El 5 de julio, al día siguiente de su último espectáculo en Berlín, Duato tomará un avión de regreso a España, país del que salió enfadado hace ocho años, pero del que siente nostalgia en estos momentos de su vida y en el que desea montar ahora una fundación propia. En entrevista con dpa analiza su etapa en Berlín y los problemas de España, "un país que no valora a sus artistas".
dpa: Qué balance hace de su etapa en Berlín? ¿Se arrepiente de algo?
Duato: No, no me arrepiento de lo que he hecho y tampoco de haber firmado estos años, aunque me vaya un año antes. Tendría que haberme quedado hasta el 2019, pero al haber anunciado mi salida tres años antes, creo que es algo muy deshonesto por parte de la Fundación.
dpa: ¿Por qué cree que anunciaron su salida con tanta antelación?
Duato: Pues como siempre pasa en la política. A los políticos les importa tres pepinos la cultura y mucho menos el ballet. Por encima va la música, el teatro y la ópera. A los del ballet nos consideran un poco como la cenicienta de las artes. Lo podían haber anunciado un año antes, que es lo que ponía en el contrato y es lo que normalmente se hace (...) Lo anunciaron al segundo año, pero claro, las elecciones venían a los dos meses y les salió el tiro por la culata porque anunciaron a Sasha Waltz creyendo que los bailarines y el público iban a estar tan contentos y fue todo lo contrario. La verdad es que ella tiene bastante estómago para venir a una compañía donde sabe que no la quieren.
dpa: ¿Cuáles son sus planes ahora?
Duato: Después de tanto tiempo yo ya no quiero ni trabajar más para instituciones públicas, ni para ministros, ni Gobiernos. Lo que quiero hacer ahora es montar una fundación. Todo con dinero privado, sin tener que depender de dinero público.
dpa: ¿Dónde quiere montar esa fundación?
Duato: En Madrid. Ahora me decían también si no querría trabajar en algún ministerio si me lo pidiesen... Yo no quiero dedicarme a la política, porque no quiero perder mi honestidad.
dpa: Pero, ¿qué cambiaría si fuera ministro de Cultura?
Duato: Lo primero que haría sería bajar el IVA. Lo segundo sería subir el sueldo a los bailarines y darles un teatro, porque no hay derecho que España sea el único país de toda la Unión Europea que no tiene un teatro con una compañía estable. Y luego les haría mucho más caso a los artistas, porque creo que España es muy esquiva con sus artistas y no se da cuenta del peso cultural que tienen. Un país que no valora a sus artistas, un país que no fomenta su cultura es un zombi. Y España en estos últimos años yo la veo un poco zombi.
dpa: ¿Cree que con los recientes nombramientos hay esperanza?
Duato: Màxim Huerta ha dimitido porque tiene un marrón ahí que yo tampoco puedo entender. Una persona que dice que ama tanto la cultura. Si amas tanto la cultura cuando no pagas los impuestos como dios manda no estás contribuyendo a la cultura. Yo siempre he dicho que no me siento español, porque he vivido fuera y tampoco parezco muy español. Lo de ser de una parte me parece ridículo. Ahora, yo pago mis impuestos. Eso es ser español. No puedes sacar la bandera y luego no pagar los impuestos.
dpa: Al estar fuera del país y leer las noticias sobre la corrupción en España ¿le entraron ganas de no volver nunca?
Duato: Aquí también hay corrupción. Solo hay que mirar la Volkswagen o el Deutsche Bank. Aquí es una corrupción a grandísimo nivel. En España es muy cutre. Pero aquí se roba también. Lo que pasa aquí es que dimiten.
dpa: ¿Echa de menos Madrid?
Duato: Echo de menos mi casa, Madrid, mis amigos, estar más cerca de mi familia. He llegado tarde a todos los entierros, no he ido a bodas, incluso hay sobrinos que ni conozco todavía... cuando eres joven te da igual, pero ahora mismo no. El año pasado se murieron mi padre, mi madre y mi hermano y llegué tarde.
dpa: Fue director de la Compañía Nacional de Danza de España durante dos décadas. Tras su polémico cese como director en 2010, volvió recientemente a Madrid. ¿Cómo fue esa vuelta?
