagonistas, de los cuales uno se representa a sí mismo (Catherine Deneuve) y otro a un personaje de ficción (el actor libanés Rabih Mroué, que se mete en la piel del supuesto chófer de la estrella).



Deneuve entre las bombas
Semejante miscelánea no acaba de cuajar más allá de la impresión que produce el paseo en coche de los protagonistas por el escenario de la tragedia, con las señales de los disparos y las bombas en cada esquina.
"Quiero ver". Esta frase-resumen, la esencia de la película, su título, esconde un cúmulo de buenas intenciones. La pronuncia Deneuve en la primera secuencia. Está en Beirut para un acto benéfico, pocos meses después de que Israel atacase la ciudad en respuesta a los lanzamientos de cohetes y la captura de dos soldados por parte de Hezbolá. Pero no admite que le cuenten lo que ha ocurrido. Quiere ver, quiere callejear por la ciudad a pesar de que la seguridad no lo aconseje.
El punto de partida pretende colocar al espectador en el lugar de Deneuve, pero ya contiene una impostura. Nosotros no somos una estrella del cine, a nosotros no nos seguiría una cámara a todos lados. Un síntoma de valentía y de honradez también puede convertirse en un desaconsejado despropósito. Y nunca sabemos hasta dónde llegan la verdad o la falsedad de las situaciones. Cierto que contienen simbolismos eficaces. Cierto que la herida de la guerra, en primer plano, seduce en algunos instantes, con esa fotografía de cámara digital, ideal para documentos de urgencia. Sin embargo, ver correr a Deneuve huyendo de un camino supuestamente plagado de minas antipersona hace saltar todas las alarmas: las de la veracidad de los hechos y, en caso extremo, las de la involuntaria comicidad del momento. Así, Je veux voir se conforma como una película que invita a ver la realidad, pero al mismo tiempo se nutre de situaciones inverosímiles que provocan la estampida mental.
Viernes, 12 de Junio 2009
El País, España
           


Nuevo comentario:

Noticias | Política | Ideas | Personalidades | Doctrinas | Cultura | Patrimonio cultural | Libros | Diálogo | Investigación | Literatura | Artes | Educación | Comunicación | Ciencia | Entretenimiento | Turismo | Sociedad | Deporte