El ataque fue perpetrado por tres desconocidos encapuchados que llegaron esta madrugada al local de la Asociación Probúsqueda de los Niños y Niñas Desaparecidos durante el conflicto armado, dijo a la AFP Félix Meléndez, comunicador del ente humanitario.
"Tras amenazar con armas al vigilante procedieron a atarlo junto a otras dos personas y luego prendieron fuego en las habitaciones donde estaban los archivos, los documentos jurídicos y la parte administrativa (...) Además se robaron dos computadoras portátiles", detalló Meléndez.
El presidente salvadoreño Mauricio Funes tildó el hecho de "criminal" y dijo que le "preocupa" que se hayan extraviado documentos "importantes", a la vez que se comprometió a realizar una investigación para dar con los responsables.
"Es un hecho criminal que condenamos (...) vamos a hacer todo lo posible por esclarecerlo y establecer quiénes son los responsables", dijo Funes en rueda de prensa.
Para el mandatario, las investigaciones que estaba realizando Probúsqueda sobre desapariciones "probablemente pudo incomodar" a implicados en esas "graves violaciones" a los Derechos Humanos.
El comunicador de Probúsqueda, dijo que buena parte de la información destruida es recuperable porque estaba respaldada, pero la naturaleza del acto en sí resulta altamente preocupante.
La Policía inició las investigaciones para tratar de localizar a los atacantes del organismo humanitario, que fue creado por el ahora fallecido sacerdote jesuita salvadoreño-español Jon Cortina en 1994.
Desde entonces Probúsqueda ha logrado localizar a 387 niños desaparecidos durante la época del conflicto armado y aún trabaja en la localización de otros 520.
La organización ha impulsado juicios contra el Estado y contra militares acusados del secuestro y desaparición forzada de los infantes, muchos de los cuales fueron entregados en adopción a familias extranjeras.
El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, David Morales, quien inspeccionó el local, dijo que "se trató de un ataque planificado" propio de "un grupo organizado" porque hubo "sustracción y destrucción de información".
Agregó que los autores del incendio sabían que el trabajo de Probúsqueda era "contra la desaparición forzada y contra la impunidad", en la cual figuran como imputados militares retirados de alto rango que no mencionó.
Roberto Rugamas, el abogado de la organización humanitaria, dijo a la AFP que fueron "quemadas" fotos del sacerdote Cortina, por lo que el incendio fue "un acto de odio contra nuestro trabajo".
El pasado lunes en Arcatao, Chalatenango, al norte del país, Probúsqueda propició el último reencuentro, el de Marina Rivera con su familia biológica. Rivera, ahora de 35 años, desapareció en mayo de 1982, y luego fue dada en adopción a una familia estadounidense que vive en Hawai.
La guerra civil salvadoreña salvadoreña dejó más de 75.000 muertos, 7.000 desaparecidos y millonarias pérdidas a la economía nacional.