Duato: Muy bien. Estupendo. Ahora me ponen alfombra roja (ríe) Y están todos encantados, me quieren mucho. Ya me ven como un señor mayor que está acabando la carrera de modo que me tienen más respeto. Y para mí fue muy entrañable volver a casa.
dpa: ¿Entonces repetiría la experiencia?
Duato: Sí, claro.
dpa: En el pasado dijo que se fue enfadado de España. ¿Ya se le ha pasado el enfado o sigue teniendo resentimientos?
Duato: Sí, sigo enfadado. Uno no puede olvidar nunca la ignorancia, sobre todo, cuando viene de un Ministerio de Cultura. La ignorancia con la que actuaron a la hora de presentarme la dimisión fue tristísimo (...) En mi contrato ponía que una vez yo acababa de ser director mis ballets automáticamente se dejaban de representar, porque me pertenecen. Léete eso y entonces me presentas el despido de otra manera. Pero te valoran tan poco que ni leen tu contrato.
dpa: Pero a pesar de ese resentimiento ha vuelto.
Duato: He vuelto porque he comprendido que el público no tiene culpa de nada y los bailarines tampoco y es una pena. Pero el enfado no se me ha pasado.
dpa: ¿Cree que el Ministerio de Cultura ha aprendido desde entonces?
Duato: Yo creo que sí. Por lo menos ahora se leerá los contratos (ríe).
dpa: ¿Y qué opina sobre la fusión de La Zarzuela y el Teatro Real?
Duato: Es una pena. Creo que deberían dejarlo tal cual (...) Al Teatro Real la danza no le importa tres pepinos. En Madrid se hacen once espectáculos al mes frente a los 25 que se hacen aquí (Berlín). Los demás días el teatro está cerrado.
dpa: ¿Cree que va a haber cambios al respecto con el nuevo Gobierno?
Duato: El nuevo Gobierno... da igual la derecha que la izquierda. No se enteran de nada. Yo conozco a (José) Guirao muy bien (...) Es un hombre muy sensible que sabe gestionar. Huerta no sabía gestionar, nunca había gestionado. No sé cómo se le ocurrió a (Pedro) Sánchez. Sé que se lo ofrecieron a (Alejandro) Amenábar, que tampoco lo entiendo muy bien. Y también a Elvira Lindo.
dpa: Volviendo a Berlín, su nombramiento no fue muy bien acogido por ciertos sectores, ¿ha logrado hacerles cambiar de opinión?
Duato: No, todavía menos. Aquí los críticos creían que yo iba a venir aquí y les iba a invitar a desayunar, a venir a ensayos, a hacer entrevistas. Yo cuando llegué dije: "Prohíbo que un crítico me haga una entrevista", porque entonces no eres objetivo. Si vienes a ver mi ballet es mejor que no sepas ni mi cara, porque ya solo por mi cara y por mi tipo ya tienen ideas preconcebidas en plan: "Uy, éste es un chulo, un creído y un narcisista", las tres cosas a la vez (ríe).
dpa: Pero, ¿cómo ha sentido que le ha acogido el público berlinés?
Duato: El público me ha acogido estupendamente. Se portan bien conmigo. Cada vez más. Saben que me voy a ir ahora. Les gusta lo que hago. De hecho este año es el año que más entradas se han vendido en los últimos diez años.
dpa: ¿Entonces cree que los responsables del ballet se arrepienten ahora de dejarle marchar?
Duato: No. Les da igual. El señor Tim Renner (antiguo ministro regional de cultura de Berlín) vino a ver "Jewels" de (George) Balanchine y a la media hora de acabar el ballet se le vio en Instagram en una foto en su casa con los pies encima de la mesa con una cerveza y una frase donde decía: "Por fin viendo fútbol en casa". No dio la enhorabuena a los bailarines del ballet, ni dijo que fuera bueno el ballet, nada.
dpa: ¿El tiempo que ha pasado aquí le ha hecho cambiar su opinión sobre los alemanes?
