Marcos Calarcá, el portavoz de las FARC, lee el comunicado.
Los diálogos, cuya primera ronda se desarrolló entre el 19 y el 29 de noviembre, se reanudaron en medio de nuevas tensiones por el límite de un año para negociar fijado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y por un ataque militar que mató a unos 20 rebeldes, además de la polémica sobre posibles secuestrados en manos de las FARC.
"Nuestro empeño apunta a que las voces de todos los colombianos resulten bienvenidas en el proceso de conversaciones. Sólo así creemos que puede crearse una paz duradera", dijo la guerrilla en una declaración leída por su delegado Marcos Calarcá, antes del inicio de esta segunda ronda de pláticas.
La delegación del gobierno colombiano, encabezada por Humberto de la Calle, evitó a la prensa ingresando por una puerta posterior al Palacio de las Convenciones de La Habana, sede del diálogo.
El jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, también entró por una puerta trasera, acompañado por Ricardo Téllez y Jesús Santrich, mientras Calarcá leía la declaración.
Márquez, número dos de las FARC, insistió este miércoles en que el guerrillero Simón Trinidad, que cumple una condena de 60 años en Estados Unidos tras ser extraditado por Bogotá en 2004, se sume a las pláticas de paz.
"Simón es como una bandera de paz al viento. En la mesa (de diálogo), estamos seguros, ayudará con su sabiduría y amor al pueblo", dijo Márquez a la agencia cubana Prensa Latina.
Márquez afirmó que Bogotá debe procurar por medios diplomáticos que "Simón regrese a su patria" y juegue el papel "que le corresponde en la búsqueda de la paz".
El martes, antes de partir desde Bogotá hacia La Habana, De la Calle reclamó a las comunistas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que aclaren su posición respecto al secuestro, luego que una guerrillera dijera que mantienen "prisioneros de guerra" a pesar de que en febrero anunciaron que abandonaban esta práctica.
"Las FARC tienen que responder a las víctimas, tienen que clarificar el problema del secuestro", subrayó De la Calle, en reacción a las declaraciones de Sandra Ramírez, viuda del fundador de las FARC Manuel Marulanda, quien dijo a la prensa cubana que su grupo tenía en su poder a militares y policías colombianos, a los que considera "prisioneros de guerra".
Las declaraciones de Ramírez fueron desmentidas inmediatamente por Ricardo Téllez, miembro del equipo negociador de las FARC, quien reiteró que su grupo ya no tiene ni uniformados ni civiles en su poder.
Las FARC dijeron este miércoles en su declaración que "nos parece normal que en un comienzo las posiciones se presenten lejanas", pues "la Mesa de La Habana es el punto de encuentro de dos maneras de ver la problemática nacional".
"El esfuerzo consiste en poner a prueba el arte de ensartar perlas, como definía (el político colombiano) John Agudelo Ríos al oficio de acercar posiciones, flexibilizar y construir salidas satisfactorias para las dos partes", agregó el texto leído por Calarcá.
Ambas partes coincidieron en que hubo avances en la primera ronda. El propio Santos afirmó que el primer encuentro fue "positivo", pero advirtió el domingo que las negociaciones deben culminar en noviembre de 2013, como plazo máximo.
En la primera ronda, las partes acordaron convocar a un foro sobre desarrollo agrario, del 17 al 19 de diciembre en Bogotá, y abrir un sitio web (mesadeconversaciones.com.co ) para difundir comunicados conjuntos y dar espacio de participación ciudadana en el proceso de paz.
Las conversaciones han estado destinadas hasta ahora al complejo tema agrario, primer punto de la agenda y causa del conflicto que llevó en 1964 a la creación de las FARC, que aglutinan a unos 9.200 combatientes.
La agenda incluye, sin embargo, otros cuatro puntos: drogas ilícitas, participación política, abandono de las armas y reparación a las víctimas.
El conflicto colombiano, el más antiguo en América Latina, ha causado unos 600.000 muertos, 15.000 desaparecidos y cuatro millones de desplazados, según cifras oficiales.
"Nuestro empeño apunta a que las voces de todos los colombianos resulten bienvenidas en el proceso de conversaciones. Sólo así creemos que puede crearse una paz duradera", dijo la guerrilla en una declaración leída por su delegado Marcos Calarcá, antes del inicio de esta segunda ronda de pláticas.
La delegación del gobierno colombiano, encabezada por Humberto de la Calle, evitó a la prensa ingresando por una puerta posterior al Palacio de las Convenciones de La Habana, sede del diálogo.
El jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, también entró por una puerta trasera, acompañado por Ricardo Téllez y Jesús Santrich, mientras Calarcá leía la declaración.
Márquez, número dos de las FARC, insistió este miércoles en que el guerrillero Simón Trinidad, que cumple una condena de 60 años en Estados Unidos tras ser extraditado por Bogotá en 2004, se sume a las pláticas de paz.
"Simón es como una bandera de paz al viento. En la mesa (de diálogo), estamos seguros, ayudará con su sabiduría y amor al pueblo", dijo Márquez a la agencia cubana Prensa Latina.
Márquez afirmó que Bogotá debe procurar por medios diplomáticos que "Simón regrese a su patria" y juegue el papel "que le corresponde en la búsqueda de la paz".
El martes, antes de partir desde Bogotá hacia La Habana, De la Calle reclamó a las comunistas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que aclaren su posición respecto al secuestro, luego que una guerrillera dijera que mantienen "prisioneros de guerra" a pesar de que en febrero anunciaron que abandonaban esta práctica.
"Las FARC tienen que responder a las víctimas, tienen que clarificar el problema del secuestro", subrayó De la Calle, en reacción a las declaraciones de Sandra Ramírez, viuda del fundador de las FARC Manuel Marulanda, quien dijo a la prensa cubana que su grupo tenía en su poder a militares y policías colombianos, a los que considera "prisioneros de guerra".
Las declaraciones de Ramírez fueron desmentidas inmediatamente por Ricardo Téllez, miembro del equipo negociador de las FARC, quien reiteró que su grupo ya no tiene ni uniformados ni civiles en su poder.
Las FARC dijeron este miércoles en su declaración que "nos parece normal que en un comienzo las posiciones se presenten lejanas", pues "la Mesa de La Habana es el punto de encuentro de dos maneras de ver la problemática nacional".
"El esfuerzo consiste en poner a prueba el arte de ensartar perlas, como definía (el político colombiano) John Agudelo Ríos al oficio de acercar posiciones, flexibilizar y construir salidas satisfactorias para las dos partes", agregó el texto leído por Calarcá.
Ambas partes coincidieron en que hubo avances en la primera ronda. El propio Santos afirmó que el primer encuentro fue "positivo", pero advirtió el domingo que las negociaciones deben culminar en noviembre de 2013, como plazo máximo.
En la primera ronda, las partes acordaron convocar a un foro sobre desarrollo agrario, del 17 al 19 de diciembre en Bogotá, y abrir un sitio web (mesadeconversaciones.com.co ) para difundir comunicados conjuntos y dar espacio de participación ciudadana en el proceso de paz.
Las conversaciones han estado destinadas hasta ahora al complejo tema agrario, primer punto de la agenda y causa del conflicto que llevó en 1964 a la creación de las FARC, que aglutinan a unos 9.200 combatientes.
La agenda incluye, sin embargo, otros cuatro puntos: drogas ilícitas, participación política, abandono de las armas y reparación a las víctimas.
El conflicto colombiano, el más antiguo en América Latina, ha causado unos 600.000 muertos, 15.000 desaparecidos y cuatro millones de desplazados, según cifras oficiales.