El gobierno de Bagdad pidió oficialmente a Estados Unidos ataques aéreos para detener la ofensiva fulgurante que están llevando a cabo desde el 9 de junio los insurgentes sunitas, liderados por el grupo yihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).
En sólo diez días han tomado vastas zonas del norte y el centro del país.
Aunque el presidente Barack Obama descarta una operación terrestre, está estudiando "otras opciones", explicó el portavoz de la administración Jay Carney. Otro funcionario estadounidense aseguró que el presidente todavía "no ha tomado una decisión".
Por su parte el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor, criticó la política del gobierno iraquí, dominado por los chiitas, y afirmó que la marginalización de la comunidad sunita, minoritaria en Irak, ha sido una de las causas de la insurrección.
"Se habría podido hacer muy poco para arreglar el nivel de fracaso al que ha llegado el gobierno de Irak con su pueblo", dijo Dempsey en el Congreso, preguntado sobre si Estados Unidos podría haber frenado a los insurgentes.
En una conversación por teléfono, el vicepresidente Joe Biden pidió al primer ministro Maliki que "gobierne incluyendo a todas las comunidades" y expresó la "solidaridad" de Estados Unidos en la lucha contra el EIIL.
También fue crítico el exjefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, David Petraeus.
"Estados Unidos no puede convertirse en una fuerza aérea de las milicias chiitas o de un chiita en su lucha contra los árabes sunitas", dijo Petraeus en referencia a Maliki.
Estados Unidos retiró sus tropas de Irak en 2011 tras ocho años de ocupación.
- Combates en la principal refinería de Irak -
Este jueves seguían los combates intermitentes entre yihadistas y soldados en la principal refinería del país en la localidad de Baiji, 200 kilómetros al norte de Bagdad, indicaron varias fuentes.
"Hubo combates intermitentes", dijo a la AFP Dhahi al Joburi, un empleado encerrado en la refinería por los combates, y explicó que los insurgentes han reforzado sus posiciones en el interior pero que el ejército controla varios sectores.
Según el portavoz del primer ministro para cuestiones de seguridad, el general Qasem Atta, la refinería estaba el jueves bajo el control de las fuerzas del gobierno.
Desde el 9 de junio, los yihadistas del EIIL, con el apoyo de los partidarios del antiguo régimen de Sadam Husein, derrocado en 2003 por la invasión estadounidense, tomaron Mosul, la segunda ciudad de Irak, y gran parte de su provincia (Nínive) así como la ciudad de Tikrit y sectores de las provincias de Saladino (norte), Diyala (este) y Kirkuk (norte).
El ejército iraquí, que en los primeras días fue incapaz de frenar la ofensiva, está "endureciendo" su resistencia y está preparando su defensa de Bagdad, según el Pentágono estadounidense.
Por su parte las autoridades chiitas de Irán, que apoyan el gobierno de Maliki, pusieron el éxito de las negociaciones sobre su programa nuclear como condición a una posible colaboración con Estados Unidos en Irak.
La monarquía sunita de Arabia Saudí acusó a Maliki de haber llevado a Irak a la guerra excluyendo a los sunitas del poder y pidió un gobierno de unión nacional.
India y Turquía también están implicados en la crisis tras el secuestro el miércoles en Mosul de 40 indios que trabajaban en un estadio y de 80 turcos, secuestrados en la misma ciudad por los yihadistas la semana pasada.
Este jueves los países de la Conferencia de Cooperación Islámica (OCI), una organización de 57 países que representan 1.500 millones de musulmanes, recordó su voluntad de "luchar contra las políticas sectarias y de exclusión".