Duato: A mí Alemania siempre me ha gustado. Además, mi abuelo estudió aquí y hablaba alemán (...) Es un país muy musical con una literatura increíble, me encanta la arquitectura. Dejando de lado todas las penurias que han pasado, es un país del que se puede aprender muchísimo. Y es un ejemplo en muchísimos sentidos. Pero es un poco provinciana esta ciudad. Me sabe mal decirlo. He vivido en Londres, París, Nueva York... incluso Madrid, que es un desastre, es mucho menos provinciana que esto. A mí como me trata la crítica aquí me da risa, porque es como la crítica de un pueblo.
dpa: ¿El nombramiento de Sasha Waltz refleja ese provincianismo?
Duato: Bueno ya el nombramiento de Sasha Waltz es una cosa... Sasha Waltz era como un jarrón chino de esos que te regalan en una boda y no sabes dónde ponerlo porque te lo ha regalado tu tía abuela pero en algún lado hay que ponerlo porque no lo quieres esconder.
dpa: La última pregunta, teniendo en cuenta que acaba de comenzar el Mundial de fútbol, ¿va a seguirlo?
Duato: Es que no me gusta el fútbol. Me han llamado no sé de qué periódico que me querían preguntar sobre el Mundial y les he dicho que prefiero hablar sobre el barco de refugiados que acabamos de acoger en Valencia (ríe). A mí el Mundial me da igual, aunque si tiene que ganar alguien pues que gane España.
NACHO DUATO: Nacido el 8 de enero de 1957 en Valencia, el ex bailarín del ballet español y coreógrafo, fue director artístico de la Compañía Nacional de Danza de España desde 1990 hasta julio de 2010. Después de su etapa en Madrid, dirigió el ballet del Teatro Mijailovski de San Petersburgo y posteriormente, en 2015, tomó las riendas del Ballet Estatal de Berlín donde dirigirá la última representación el 4 de julio.
dpa: Qué balance hace de su etapa en Berlín? ¿Se arrepiente de algo?
Duato: No, no me arrepiento de lo que he hecho y tampoco de haber firmado estos años, aunque me vaya un año antes. Tendría que haberme quedado hasta el 2019, pero al haber anunciado mi salida tres años antes, creo que es algo muy deshonesto por parte de la Fundación.
dpa: ¿Por qué cree que anunciaron su salida con tanta antelación?
Duato: Pues como siempre pasa en la política. A los políticos les importa tres pepinos la cultura y mucho menos el ballet. Por encima va la música, el teatro y la ópera. A los del ballet nos consideran un poco como la cenicienta de las artes. Lo podían haber anunciado un año antes, que es lo que ponía en el contrato y es lo que normalmente se hace (...) Lo anunciaron al segundo año, pero claro, las elecciones venían a los dos meses y les salió el tiro por la culata porque anunciaron a Sasha Waltz creyendo que los bailarines y el público iban a estar tan contentos y fue todo lo contrario. La verdad es que ella tiene bastante estómago para venir a una compañía donde sabe que no la quieren.
dpa: ¿Cuáles son sus planes ahora?
Duato: Después de tanto tiempo yo ya no quiero ni trabajar más para instituciones públicas, ni para ministros, ni Gobiernos. Lo que quiero hacer ahora es montar una fundación. Todo con dinero privado, sin tener que depender de dinero público.
dpa: ¿Dónde quiere montar esa fundación?
Duato: En Madrid. Ahora me decían también si no querría trabajar en algún ministerio si me lo pidiesen... Yo no quiero dedicarme a la política, porque no quiero perder mi honestidad.
dpa: Pero, ¿qué cambiaría si fuera ministro de Cultura?
