Dunia Montenegro
Judith Martínez ¿Cómo decide dedicarse al mundo de la pornografía?
Nadie dice: de mayor voy a dedicarme al porno. En mi caso, se debe a varios factores, el primero es que soy adicta al sexo. Empecé como bailarina, luego gogó, y finalmente de stripper. Se ganaba mucho más si te lo quitabas todo… Así que otro de los motivos fue el dinero. En cuanto al cine, como espectadora siempre me pregunté cómo sería desde el otro lado.
Y le gustó
Yo, con mi trabajo, disfruto de verdad. Y esta es la clave, porque si no, no podría dedicarme a esto. En lo que a mi sexualidad se refiere, he evolucionado a pasos agigantados.
¿Qué otros pros encuentra?
No tengo jefe y gano más dinero que haciendo de administrativa. También me ofrece flexibilidad, calidad de vida. Me permite ser emprendedora y tener mis propias ambiciones. Tengo muchos suelditos: soy actriz, actúo en shows eróticos, y estoy experimentando nuevas facetas, como la de directora de castings, guionista o productora. ¡Tengo mi propio negocio on line! Se podría decir que vivo en una burbuja X.
Parece que el porno da mucho dinero
Sólo es así si sabes aprovechar todas las oportunidades. En realidad hay pocas chicas que ganen dinero, los cachés, que van de 300 € a 3.000€ por escena, no son suficiente para vivir sólo de ello. Por eso ahora está de moda la web cam. Yo me conecto un par de días por semana y chateo con mis fans y seguidores. En mi web también cuelgo mis propias escenas y facilito los enlaces de otras porn stars. En este sentido, he aprendido de las americanas, que son muy emprendedoras y saben sacar partido de su marca.
¿Dónde están los contras?
La industria demanda chicas jovencitas. Y yo no le recomiendo a nadie que se dedique a esto si no lo tiene muy claro. A los 18 años no tienes la personalidad suficiente, no conoces tus límites y tampoco cuentas con las consecuencias. Hay muchas chicas que después de haber rodado las primeras escenas, se dan cuenta de lo que significa el estigma social, que afecta a su vida personal. Sus amigos lo descubren y se meten con ellas. La familia se entera. Los derechos de imagen son de por vida; una vez cedidos, se puede utilizar en cualquier formato, lugar del mundo y momento. No hay escapatoria.
¿Alguna vez han sobrepasado su límite?
En un par de ocasiones. Por eso hay que tener mucha personalidad para dedicarte a esto. Yo quiero disfrutar con mi trabajo. Si no estoy a gusto con un actor, no vuelvo a trabajar con él y si alguien me trata mal, paro la escena y me marcho. Repito, una chica joven no tiene la seguridad de plantarse en un momento dado. Yo respeto a la gente y exijo que se me respete. ¿Qué dice su familia? Vive lejos, en Brasil. Yo tengo una relación muy abierta con mi madre y así espero tenerla con mi hija. Ahora tiene diez años, pero cuando llegue el momento se lo contaré. Todo el mundo lo sabe. No puedo esconderme. Por eso, tengo claro que lo importante es el amor que le doy.
¿Y su pareja?
Actualmente no tengo pareja. Ese es uno de los mayores problemas. Hace poco tuve una, durante un año, pero se acabó. No quería presentarme a sus padres, por si me reconocían. Además, ¿se imagina qué hombre es capaz de aguantar que su mujer se vaya a trabajar y vuelva con una gran sonrisa del orgasmo que ha tenido? No echo de menos tener un hombre en mi vida.
Me lo imagino: cariño, me voy a trabajar con Nacho…
He trabajado muchas veces con Nacho Vidal. Él es muy carismático. Es de esas personas que al llegar a una habitación, la llena, la ilumina. En cuanto a trabajar con él, es de los actores – junto con Toni Ribas - con los que más me gusta rodar porque es muy intuitivo con la sexualidad femenina. Te hace sentir como si fueses la mujer de su vida, la que ama. Y eso se transmite a la cámara.
¿Qué ingredientes debe tener una buena película porno?
Todas siguen un esquema parecido, pero lo más importante es que los actores no finjan. El espectador nota cuando una actriz rueda una escena para pagarse la hipoteca. En una buena película también debe haber mucha improvisación. Y lo mejor sucede cuando haces lo que te pide el cuerpo. Lo mismo que sucede en la vida.
¿Cómo es su público?
De todo tipo. Está el que quiere aprender y el que le gusta mirar. Muchas mujeres que chatean conmigo me piden consejos, porque quieren experimentar cosas nuevas con sus parejas. Eso es bonito. Por otro lado hay un porcentaje muy elevado de personas con una doble moral; aquellas que ven mucho porno y nunca lo reconocen, los que más lo critican son los que más disfrutan, o las que sienten mucha curiosidad pero se reprimen y no lo ven. Yo recomiendo hurgar. Tener una mentalidad abierta para descubrir todas las posibilidades. Hay para todos los gustos.
