"No disponemos de mucho tiempo para detener esta locura", declaró el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, durante una conferencia de prensa en Túnez junto a su homólogo francés, Laurent Fabius.
Los presidentes estadounidense Barack Obama y francés François Hollande, así como los jefes de gobierno británico David Cameron, italiano Matteo Renzi y alemán Angela Merkel, hablaron durante una conversación telefónica de la posibilidad de decretar nuevas sanciones contra Rusia.
Los dirigentes exigieron que Rusia se abstenga de "declaraciones provocadoras o maniobras de intimidación", señaló la presidencia francesa.
La Casa Blanca insistió en la necesidad de trabajar "juntos a través del G7 y de la UE (...) para imponer sanciones a Rusia".
Ya nada parece detener el enfrentamiento entre Moscú y Washington, mientras que la tensión aumenta cada día en el este de Ucrania entre el gobierno central y los separatistas.
Un helicóptero del ejército ucraniano fue alcanzado este viernes por un disparo de lanzacohetes cuando se posaba en el aeródromo de Kramatorsk (este), y el piloto resultó herido, anunciaron las autoridades ucranianas.
A unos kilómetros de allí, el bastión prorruso de Slaviansk está parcialmente asediado tras el breve pero mortífero asalto lanzado por tanques del ejército ucraniano. Un periodista de la AFP vio a soldados fuertemente armados montando un puesto de control a 30 kilómetros de la ciudad, mientras que según testigos otros tanques se dirigían al oeste.
El presidente interino de Ucrania, Olexandre Turchinov, indicó haber instaurado "un bloqueo" de Slaviansk para impedir que los prorrusos envíen refuerzos. Sin embargo, el gobierno asegura que no lanzará un nuevo asalto, que podría causar víctimas civiles.
"No entregaremos la ciudad", respondió el líder de los insurgentes de Slaviansk, Viatcheslav Ponomarev. "Estamos dispuestos a defenderla".
Rusia por su parte instó el viernes a las autoridades de Kiev a cesar "toda acción militar" en el este de Ucrania y a "retirar sus tropas".
Siete observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), acompañados de soldados ucranianos, fueron capturados en Slaviansk el viernes. Según Kiev, los prorrusos esperan antes de cualquier liberación "poder comunicarse con las autoridades competentes de la Federación rusa".
- Reunión de la UE -
En conversación con el presidente ruso Vladimir Putin, la jefa del gobierno alemán Angela Merkel expresó este viernes su "gran preocupación" por la situación en Ucrania.
Merkel anunció posteriormente una reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea "lo antes posible" para estudiar nuevas sanciones contra Rusia por su responsabilidad en la crisis ucraniana.
Por el momento, Estados Unidos y Europa han tomado únicamente sanciones contra altos responsables rusos, pero el temor de que las potencias occidentales tomen medidas contra la economía rusa ha provocado una importante fuga de capitales.
El jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov, respondió acusando a Occidente de "querer apoderarse de Ucrania" a favor de "sus ambiciones geopolíticas y no de los intereses del pueblo ucraniano".
En Kiev, las autoridades de transición prooccidentales pidieron la ayuda de la comunidad internacional frente a Moscú, a la que acusa de apoyar activamente a los rebeldes.
"Rusia quiere desencadenar una tercera guerra mundial", acusó el primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk.
"El apoyo de Rusia a los terroristas en Ucrania constituye un crimen internacional. Pedimos a la comunidad internacional que se una contra la agresión rusa", proclamó.
Los incidentes se multiplican el sureste de Ucrania. En Lugansk, donde los separatistas ocupan la sede de los servicios de seguridad, desconocidos lanzaron explosivos contra la fiscalía durante la noche, según la policía.
El ministro del Interior señaló también que una granada fue lanzada contra una barricada de partidarios de Kiev en Odesa, dejando siete heridos, entre ellos un policía.
- S&P sanciona a Rusia -
Moscú, que amenazó con una intervención militar para defender sus intereses y los de la población de origen ruso en la región, lanzó maniobras militares, con participación de su aviación, a lo largo de su frontera con Ucrania.
El presidente ruso Vladimir Putin advirtió el jueves que las operaciones de Kiev contra los separatistas prorrusos tendrían "consecuencias".
Las autoridades ucranianas pro-occidentales estiman por su parte que Rusia prepara una invasión o que quiere desestabilizar la situación política de Ucrania antes de la presidencial anticipada del 25 de mayo.
La ex primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, candidata a la presidencia, advirtió a Putin que una intervención marcaría "el fin de su régimen".
Washington envío por su parte 600 soldados a Polonia y a los países bálticos.
Las amenazas de sanciones, que hacen huir a los inversores, tienen ya consecuencias: la agencia de calificación financiera Standard & Poor's bajó el viernes la nota de solvencia de Rusia de "BBB" a "BBB-", y mantuvo su perspectiva "negativa".
"La situación geopolítica tensa entre Rusia y Ucrania podría conducir a salidas suplementarias significativas de la economía rusa tanto de los capitales extranjeros como de los nacionales, y podría asimismo debilitar las perspectivas ya frágiles de crecimiento", anunció la agencia en un comunicado.