Duato: Lo primero que haría sería bajar el IVA. Lo segundo sería subir el sueldo a los bailarines y darles un teatro, porque no hay derecho que España sea el único país de toda la Unión Europea que no tiene un teatro con una compañía estable. Y luego les haría mucho más caso a los artistas, porque creo que España es muy esquiva con sus artistas y no se da cuenta del peso cultural que tienen. Un país que no valora a sus artistas, un país que no fomenta su cultura es un zombi. Y España en estos últimos años yo la veo un poco zombi.
dpa: ¿Cree que con los recientes nombramientos hay esperanza?
Duato: Màxim Huerta ha dimitido porque tiene un marrón ahí que yo tampoco puedo entender. Una persona que dice que ama tanto la cultura. Si amas tanto la cultura cuando no pagas los impuestos como dios manda no estás contribuyendo a la cultura. Yo siempre he dicho que no me siento español, porque he vivido fuera y tampoco parezco muy español. Lo de ser de una parte me parece ridículo. Ahora, yo pago mis impuestos. Eso es ser español. No puedes sacar la bandera y luego no pagar los impuestos.
dpa: Al estar fuera del país y leer las noticias sobre la corrupción en España ¿le entraron ganas de no volver nunca?
Duato: Aquí también hay corrupción. Solo hay que mirar la Volkswagen o el Deutsche Bank. Aquí es una corrupción a grandísimo nivel. En España es muy cutre. Pero aquí se roba también. Lo que pasa aquí es que dimiten.
dpa: ¿Echa de menos Madrid?
Duato: Echo de menos mi casa, Madrid, mis amigos, estar más cerca de mi familia. He llegado tarde a todos los entierros, no he ido a bodas, incluso hay sobrinos que ni conozco todavía... cuando eres joven te da igual, pero ahora mismo no. El año pasado se murieron mi padre, mi madre y mi hermano y llegué tarde.
dpa: Fue director de la Compañía Nacional de Danza de España durante dos décadas. Tras su polémico cese como director en 2010, volvió recientemente a Madrid. ¿Cómo fue esa vuelta?
Duato: Muy bien. Estupendo. Ahora me ponen alfombra roja (ríe) Y están todos encantados, me quieren mucho. Ya me ven como un señor mayor que está acabando la carrera de modo que me tienen más respeto. Y para mí fue muy entrañable volver a casa.
dpa: ¿Entonces repetiría la experiencia?
Duato: Sí, claro.
dpa: En el pasado dijo que se fue enfadado de España. ¿Ya se le ha pasado el enfado o sigue teniendo resentimientos?
Duato: Sí, sigo enfadado. Uno no puede olvidar nunca la ignorancia, sobre todo, cuando viene de un Ministerio de Cultura. La ignorancia con la que actuaron a la hora de presentarme la dimisión fue tristísimo (...) En mi contrato ponía que una vez yo acababa de ser director mis ballets automáticamente se dejaban de representar, porque me pertenecen. Léete eso y entonces me presentas el despido de otra manera. Pero te valoran tan poco que ni leen tu contrato.
dpa: Pero a pesar de ese resentimiento ha vuelto.
Duato: He vuelto porque he comprendido que el público no tiene culpa de nada y los bailarines tampoco y es una pena. Pero el enfado no se me ha pasado.
dpa: ¿Cree que el Ministerio de Cultura ha aprendido desde entonces?
Duato: Yo creo que sí. Por lo menos ahora se leerá los contratos (ríe).
dpa: ¿Y qué opina sobre la fusión de La Zarzuela y el Teatro Real?
Duato: Es una pena. Creo que deberían dejarlo tal cual (...) Al Teatro Real la danza no le importa tres pepinos. En Madrid se hacen once espectáculos al mes frente a los 25 que se hacen aquí (Berlín). Los demás días el teatro está cerrado.
dpa: ¿Cree que va a haber cambios al respecto con el nuevo Gobierno?
