
José Eduardo dos Santos
Su rival histórico la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) obtenía 17,9% y el nuevo partido de oposición Casa, apenas un 4,5%, añadió la portavoz de la CNE, Julia Ferreira.
La Comisión no pudo facilitar por el momento la cifra de participación en estos comicios, los segundos desde el fin de la guerra civil en 2002.
Las elecciones se desarrollaron sin incidentes.
En los comicios, los angoleños estaban llamados a renovar a los 220 miembros de su Parlamento. Según la nueva Constitución adoptada en 2010, el jefe del partido vencedor se convertirá automáticamente en presidente de la República por un periodo de cinco años, por lo que el presidente Dos Santos, de 70, permanecería en su cargo.
El mandatario está al frente del segundo mayor productor petrolero de África desde 1979, y desde entonces nunca fue elegido directamente por el pueblo.
Actualmente posee un fuerte control de las instituciones, ya que además de jefe de Estado es jefe de las Fuerzas Armadas, el gobierno y la policía, y nombra a los principales jueces.
Durante la campaña prometió proseguir la reconstrucción del país tras la guerra civil que duró de 1975 a 2002, y redistribuir la riqueza.
Los medios de comunicación le fueron de gran ayuda, ya que no dejaron de elogiar su balance, dejando muy poco espacio a la oposición.
Su principal rival, el presidente de UNITA Isaias Samakuva, de 66 años, denunció durante toda la campaña la falta de transparencia de las elecciones.
Su movimiento, que apenas obtuvo el 10% de los votos en las elecciones de 2008, afirma que los ingresos del petróleo benefician exclusivamente a la élite, empezando por la familia Dos Santos.
Samakuva esperaba recibir el apoyo de los jóvenes angoleños indignados de ver construirse lujosos rascacielos en la capital Luanda, mientras el 55% de la población vive en la miseria.
En marzo de 2011 se iniciaron unas manifestaciones, primero protagonizadas por jóvenes que pedían la dimisión de Dos Santos y el fin de un régimen que consideran autoritario y corrupto.
Más adelante fueron ex militares quienes retomaron las protestas, pidiendo el pago de primas de desmovilización y de pensiones. No obstante, las protestas acabaron siendo reprimidas.
"El MPLA será el partido vencedor de las elecciones, pero deberá afrontar una contestación los cinco próximos años", prevé de entrada Bango Serra, de la asociación Justicia, Paz y Democracia, en general crítica con el poder.
"Esa contestación se centrará primero en los resultados, debido a las dudas sobre la organización de las elecciones, y luego en las políticas sociales efectuadas por el partido", añade.
La Comisión no pudo facilitar por el momento la cifra de participación en estos comicios, los segundos desde el fin de la guerra civil en 2002.
Las elecciones se desarrollaron sin incidentes.
En los comicios, los angoleños estaban llamados a renovar a los 220 miembros de su Parlamento. Según la nueva Constitución adoptada en 2010, el jefe del partido vencedor se convertirá automáticamente en presidente de la República por un periodo de cinco años, por lo que el presidente Dos Santos, de 70, permanecería en su cargo.
El mandatario está al frente del segundo mayor productor petrolero de África desde 1979, y desde entonces nunca fue elegido directamente por el pueblo.
Actualmente posee un fuerte control de las instituciones, ya que además de jefe de Estado es jefe de las Fuerzas Armadas, el gobierno y la policía, y nombra a los principales jueces.
Durante la campaña prometió proseguir la reconstrucción del país tras la guerra civil que duró de 1975 a 2002, y redistribuir la riqueza.
Los medios de comunicación le fueron de gran ayuda, ya que no dejaron de elogiar su balance, dejando muy poco espacio a la oposición.
Su principal rival, el presidente de UNITA Isaias Samakuva, de 66 años, denunció durante toda la campaña la falta de transparencia de las elecciones.
Su movimiento, que apenas obtuvo el 10% de los votos en las elecciones de 2008, afirma que los ingresos del petróleo benefician exclusivamente a la élite, empezando por la familia Dos Santos.
Samakuva esperaba recibir el apoyo de los jóvenes angoleños indignados de ver construirse lujosos rascacielos en la capital Luanda, mientras el 55% de la población vive en la miseria.
En marzo de 2011 se iniciaron unas manifestaciones, primero protagonizadas por jóvenes que pedían la dimisión de Dos Santos y el fin de un régimen que consideran autoritario y corrupto.
Más adelante fueron ex militares quienes retomaron las protestas, pidiendo el pago de primas de desmovilización y de pensiones. No obstante, las protestas acabaron siendo reprimidas.
"El MPLA será el partido vencedor de las elecciones, pero deberá afrontar una contestación los cinco próximos años", prevé de entrada Bango Serra, de la asociación Justicia, Paz y Democracia, en general crítica con el poder.
"Esa contestación se centrará primero en los resultados, debido a las dudas sobre la organización de las elecciones, y luego en las políticas sociales efectuadas por el partido", añade.