Nadie dice: de mayor voy a dedicarme al porno. En mi caso, se debe a varios factores, el primero es que soy adicta al sexo. Empecé como bailarina, luego gogó, y finalmente de stripper. Se ganaba mucho más si te lo quitabas todo… Así que otro de los motivos fue el dinero. En cuanto al cine, como espectadora siempre me pregunté cómo sería desde el otro lado.
Y le gustó
Yo, con mi trabajo, disfruto de verdad. Y esta es la clave, porque si no, no podría dedicarme a esto. En lo que a mi sexualidad se refiere, he evolucionado a pasos agigantados.
¿Qué otros pros encuentra?
No tengo jefe y gano más dinero que haciendo de administrativa. También me ofrece flexibilidad, calidad de vida. Me permite ser emprendedora y tener mis propias ambiciones. Tengo muchos suelditos: soy actriz, actúo en shows eróticos, y estoy experimentando nuevas facetas, como la de directora de castings, guionista o productora. ¡Tengo mi propio negocio on line! Se podría decir que vivo en una burbuja X.
Parece que el porno da mucho dinero
Sólo es así si sabes aprovechar todas las oportunidades. En realidad hay pocas chicas que ganen dinero, los cachés, que van de 300 € a 3.000€ por escena, no son suficiente para vivir sólo de ello. Por eso ahora está de moda la web cam. Yo me conecto un par de días por semana y chateo con mis fans y seguidores. En mi web también cuelgo mis propias escenas y facilito los enlaces de otras porn stars. En este sentido, he aprendido de las americanas, que son muy emprendedoras y saben sacar partido de su marca.
¿Dónde están los contras?
La industria demanda chicas jovencitas. Y yo no le recomiendo a nadie que se dedique a esto si no lo tiene muy claro. A los 18 años no tienes la personalidad suficiente, no conoces tus límites y tampoco cuentas con las consecuencias. Hay muchas chicas que después de haber rodado las primeras escenas, se dan cuenta de lo que significa el estigma social, que afecta a su vida personal. Sus amigos lo descubren y se meten con ellas. La familia se entera. Los derechos de imagen son de por vida; una vez cedidos, se puede utilizar en cualquier formato, lugar del mundo y momento. No hay escapatoria.
¿Alguna vez han sobrepasado su límite?
En un par de ocasiones. Por eso hay que tener mucha personalidad para dedicarte a esto. Yo quiero disfrutar con mi trabajo. Si no estoy a gusto con un actor, no vuelvo a trabajar con él y si alguien me trata mal, paro la escena y me marcho. Repito, una chica joven no tiene la seguridad de plantarse en un momento dado. Yo respeto a la gente y exijo que se me respete. ¿Qué dice su familia? Vive lejos, en Brasil. Yo tengo una relación muy abierta con mi madre y así espero tenerla con mi hija. Ahora tiene diez años, pero cuando llegue el momento se lo contaré. Todo el mundo lo sabe. No puedo esconderme. Por eso, tengo claro que lo importante es el amor que le doy.
¿Y su pareja?
Actualmente no tengo pareja. Ese es uno de los mayores problemas. Hace poco tuve una, durante un año, pero se acabó. No quería presentarme a sus padres, por si me reconocían. Además, ¿se imagina qué hombre es capaz de aguantar que su mujer se vaya a trabajar y vuelva con una gran sonrisa del orgasmo que ha tenido? No echo de menos tener un hombre en mi vida.
Me lo imagino: cariño, me voy a trabajar con Nacho…
He trabajado muchas veces con Nacho Vidal. Él es muy carismático. Es de esas personas que al llegar a una habitación, la llena, la ilumina. En cuanto a trabajar con él, es de los actores – junto con Toni Ribas - con los que más me gusta rodar porque es muy intuitivo con la sexualidad femenina. Te hace sentir como si fueses la mujer de su vida, la que ama. Y eso se transmite a la cámara.
¿Qué ingredientes debe tener una buena película porno?
Todas siguen un esquema parecido, pero lo más importante es que los actores no finjan. El espectador nota cuando una actriz rueda una escena para pagarse la hipoteca. En una buena película también debe haber mucha improvisación. Y lo mejor sucede cuando haces lo que te pide el cuerpo. Lo mismo que sucede en la vida.
¿Cómo es su público?
De todo tipo. Está el que quiere aprender y el que le gusta mirar. Muchas mujeres que chatean conmigo me piden consejos, porque quieren experimentar cosas nuevas con sus parejas. Eso es bonito. Por otro lado hay un porcentaje muy elevado de personas con una doble moral; aquellas que ven mucho porno y nunca lo reconocen, los que más lo critican son los que más disfrutan, o las que sienten mucha curiosidad pero se reprimen y no lo ven. Yo recomiendo hurgar. Tener una mentalidad abierta para descubrir todas las posibilidades. Hay para todos los gustos.