Algunos representantes de ONGs, abandonando la reunión por la falta de perspectivas de un buen acuerdo
"Les pido que reflexionen seriamente sobre lo que implicaría no terminar el trabajo importante encomendado en Varsovia", dijo el ministro polaco de Medio Ambiente, Marcin Korolec, que preside la conferencia.
Korolec se dirigía a los delegados de los más de 190 países reunidos en la primera sesión plenaria del día tras una larga noche de conversaciones en el estadio de Varsovia, donde se desarrolla la conferencia.
Las negociaciones, que arrancaron el 11 de noviembre, debían finalizar oficialmente el viernes, pero es habitual que se prolonguen un día o, incluso, dos más.
El objetivo de la conferencia de Varsovia es lanzar el proceso que debe conducir hasta la cita de París en 2015, donde se espera alcanzar el acuerdo más ambicioso jamás sellado para limitar el calentamiento climático.
Este acuerdo sobre la reducción de emisiones de gas de efecto invernadero entraría en vigor en 2020 y su objetivo sería limitar la subida de la temperatura del planeta a 2°C con relación a la era preindustrial.
Según los expertos, si se sigue la tendencia actual la temperatura subiría casi 4°C.
El acuerdo de París quiere ser legalmente vinculante y lograr un compromiso de todos los países del mundo, incluidos Estados Unidos y China, los dos mayores contaminadores.
A pesar de que parecía que se habían realizado progresos durante la noche, especialmente en el aspecto de la entrega de ayuda financiera a los países del Sur, en la sesión plenaria estos últimos rechazaron el texto de compromiso planteado en las negociaciones.
"Nos sentimos frustrados por la forma en que las cosas evolucionan", declaró el representante del G77 (grupo de los países en desarrollo) y China.
"Esta conferencia debía ser la conferencia de las finanzas", declaró a la AFP el negociador de Bangladesh, Qamrul Chowdhury.
Los países en desarrollo insisten para que se garanticen los 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020 prometidos por los países ricos para luchar contra el cambio climático.
Pero el último borrador del texto se limita a alentar "a los países desarrollados a seguir movilizando dinero público, a niveles superiores" a los decididos en Copenhague en 2009 para el período 2010-2012, es decir 10.000 millones de dólares anuales.
Nicaragua, en nombre del G77 y China, pidió a los países del Norte que se comprometan al objetivo intermedio de 70.000 millones de dólares.
La Unión Europea (UE), por su parte, pidió flexibilidad y compromiso en estas negociaciones.
En todos los casos que se están discutiendo "sabemos que no hay todo lo que queríamos, pero creemos que se realizaron progresos y esperamos que otros nos sigan y alcancemos compromisos, como lo hacemos", declaró el representante de la UE.
Según la UE, el texto sobre las finanzas "está cerca" del único compromiso posible. Estados Unidos también se mostró dispuesto a "aceptar el texto como está", pero advirtió de que si las discusiones se reabren, introducirían nuevas exigencias.
El otro gran tema sobre la mesa de negociaciones es el del camino a recorrer para alcanzar el esperado acuerdo en 2015.
La discusión se centra en el nivel de precisión de la hoja de ruta, un punto sobre el que la UE se ha mostrado exigente, chocando con algunos países como China e India.
Estos últimos quieren que en el texto final se prevea un tratamiento diferenciado para los países industrializados y los países en desarrollo en el acuerdo de 2015.
Sin embargo, la UE y Estados Unidos consideran que los grandes emergentes no pueden seguir escudándose tras esta línea divisoria que data de los años 90.
Korolec se dirigía a los delegados de los más de 190 países reunidos en la primera sesión plenaria del día tras una larga noche de conversaciones en el estadio de Varsovia, donde se desarrolla la conferencia.
Las negociaciones, que arrancaron el 11 de noviembre, debían finalizar oficialmente el viernes, pero es habitual que se prolonguen un día o, incluso, dos más.
El objetivo de la conferencia de Varsovia es lanzar el proceso que debe conducir hasta la cita de París en 2015, donde se espera alcanzar el acuerdo más ambicioso jamás sellado para limitar el calentamiento climático.
Este acuerdo sobre la reducción de emisiones de gas de efecto invernadero entraría en vigor en 2020 y su objetivo sería limitar la subida de la temperatura del planeta a 2°C con relación a la era preindustrial.
Según los expertos, si se sigue la tendencia actual la temperatura subiría casi 4°C.
El acuerdo de París quiere ser legalmente vinculante y lograr un compromiso de todos los países del mundo, incluidos Estados Unidos y China, los dos mayores contaminadores.
A pesar de que parecía que se habían realizado progresos durante la noche, especialmente en el aspecto de la entrega de ayuda financiera a los países del Sur, en la sesión plenaria estos últimos rechazaron el texto de compromiso planteado en las negociaciones.
"Nos sentimos frustrados por la forma en que las cosas evolucionan", declaró el representante del G77 (grupo de los países en desarrollo) y China.
"Esta conferencia debía ser la conferencia de las finanzas", declaró a la AFP el negociador de Bangladesh, Qamrul Chowdhury.
Los países en desarrollo insisten para que se garanticen los 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020 prometidos por los países ricos para luchar contra el cambio climático.
Pero el último borrador del texto se limita a alentar "a los países desarrollados a seguir movilizando dinero público, a niveles superiores" a los decididos en Copenhague en 2009 para el período 2010-2012, es decir 10.000 millones de dólares anuales.
Nicaragua, en nombre del G77 y China, pidió a los países del Norte que se comprometan al objetivo intermedio de 70.000 millones de dólares.
La Unión Europea (UE), por su parte, pidió flexibilidad y compromiso en estas negociaciones.
En todos los casos que se están discutiendo "sabemos que no hay todo lo que queríamos, pero creemos que se realizaron progresos y esperamos que otros nos sigan y alcancemos compromisos, como lo hacemos", declaró el representante de la UE.
Según la UE, el texto sobre las finanzas "está cerca" del único compromiso posible. Estados Unidos también se mostró dispuesto a "aceptar el texto como está", pero advirtió de que si las discusiones se reabren, introducirían nuevas exigencias.
El otro gran tema sobre la mesa de negociaciones es el del camino a recorrer para alcanzar el esperado acuerdo en 2015.
La discusión se centra en el nivel de precisión de la hoja de ruta, un punto sobre el que la UE se ha mostrado exigente, chocando con algunos países como China e India.
Estos últimos quieren que en el texto final se prevea un tratamiento diferenciado para los países industrializados y los países en desarrollo en el acuerdo de 2015.
Sin embargo, la UE y Estados Unidos consideran que los grandes emergentes no pueden seguir escudándose tras esta línea divisoria que data de los años 90.