Disputa por Explanada Mezquitas en Jerusalén reactiva conflicto en Palestina


Jerusalén. - El reciente derramamiento de sangre en Oriente Medio era en realidad una tragedia anunciada: los servicios secretos internos de Israel, el Shin Bet, y otros expertos en seguridad, habían alertado al primer ministro Benjamin Netanyahu de que la disputa por las medidas de seguridad en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén podría escalar peligrosamente, aseguran medios locales.



El lugar donde un palestino mató a tres colonos israelíes en Halamish
El lugar donde un palestino mató a tres colonos israelíes en Halamish
Hasta el último minuto hubo febriles deliberaciones sobre cómo resolver la nueva crisis en el lugar, sagrado tanto para judíos como para musulmanes; pero llegó el rezo del viernes y estalló la violencia, que se saldó con tres palestinos muertos y unos 400 heridos en enfrentamientos con la Policía y otros tres colonos israelíes muertos en un ataque en su vivienda.
Tras horas de debate con su gabinete de seguridad en la noche del viernes, Netanyahu optó finalmente por dejar intactos los detectores de metal que había instalado en los accesos de la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo. Su colocación hace una semana fue controvertida y Israel la defendió para garantizar la seguridad días después de un atentado en el que habían muerto dos policías israelíes, además de los tres atacantes abatidos. Al parecer, el ataque se perpetró desde ese lugar.
Los palestinos, sin embargo, consideran los detectores una provocación inadmisible y como un intento de Israel de aumentar su influencia sobre el lugar, donde sólo pueden rezar los musulmanes, mientras que los judíos tienen el derecho de rezo limitado al Muro de las Lamentaciones.
"Rechazamos los detectores de metal porque bajo la excusa de medidas de seguridad, son en realidad un acto político para controlar la mezquita de Al Aqsa", señaló el presidente palestino Mahmud Abbas, que acusó a Israel de impedir una reactivacion del proceso de paz y de "transformar el conflicto político en uno religioso".
Por su parte, el popular político opositor israelí Jair Lapid se puso del lado del Gobierno y acusó a los palestinos y la fundación jordana Waqf, responsable de gestionar los lugares sagrados, de azuzar la violencia. "El hecho de que el intento de proteger a inocentes con detectores de metal se interprete como un ataque al islam o la libertad de rezo es sencillamente una incitación horrible que ha provocado violencia y muerte sinsentido".
Representantes palestinos habrían hecho escalar la situación, según los israelíes, por llamar masivamente a los musulmanes a acudir al rezo del viernes en la Explanada de las Mezquitas, mientras las autoridades israelís sólo permitieron pasar a las mujeres y hombres mayores de 50 años.
El líder del movimiento radical islamista Hamas, Ismail Hanija, que gobierna la Franja de Gaza, llamó incluso a un "día de la ira" el viernes.
En realidad, los expertos de seguridad consideraban los detectores de metal relativamente prescindibles, asegura el diario israelí "Haaretz", porque son fáciles de evitar. Pero Netanyahu se vio al parecer presionado por su socio de coalición derechista de mostrar más presencia en la Ciudad Vieja de Jerusalén y el Monte del Templo.
Sin embargo, no es el único bajo presión: también Abbas lo está. Tras el atentado mortal contra los policías israelíes habría intentado una conversación telefónica conciliadora con Netanyahu. Pero después de los sucesos del viernes se vio forzado a romper todos los canales de comunicación.
Ahora preocupa que la crisis pueda dañar también las relaciones de Israel con la vecina Jordania, que es la guardiana de los lugares sagrados en Jerusalén.
Tampoco está claro si Abbas seguirá sus palabras con hechos concretos o si pone fin, por ejemplo, a la importante cooperación de los dos países en materia de seguridad. Ya en septiembre de 2015, Abbas suspendió los acuerdos de paz con Israel en una dramática declaración. Pese a ello, la cooperación continuó.
Lo que sí está claro es que el estancamiento de las negociaciones de paz de las dos partes lleva más de tres años creando un peligroso vacío que favorece continuamente nuevos brotes de violencia.
En el último informe anual del Departamento de Estado norteamericano sobre el terrorismo se afirma que la violencia palestina se ve fomentada por la "falta de esperanza en llegar a tener un Estado propio", por la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania, la violencia de los colonos y las operaciones militares.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se propuso reactivar las negociaciones de paz, pero hasta ahora no ha habido avances al respecto.

En 1948 los israelíes, en su mayoría inmigrantes judíos europeos, expulsaron a 750 000 palestinos, la mayoría de la población palestina, a Jordania, Siria y Líbano. Los palestinos exigen el retorno de los refugiados-descendientes de los expulsados-y los israelíes se niegan.
Domingo, 23 de Julio 2017
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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