Duato: El nuevo Gobierno... da igual la derecha que la izquierda. No se enteran de nada. Yo conozco a (José) Guirao muy bien (...) Es un hombre muy sensible que sabe gestionar. Huerta no sabía gestionar, nunca había gestionado. No sé cómo se le ocurrió a (Pedro) Sánchez. Sé que se lo ofrecieron a (Alejandro) Amenábar, que tampoco lo entiendo muy bien. Y también a Elvira Lindo.
dpa: Volviendo a Berlín, su nombramiento no fue muy bien acogido por ciertos sectores, ¿ha logrado hacerles cambiar de opinión?
Duato: No, todavía menos. Aquí los críticos creían que yo iba a venir aquí y les iba a invitar a desayunar, a venir a ensayos, a hacer entrevistas. Yo cuando llegué dije: "Prohíbo que un crítico me haga una entrevista", porque entonces no eres objetivo. Si vienes a ver mi ballet es mejor que no sepas ni mi cara, porque ya solo por mi cara y por mi tipo ya tienen ideas preconcebidas en plan: "Uy, éste es un chulo, un creído y un narcisista", las tres cosas a la vez (ríe).
dpa: Pero, ¿cómo ha sentido que le ha acogido el público berlinés?
Duato: El público me ha acogido estupendamente. Se portan bien conmigo. Cada vez más. Saben que me voy a ir ahora. Les gusta lo que hago. De hecho este año es el año que más entradas se han vendido en los últimos diez años.
dpa: ¿Entonces cree que los responsables del ballet se arrepienten ahora de dejarle marchar?
Duato: No. Les da igual. El señor Tim Renner (antiguo ministro regional de cultura de Berlín) vino a ver "Jewels" de (George) Balanchine y a la media hora de acabar el ballet se le vio en Instagram en una foto en su casa con los pies encima de la mesa con una cerveza y una frase donde decía: "Por fin viendo fútbol en casa". No dio la enhorabuena a los bailarines del ballet, ni dijo que fuera bueno el ballet, nada.
dpa: ¿El tiempo que ha pasado aquí le ha hecho cambiar su opinión sobre los alemanes?
Duato: A mí Alemania siempre me ha gustado. Además, mi abuelo estudió aquí y hablaba alemán (...) Es un país muy musical con una literatura increíble, me encanta la arquitectura. Dejando de lado todas las penurias que han pasado, es un país del que se puede aprender muchísimo. Y es un ejemplo en muchísimos sentidos. Pero es un poco provinciana esta ciudad. Me sabe mal decirlo. He vivido en Londres, París, Nueva York... incluso Madrid, que es un desastre, es mucho menos provinciana que esto. A mí como me trata la crítica aquí me da risa, porque es como la crítica de un pueblo.
dpa: ¿El nombramiento de Sasha Waltz refleja ese provincianismo?
Duato: Bueno ya el nombramiento de Sasha Waltz es una cosa... Sasha Waltz era como un jarrón chino de esos que te regalan en una boda y no sabes dónde ponerlo porque te lo ha regalado tu tía abuela pero en algún lado hay que ponerlo porque no lo quieres esconder.
dpa: La última pregunta, teniendo en cuenta que acaba de comenzar el Mundial de fútbol, ¿va a seguirlo?
Duato: Es que no me gusta el fútbol. Me han llamado no sé de qué periódico que me querían preguntar sobre el Mundial y les he dicho que prefiero hablar sobre el barco de refugiados que acabamos de acoger en Valencia (ríe). A mí el Mundial me da igual, aunque si tiene que ganar alguien pues que gane España.
NACHO DUATO: Nacido el 8 de enero de 1957 en Valencia, el ex bailarín del ballet español y coreógrafo, fue director artístico de la Compañía Nacional de Danza de España desde 1990 hasta julio de 2010. Después de su etapa en Madrid, dirigió el ballet del Teatro Mijailovski de San Petersburgo y posteriormente, en 2015, tomó las riendas del Ballet Estatal de Berlín donde dirigirá la última representación el 4 de julio.